La manera más importante para trazar los datos es a través de una media móvil de 12 meses, que suaviza el "ruido" y demuestra los cambios significativos que se han producido. Desde mediados de 2010, el número medio de bolas de fuego aumentó significativamente, hasta finales de 2015 cuando la media móvil se ha estabilizado.
fireball bangkok
© Sott.netOtra espectacular bola de fuego explota muy por encima de Bangkok, Tailandia, el 2 de noviembre de 2015.
La última vez que SOTT.net le dio una mirada detallada a la frecuencia de bolas de fuego fue en el 2013, utilizando los datos recogidos por la Sociedad Americana de Meteoros (AMS). SOTT.net señaló el aumento en la frecuencia de bolas de fuego1, e hizo la pregunta: "¿Qué nos depara el 2014?"

Pues bien, los resultados ya están disponibles, y la respuesta es simple: al comparar el 2014 con el 2013, la frecuencia de bolas de fuego aumentó en un 120%. Y si comparamos el 2015 con el 2014, las bolas de fuego aumentaron en un 20%. Eso es un aumento significativo, y debería estar generando mucha atención. Si así ha sido, entonces se está haciendo en voz muy baja y a puertas cerradas.

Desde octubre de 2013, el sitio web spaceweather.com ha publicado los datos diarios de la All-Sky Fireball Network [Red de bolas de fuego All-Sky - NdT] de la NASA, la cual observa y reporta diariamente la actividad de bolas de fuego sobre Estados Unidos.2

He recopilado los dos conjuntos de datos - de la NASA y de la AMS - para producir los gráficos siguientes, teniendo en cuenta que cada conjunto de datos se basa en diferentes definiciones de "bola de fuego de meteoro". Haga clic en los gráficos para verlas en tamaño completo.
bolas de fuego
© Dr M.A. RoseAumento general de las bolas de fuego sobre los EE.UU. en la última década

Debido a que estamos utilizando dos conjuntos de datos, puede haber alguna incongruencia en los datos de 2013-2014. Sin embargo, el patrón es congruente: a partir del 2010, la frecuencia de las bolas de fuego ha estado aumentando cada año de forma exponencial (hasta el año 2015, cuando la tasa de aumento disminuyó). Tal cambio es significativo y debería estar generando una gran cantidad de atención de los medios y mucha actividad en la observación del espacio cercano.

La manera más significativa de trazar los datos es a través de una media móvil de 12 meses, lo que reduce el "ruido" y demuestra los cambios significativos que se han producido. Desde mediados del 2010, el número promedio de bolas de fuego aumentó significativamente, hasta finales del 2015, cuando la media móvil se estabilizó.

El cotejo de los datos en un promedio móvil de 6 meses revela la distribución asimétrica en todo el año. Las bolas de fuego ocurren en mayor cantidad en la última parte del año. Esta diferencia en la distribución aumentó significativamente después del 2013. Es decir, una parte del espacio se está haciendo densa debido a polvo y rocas, y la Tierra (y otros planetas en el sistema solar interior) se están moviendo a través de esta área del espacio cada año.
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© Dr M.A. RoseMedia móvil de 12 meses de las bolas de fuego sobre los EE.UU. en la última década.
gráfica
© Dr. M.A. RoseMedia móvil de 6 meses de bolas de fuego sobre los EE.UU. en la última década.
En cuanto a los datos mensuales de la NASA, vemos que la frecuencia de bolas de fuego es más concentrada en los meses de agosto a diciembre. Sin embargo, los números de junio y julio también están aumentando de manera significativa, lo que sugiere que el área del espacio desde dónde los asteroides y escombros de cometas están llegando a la Tierra (o, en su defecto, el área al que el sistema solar está entrando), está aumentando de tamaño:
gráfica
© Dr. M.A. RoseAumento de bolas de fuego en los últimos tres años, observado por la NASA.
Donde hay humo de meteoros, hay asteroides

