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Los servicios secretos alemanes espiaron durante años a Turquía y registraron llamadas de dos secretarios de Estado norteamericanos, publicó hoy la revista "Der Spiegel", dando un nuevo giro a la polémica del espionaje exterior de Estados Unidos.

Según la web del semanario, Turquía fue declarada objetivo oficial de espionaje por el gobierno de Angela Merkel en 2009. La revelación es especialmente delicada, porque ambos países son estrechos aliados en la OTAN.

Berlín fija cada cuatro años los objetivos del servicio secreto exterior (BND). El perfil de 2009 sigue vigente hasta hoy y no se renovó debido al escándalo por el espionaje exterior de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA), añadió "Der Spiegel".

La investigación se sumó a la polémica desatada ya este viernes, cuando varios medios alemanes destaparon que el BND alemán registró una conversación de Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado norteamericana.

La información surgió de documentos entregados a la CIA estadounidense por un agente del BND detenido en julio. El espía admitió haber entregado al menos 218 documentos a Estados Unidos en los últimos dos años, según los medios.

Berlín aseguró que el registro fue casual y no sistemático, pero Washington utilizó el dato durante la fuerte discusión que generó con Berlín el espionaje de la NSA, que realizó incluso escuchas al teléfono móvil de Merkel.

"Der Spiegel" precisó hoy que la llamada interceptada fue realizada en 2012 por Clinton al ex secretario general de la ONU Kofi Annan, que entonces volvía de mantener negociaciones en Siria para intentar destrabar el conflicto en el país.

Pero la revista agregó además que el BND también registró al menos una llamada del sucesor de Clinton y actual secretario de Estado, John Kerry, del que grabó en 2013 una conversación telefónica por satélite.

Fuentes de la seguridad alemana citadas por la revista aseguraron que las llamadas no eran un objetivo de espionaje y que fueron registradas de forma casual durante otras operaciones.

Críticas

Ni el BND ni el gobierno de Merkel comentaron hoy lo publicado en "Der Spiegel". La oposición, por su parte, acusó a Berlín de hipocresía por fustigar el espionaje exterior de la NSA estadounidense mientras permitía el de la inteligencia alemana.

"Es inconcebible que después de un año discutiendo a fondo sobre el escándalo de la NSA nos enteremos ahora de que también nuestros servicios de inteligencia llevaron adelante un espionaje activo de países aliados", señaló la jefa de los Verdes, Simone Peter, al dominical "Welt am Sonntag" de mañana.

El otro partido de oposición en el Parlamento, La Izquierda, acusó al BND de convertirse "en un Estado dentro del Estado" y denunció "un enorme déficit de control" por parte del gobierno.

"Exigimos una aclaración exhaustiva e inmediata de lo ocurrido", dijo el jefe parlamentario del partido, Jan Korte, a la web del diario "Handelsblatt"