Decenas de campos siguen inundados dos semanas después de la anterior riada. Ya se ha declarado la alerta en Navarra y la prealerta en el tramo riojano del Ebro.

Inundación Novillas
© F. SimónCalles inundadas en Novillas (Zaragoza) por la riada del Ebro de hace quince días.
Con decenas de campos de cultivo todavía inundados en Aragón por la riada del Ebro hace un par de semanas, su cauce vuelve a desbordarse por otra crecida. En Mendavia (Navarra) se ha declarado la alerta hidrológica. En ese punto el Ebro alcanza los cuatro metros y medio de altura y su nivel sigue subiendo. A las 8:00 horas de este martes el río ya llevaba a su paso por Mendavia más de 970 metros cúbicos por segundo.

Ese caudal creciente irá extendiendo sus efectos a lo largo de este martes en el tramo riojano del Ebro y en el límite entre Navarra y Aragón. En Logroño se ha declarado la prealerta por la crecida, mientras que en tierras aragonesas la riada alcanzará su máximo a partir de esta próxima noche. En Castejón (Navarra), el Ebro rozaba ya los 6 metros de altura a las ocho de la mañana de este martes, con un caudal que superaba los 1.300 metros cúbicos por segundo.

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) confía en que esta crecida sea algo inferior que la que se produjo hace un par de semanas. Aun con todo, está por ver qué nivel alcanza finalmente, puesto que dependerá de la combinación de lluvias y el deshielo, que se han unido fundiendo la gran cantidad de nieve acumulada en las últimas semanas en las cumbres que vierten al afluentes del Ebro.

En el tramo aragonés de esta ribera dan por hecho que la crecida será suficiente para provocar otro desbordamiento, como los que puntualmente se han producido ya en las últimas horas aguas arriba.

Inundación Miranda de Ebro
© R.L. y R.C.G.Las riberas y el mobiliario urbano quedaron cubiertos totalmente por el agua en Miranda de Ebro (Burgos).
Aunque se confía en que la inundación no alcance a zonas habitadas - algo que sí ocurrió hace 15 días en Novillas (Zaragoza) - , los agricultores aragoneses de la ribera del Ebro dan por seguro que esta nueva crecida sí que afectará a los campos. Agua sobre agua, porque aún hay abundantes campos empantanados.

De hecho, todavía no se han podido completar los peritajes de daños en los cultivos que provocó la anterior riada, precisamente porque muchos de esos campos siguen cubiertos de agua. La anterior crecida inundó, en el tramo aragonés del Ebro, más de 8.000 hectáreas. De ellas, más de 4.000 eran campos de cultivo en producción.

Hasta este lunes, Agroseguro había recibido partes de daños de unas 1.400 hectáreas agrícolas en las riberas aragonesas del Ebro, pero, ante la imposibilidad de que los agricultores entren en todas sus fincas, creen que los partes de daños les seguirán llegando hasta sumar del orden de 2.000 hectáreas, fundamentalmente campos de cultivo de forrajes, hortícolas y de cereal. Ahora está por ver los daños que provoca la nueva crecida.