Al menos 460 personas murieron en las últimas semanas en el sur de Asia debido a las inundaciones y corrimientos de tierras provocados por las lluvias monzónicas.

En la última semana murieron al menos 215 personas en India, según informó hoy el Ministerio de Interior del país.
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En el estado occidental de Gujarat perdieron la vida 83 personas, mientras que otras 69 murieron en Bengala Occidental, en el este de India. También se informó de 38 muertes relacionadas con las lluvias en Rajastán, cinco en Odisha y cuatro en Manipur, donde el sábado fallecieron 20 personas en un corrimiento de tierra.

La mayor parte de las muertes fueron provocadas por rayos, caídas de paredes, electrocuciones y ahogamientos producidos por las fuertes lluvias e inundaciones.

La temporada monzónica india, que va de junio a septiembre, suele verse acompañada por fuertes lluvias que son vitales para la agricultura. El Departamento Meteorológico indio pronostica fuertes lluvias para los próximos cinco días en Bengala Occidental, Gujarat, Madhya Pradesh, Goa y otras zonas del norte y el oeste de India.

En la vecina Pakistán las lluvias monzónicas dejaron al menos 151 personas desde que arrancaron a mediados de julio. En la provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa fallecieron 77 personas, mientras que en Punjab murieron otras 32 y en la región de Cachemira, el el Himalaya, perdieron la vida 22.

Las inundaciones afectaron a cerca de un millón de personas en Paksitán, según las autoridades. Los equipos de rescates del Ejército y los voluntarios civiles intentan llevar a la población a lugares más seguros y les proveen con alimentos y otros bienes básicos. También en este país se espera que las lluvias continúen durante los próximos días.

El año pasado las inundaciones provocadas por las lluvias monzónicas dejaron 400 muertos en Pakistán, donde distintos gobiernos fracasaron a la hora de tomar medidas de prevención que disminuyan el impacto de estos fenómenos meteorológicos.

Mientras tanto, en Vietnam la cifra de fallecidos asciende a 34, mientras que en Myanmar murieron ahogadas 60 personas.

En este último país unas 200.000 personas luchan por sobrevivir en las zonas inundadas. Muchas de ellas se refugiaron en escuelas o en monasterios budistas.

Muchas regiones de Myanmar se encuentran aisladas, explicó la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), según la cual se cortaron las comunicaciones y la electricidad. Al menos 150.000 personas necesitan alimentos y también se precisa urgentemente agua potable, tiendas de campaña, medicamentos y redes antimosquitos.

Los servicios meteorológicos de Myanmar también prevén que las fuertes lluvias continúen. La llegada de grandes cantidades de agua al sur podría hacer empeorar aun más la situación en esas zonas, advirtió la ONU.
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El gobierno birmano alertó a los habitantes de las regiones más bajas de la posibilidad de nuevas inundaciones e incluso decretaron el estado de emergencia en algunas zonas. En su página de Facebook, el gobierno pidió ayuda a Naciones Unidas, países donantes y organizaciones humanitarias.