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El nuevo ministro de Economía e Industria de Francia, Emmanuel Macron, anunció hoy la intención de derogar algunos derechos laborales con el supuesto objetivo de propiciar la reactivación de la economía y salir de la crisis.

En una entrevista al semanario Le Point publicada este jueves, el funcionario dijo estar dispuesto a autorizar a los patronos negociar directamente con los empleados la duración de la jornada y el monto de los salarios.

"Ya es posible para las empresas en dificultades. ¿Por qué no extenderlo a todas, a condición de existir un acuerdo mayoritario con los trabajadores", dijo Macron.

Según el funcionario, la acumulación de los derechos de los asalariados se convierte en un obstáculo para quienes no tienen empleo.

De concretarse esta iniciativa, daría al traste con numerosas garantías consagradas por la legislación, entre ellas la semana de 35 horas, el salario mínimo y la representación sindical en los consejos de administración.

La Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), una organización gremial afín al gubernamental Partido Socialista (PS), rechazó de inmediato las declaraciones de Macron.

De acuerdo con Laurent Berger, secretario general de la CFDT, derogar la semana laboral de 35 horas no es una buena idea, ni está en el orden del día.

Un editorial de hoy del diario LaÖHumanité denunció que el nuevo equipo de trabajo del primer ministro Manuel Valls, nombrado el martes, está demasiado inclinado hacia los intereses del sector patronal.

El cotidiano criticó en particular el discurso pronunciado la víspera por Valls ante el Movimiento de Empresas de Francia (Medef), donde el jefe de gobierno también se pronunció por otorgar mayores beneficios a los empleadores.

Mientras, el secretario nacional del Partido Comunista Francés, Pierre Laurent, llamó a los miembros del sector más progresista del PS a negarle el voto de confianza al nuevo ejecutivo galo en la Asamblea Nacional, cuando este tema sea discutido.

El discurso de Valls, largamente ovacionado por los representantes del Medef, es una declaración de apoyo a las exigencias de eliminar el derecho laboral, aseguró Laurent.

Harlem Desir, antiguo primer secretario del PS, negó la intención de esa agrupación de suprimir la semana de 35 horas, si bien reconoció la voluntad de desarrollar negociaciones favorables para los patronos.

"El papel de la izquierda hoy día -dijo Desir- es reconciliar a las empresas con el país".

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