La NASA también ha publicado los datos de los asteroides cercanos a la Tierra (NEAs, por sus siglas en inglés; u objetos cercanos a la Tierra, NEOs, por sus siglas en inglés) que fueron descubiertos desde 1995.3 Sus datos muestran un aumento constante en el número de asteroides desde 1998 a 2013, y un aumento significativo para el 2014 y el 2015, lo que ensombrece el gran aumento en bolas de fuego observadas durante esos dos años.
gráfica
© Dr M.A. RoseAumento de asteroides cercanos a la Tierra en las últimas dos décadas.
Otro cambio notable es el aumento de nuevas lunas y satélites de los planetas exteriores4, que ha estado sucediendo desde el año 2000. Júpiter y Saturno parecen haber formado un escudo de protección para los planetas en el sistema solar interior de manera efectiva; atrapando en sus campos gravitacionales a las "rocas" más grandes y obteniendo nuevas lunas en el proceso:
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© Dr. M.A. RoseIncremento en el número de satélites adquiridos por los planetas exteriores del sistema solar
Esto podría estar relacionado con la disminución percibida desde el 2000, en los nuevos descubrimientos de grandes NEAs (rocas mayores de 1 km de diámetro):
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© Dr. M.A. Rose
En resumen, esto es lo que podemos deducir de estos conjuntos de datos:
  1. El número de bolas de fuego que se han estado observando ha aumentado lentamente durante los años 2000-2011. Por lo tanto, sus números aumentaron rápidamente, y además, el rápido aumento provino de un área específica del espacio. La mayor parte ocurrió durante el período de agosto a diciembre. En el 2014 y el 2015 se vio un importante aumento en el número de bolas de fuego.
  2. Los números de NEA (asteroides cercanos a la Tierra, por sus siglas en inglés) se han observado desde 1995. De 1998 a 2013 el número de nuevos NEAs descubiertos ha aumentado sin cesar, con importantes aumentos en 2014 y 2015. El patrón coincide con el de las bolas de fuego registradas
  3. El número de descubrimientos de NEAs de gran tamaño alcanzó su punto máximo en el 2000, luego disminuyó hasta el 2010, y se mantuvo sin aumentos o descensos a partir de entonces
  4. Saturno y Júpiter comenzaron a aumentar su número de lunas alrededor del año 2000/2001, y los números se estabilizaron en torno al 2010.
Sería interesante trazar las posiciones de los grandes planetas exteriores relativos a la Tierra durante este período de tiempo, y determinar si la disminución de los NEAs de gran tamaño en el año 2000 se conecta al aumento de las lunas alrededor de los planetas exteriores - es decir, si los planetas exteriores capturan las rocas/asteroides de gran tamaño, cuando se encuentra en la parte derecha del espacio.

Lluvias de meteoros más intensas y más esporádicas


Tenemos una base de datos limitada de la NASA, pero las siguientes lluvias de meteoros revelaron un aumento significativo del número de bolas de fuego en el 2015, en comparación con el 2014:
  • Perseidas - desde el cometa 109P Swift-Tuttle
  • Tauridas del Norte - Escombros del cometa Encke. Se cree que las Tauridas y Encke son parte de un cometa mucho mayor que se desintegró durante los últimos 20.000-30.000 años. Las perturbaciones planetarias han dividido el flujo de escombros en dos lluvias de meteoros observables (en el norte y en el sur).
Los datos de 2013 sólo cubren la última parte del año. Las siguientes lluvias de meteoros mostraron un aumento significativo del número de bolas de fuego en el 2014, en comparación con el 2013; pero no mostraron ningún aumento significativo en el 2015, comparado con el 2014:
  • Gemínidas - A diferencia de la mayoría de las lluvias de meteoros, las Gemínidas no están asociados a un cometa, sino al asteroide 3200 Phaethon
  • Perseidas - El cometa 109P Swift -Tuttle
  • Oriónidas - Escombros del cometa Halley 1P
  • Sigma Hídridas - Mostraron un número creciente de bolas de fuego durante cada año
  • Sigma Hídridas - Tenue lluvia de meteoros. Se dice que los meteoros tienen una "velocidad de tipo Perseidas". Se supone que el origen fue un cometa de periodo largo y estos son los últimos restos de su cola.
Tenga en cuenta, sin embargo, que la gran mayoría de las bolas de fuego se clasifican como 'esporádicas', es decir, que no se identifican con ninguna lluvia de meteoros conocida. Pueden ocurrir durante el mismo período de tiempo que alguna de las lluvias de meteoros nombradas, pero viajan en direcciones diferentes y ocurren en diferentes partes del cielo.
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© Dr. M.A. RoseLa identificación de la NASA de bolas de fuego desde octubre de 2013. Tenga en cuenta que la gran mayoría no podrían estar asociadas con corrientes de meteoros conocidas.
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© Dr. M.A. RoseDe 2014 a 2015 la NASA ha registrado un aumento de más de 3 veces en bolas de fuego identificadas como Perséidas
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© Dr. M.A. RoseDe 2013 a 2014 la NASA ha registrado un aumento de más de 2 veces en bolas de fuego identificadas como Gemínidas y Leónidas
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© Dr. M.A. RoseDe 2013 a 2014 la NASA registró un aumento de 2 veces en bolas de fuego identificadas como Táuridas. Desde 2014 hasta 2015 fue un aumento de 3 veces.
fráfica
© Dr. M.A. Rose
El 2015 terminó con un aumento del 20% de bolas de fuego, en comparación con el 2014:
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© Dr. M.A. Rose
¿Qué está sucediendo arriba (en el espacio)?

