El primer ministro de Afganistán, Abdulá Abdulá, ha elevado este lunes a 300 el número de muertos por las avalanchas registradas en los últimos días, según ha informado la agencia afgana de noticias Jaama Press.

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Abdulá ha advertido de las posibles inundaciones derivadas de las intensas nevadas y tormentas en varias partes del país, al tiempo que ha subrayado la necesidad de que el Gobierno acelere sus trabajos para reducir los riesgos.

Las autoridades afganas han advertido de la inminente emergencia humanitaria que sufren las regiones más afectadas por la mala meteorología, con las nevadas dejando algunos pueblos aislados y las carreteras bloqueadas.

A pesar de los problemas que generan, las nevadas son importantes para Afganistán, un país en el que gran parte de la población depende del agua que llega de las montañas en primavera y verano.

La agricultura sigue siendo uno de los principales motores de la economía de Afganistán, un país en el que tres cuartas partes de la población vive en zonas rurales, según las estimaciones de 2004 de la agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

Los sistemas de riego no están muy extendidos en Afganistán, un país en gran parte árido, y los esfuerzos por ampliar el sistema en los últimos años no han logrado los objetivos marcados.