La carta intimidatoria que el FBI envió al activista estadounidense Martin Luther King, en la que lo llama "bestia, anormal" y le insta a suicidarse, ha sido revelada íntegramente.
Martin Luther King
© AFP
Con la intención de provocar el suicidio de King, el subdirector del FBI, John Edgar Hoover, escribió la misiva haciéndose pasar por un activista decepcionado y la envió poco antes de que el líder de los derechos civiles de los afroamericanos recibiera el Premio Nobel de la Paz en 1964, informa 'The Independent'.

Según la información, si bien ya se sabía sobre la existencia de este documento, conocido como la 'carta de suicidio', hasta ahora estaban disponibles solo versiones "muy censuradas" de su contenido.

La carta original, publicada en 'The New York Times Magazine', fue encontrada en el Archivo Nacional estadounidense por la historiadora Beverley Gage mientras investigaba sobre Hoover.

"La mayor parte de la carta se centra en la vida sexual de King, que el FBI supuestamente conocía, por lo que al parecer Hoover estaba dispuesto a usar este asunto en un intento por desconcertar a King", explicó Gage.


Comentario: Jugar sucio siempre fue uno de los deportes favoritos del señor Hoover.


Además, la historiadora destacó que el documento estaba plagado de errores tipográficos, aparentemente deliberados. "Solo hay una salida para usted, bestia. Mejor que lo tome antes de que su fraudulenta, asquerosa, anormal (vida) quede al descubierto ante la nación", decía el director adjunto del FBI en la misiva.

Además se informa de que las acciones tomadas por el buró federal estadounidense para vigilar y desacreditar a King, asesinado en 1968, se realizaron al amparo del Programa de Contrainteligencia, cuyo propósito era investigar y desestabilizar organizaciones políticas disidentes dentro de EE.UU.


Comentario: Asesinado por el Gobierno de EE.UU. o sea, si no pueden disuadir a alguien por medio de intimidación y chantaje, entonces lo asesinan, siempre lo hacen de esta manera.


King, quien además participó como activista en numerosas protestas contra la Guerra de Vietnam y la pobreza, también era uno de los principales objetivos de la Agencia de Seguridad Nacional, que hacía seguimiento de sus llamadas telefónicas y telegramas.