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Unos 300 incendios forestales han azotado a Colombia desde el comienzo de 2015, avivados por la época seca, la cual estuvo antecedida por un devastador período lluvioso que dejó medio centenar de muertos, han confirmado este lunes expertos locales.

Debido a la intensidad de la sequía permanecen alertas las autoridades y pobladores de los departamentos norteños de Sucre, Magdalena y Córdoba, donde fue preciso distribuir agua a las comunidades con la ayuda de carros cisternas.

Según el director de la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Iván Márquez, la ausencia de lluvias castiga con mayor severidad a las regiones del Caribe (norte) y Los Andes, donde acaecieron la mayoría de los incendios en espacios boscosos.

Paralelamente instituciones como la Cruz Roja y el Cuerpo de Bomberos han llamado a evitar las fogatas y quemas controladas en medio de los bosques, así como los tradicionales paseos de olla, costumbre referida a la cocción de alimentos en grandes cacerolas y a la intemperie.

Funcionarios de ambos organismos han instado también a desarrollar un turismo responsable con el entorno, en una nación distinguida por su biodiversidad.

Con anterioridad, funcionarios de la Defensoría del Pueblo convocaron a las alcaldías para perfilar y adoptar medidas que permitan minimizar los efectos de la sequía, responsable del desabastecimiento de agua potable, el retroceso de la producción de carne y leche, así como en la inseguridad alimentaria en algunas zonas del país.