Mientras la ONU se dispone a reunir evidencias sobre los presuntos crímenes cometidos por Israel durante su ofensiva militar en Gaza, Tel Aviv asegura no tener "nada que temer".
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© AFP Roberto Schmidt
Las denuncias para investigar posibles crímenes de guerra han sido presentadas por organizaciones no gubernamentales, gobiernos extranjeros y el Consejo de la ONU para los Derechos Humanos, que ya ha designado a los integrantes de una comisión que investigará el caso. Por su parte, Israel, que ha defendido la actuación de sus tropas y ha calificado la decisión de Naciones Unidas de "farsa", todavía no ha decidido si cooperará con su equipo de investigación.

Mientras, la Fiscalía Militar, así como los ministerios de Exteriores y de Justicia de Israel, dicen estar preparados para responder a todas las acusaciones relacionadas con su ofensiva militar, que en un mes se ha cobrado las vidas de casi 2.000 palestinos, entre ellos al menos 456 niños y 237 mujeres, según fuentes sanitarias de la Franja de Gaza.

"Desde el punto de vista jurídico, el Estado de Israel puede estar tranquilo", aseguró a EFE el subcomandante de la Fiscalía militar Eli Bar On, que dijo "lamentar cualquier muerte de civiles". Bar On cree "innecesaria" cualquier investigación internacional, ya que - a su juicio - todo el aparato judicial de su país "investigará" a fondo hasta la última de las denuncias.


Comentario: ¡Pero claro! ¿Cómo no se nos ocurrió antes? Esto es lo más sensato, dejar que Israel se juzgue a sí mismo. De hecho, creemos que sería pertinente proponer en este momento que esto sea aplicado en todo el mundo a todos los niveles: que cada criminal se juzgue a sí mismo... ¿Qué es lo peor que puede pasar?


En relación a la veintena de ataques de su país contra escuelas, entre ellas las de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), y otros blancos notoriamente civiles, Bar On afirma que "Hamás actúa de forma cínica y maliciosa". Asimismo, el funcionario asegura que en Gaza la proporción de víctimas civiles por cada miliciano muerto es de los más bajos del mundo, e invita a compararlos con otros conflictos, incluida la intervención de la OTAN en Kosovo.