(Ecuador) - El volcán Cotopaxi registra un tipo de sismos (volcano-tectónicos), que indican que hay un aumento de la presión interna del coloso, según el último informe del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional.
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© ElComercio.comImagen del volcán Cotopaxi registrada a las 06:00 del 19 de septiembre del 2015. Foto: Tomada de la cuenta de Twitter del Ministerio Coordinador de Seguridad Ecuador
Ese documento señala que desde el 10 de septiembre del 2015 se ha registrado un incremento de la cantidad de sismos volcano-tectónicos, que se producen cuando hay una ruptura de las rocas dentro del volcán. Este fenómeno provoca la deformación del edificio volcánico.

El fracturamiento de la roca interna del Cotopaxi ocurre porque existe la presión del magma por subir o por "un aumento de la presión del reservorio magmático", detalla el informe del Geofísico.

El 10 de septiembre se presentaron 43 sismos volcano-tectónicos, pero en adelante subieron a 54 diarios. En una semana se tuvieron 243 eventos de este tipo. Estos sismos, que duran segundos o hasta un minuto, tienen mucha importancia en el comportamiento del volcán, porque son señales que existe un aumento de la presión interna.

Otro indicador de esa presión es la expulsión del dióxido de azufre (SO2 un tipo de gas), que sale directamente del magma, el cual indica que hubo un ascenso del magma.

Se aclara que ese ascenso no significa que el magma haya subido hacia el cráter. Según el reporte del Geofísico hasta el momento no hay ninguna evidencia de material magmático en la cumbre ni se ha observado incandescencia en la boca del volcán. Un equipo de técnicos del Instituto Geofísico acampó el 12 y 13 de septiembre cerca del Cotopaxi y no observó incandescencia durante la noche.

Los sismos volcano-tectónicos han sido localizados entre los 9 y 12 kilómetros de profundidad, bajo la cumbre del cráter. Hubo otros en el lado norte, por el sector del río Pita, también con 12 kilómetros de profundidad. Las magnitudes fueron de 2 grados en la escala de Richter y esos valores 'representan una energía considerable en un contexto volcánico'.

En la interpretación del Geofísico se manifesta que 'el aumento importante del número de sismos volcano-tectónico y su ubicación (VT distales y VT profundos), y la deformación incipiente asociada del edificio volcánico indica una posible realimentación del reservorio magmático localizado entre 3 y 7 km de profundidad bajo el cráter o un aumento de la presión interna".

Si llegara a zonas más superficiales, 'este cuerpo magmático podría provocar un aumento de la actividad eruptiva, particularmente la ocurrencia de otra fase de explosiones que anuncian la llegada a la superficie del nuevo magma, en menor o mayor volumen'.

Mientras tanto, los tremores han disminuido y por eso se observa una menor salida de emisiones, sobre todo de ceniza. Hay más emisiones de vapor de agua y gas. El informe del Geofísico detalla que 'con el aumento en el número de sismos (volcano-tectónicos), el tremor que estaba relacionado con emisiones de ceniza disminuyó'.

Ese comportamiento ha hecho que la actividad superficial del Cotopaxi sea calificada como baja. Hasta el momento, continúa en vigencia la alerta amarilla, dispuesta desde el 14 de agosto cuando se dieron las primeras explosiones y comenzó el proceso eruptivo del volcán ecuatoriano. El Ministerio Coordinador de Seguridad es el vocero oficial de la información sobre el Cotopaxi, desde el 15 de agosto del 2015, de acuerdo con el decreto del estado de excepción.