Las denuncias para investigar posibles crímenes de guerra han sido presentadas por organizaciones no gubernamentales, gobiernos extranjeros y el Consejo de la ONU para los Derechos Humanos, que ya ha designado a los integrantes de una comisión que investigará el caso. Por su parte, Israel, que ha defendido la actuación de sus tropas y ha calificado la decisión de Naciones Unidas de "farsa", todavía no ha decidido si cooperará con su equipo de investigación.
Mientras, la Fiscalía Militar, así como los ministerios de Exteriores y de Justicia de Israel, dicen estar preparados para responder a todas las acusaciones relacionadas con su ofensiva militar, que en un mes se ha cobrado las vidas de casi 2.000 palestinos, entre ellos al menos 456 niños y 237 mujeres, según fuentes sanitarias de la Franja de Gaza.
"Desde el punto de vista jurídico, el Estado de Israel puede estar tranquilo", aseguró a EFE el subcomandante de la Fiscalía militar Eli Bar On, que dijo "lamentar cualquier muerte de civiles". Bar On cree "innecesaria" cualquier investigación internacional, ya que - a su juicio - todo el aparato judicial de su país "investigará" a fondo hasta la última de las denuncias.
Comentario: ¡Pero claro! ¿Cómo no se nos ocurrió antes? Esto es lo más sensato, dejar que Israel se juzgue a sí mismo. De hecho, creemos que sería pertinente proponer en este momento que esto sea aplicado en todo el mundo a todos los niveles: que cada criminal se juzgue a sí mismo... ¿Qué es lo peor que puede pasar?
En relación a la veintena de ataques de su país contra escuelas, entre ellas las de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), y otros blancos notoriamente civiles, Bar On afirma que "Hamás actúa de forma cínica y maliciosa". Asimismo, el funcionario asegura que en Gaza la proporción de víctimas civiles por cada miliciano muerto es de los más bajos del mundo, e invita a compararlos con otros conflictos, incluida la intervención de la OTAN en Kosovo.
Comentario: Es enervante escuchar las declaraciones de los funcionarios del Estado de Israel. Cada declaración es un grosero insulto, incluso para la inteligencia más limitada. El cinismo y la soberbia detrás cada palabras es una invitación constante a la rebelión del espíritu contra brutalidad extrema en la que se encuentra sumida la humanidad.