Así que parece está pasando una de dos cosas:
  • El sistema solar está entrando en un área del espacio en el que se tropieza con una mayor densidad de rocas/asteroides, junto con los rastros de escombros de algunos cometas, por ejemplo, el Encke.
  • O algo a la 'Nemesis'5 se está acercando al sistema solar interior y ésto perturba a los cometas/asteroides del cinturón de Kuiper y/o la Nube de Oort.
  • Los dos escenarios no son mutuamente excluyentes: el primer escenario también podría ser desencadenado por el segundo.
La hipótesis de la 'Nemesis'6,7 propone que el Sol tiene una estrella compañera - una enana marrón o roja - en una órbita muy elíptica, que perturba periódicamente a los cometas/asteroides en la Nube de Oort, provocando un gran aumento en el número de cometas que visitan el sistema solar interior y un aumento consecuente de eventos de impacto en la Tierra.

Hasta el momento, ninguna gemela del Sol como 'Nemesis' ha sido detectada por el telescopio WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer) de la NASA - o así nos dicen - pero WISE sí ha descubierto varias enanas marrones en sistemas estelares vecinos.8

Más recientemente, Napier et.al.9 publicó un documento que destaca la importancia de los centauros en la Nube de Oort. Los centauros son cometas gigantes en la región trans-Neptuno, que si se desplazan hacia el sistema solar principal, podrían desintegrarse y dar lugar a un bombardeo intermitente pero prolongado de los planetas del sistema solar interior, durante un máximo de 100.000 años. Vale la pena reproducir aquí su párrafo inicial:
¿Vivimos en tiempos peligrosos? Los riesgos para la civilización de los impactos de asteroides y cometas sólo han sido apreciados en las últimas décadas. Programas como las observaciones de la NASA Spaceguard buscan para mapear los objetos cercanos a la Tierra (NEOs) como una manera de cuantificar el riesgo para la Tierra. ¿Pero refleja el recuento actual de NEOs la población a través del tiempo? Se argumenta que la población es variable y que las evaluaciones de los riesgos de impacto extraterrestre basadas únicamente en los recuentos de asteroides cercanos a la Tierra subestima su naturaleza y magnitud, para las escalas de tiempo de orden de 10.000 años, es decir, el intervalo de interés y preocupación para nuestra civilización.

Una amenaza más variable pero significativa proviene de los centauros, los cometas gigantes derivados de la región transneptuniana que generalmente llegan al interior del sistema solar a través de períodos de residencia dinámicamente inestables de corto plazo, en la región planetaria exterior. La desintegración de estos cometas gigantes produciría períodos intermitentes pero prolongados de bombardeos de una duración de hasta 100.000 años. Los eventos de extinción masiva/límites de las placas geológicas en la Tierra muestran un patrón de este tipo, al igual que los niveles de polvo y meteoros en la atmósfera superior. Durante los últimos 10.000 años, la Tierra ha estado experimentando la llegada intermitente de polvo, meteoros y fragmentos de la desintegración del cometa 2P/Encke, atrapado dentro de la órbita de Júpiter.
Napier et al señala además que, "Los tres principales impactos del siglo 20 (Tunguska, Guayana Británica, Curuca River) coinciden con nuestro paso por las principales corrientes de meteoros (respectivamente, la Beta Tauridas, Gemínidas y Perseidas)". Actualmente tenemos un aumento significativo de bolas de fuego entre las Perseidas y las Tauridas del Norte.

Supongo que tendremos que ver lo que nos depara el 2016, pero hasta el momento, a principios de enero, el patrón ya parece ser... un aumento continuo de bolas de fuego:
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© Dr. M.A. Rose
Sobre el autor

El Dr. M. A. Rose ha trabajado en las industrias químicas, de petróleo y gas durante 35 años, en puestos de desarrollo técnico, gestión de procesos y ambientales. En la actualidad es asesor técnico de MAREXIN B. V., quienes están desarrollando proyectos de energía alternativa en el Mar Negro.
Referencias
  1. "2013 fue testigo de un dramático incremento en el avistamiento de bolas de fuego - ¿Qué nos depara el 2014?", Philipos Moustaki, SOTT.net, 12 de enero de 2014
  2. NASA's All Sky Fireball Network
  3. NASA's Near Earth Object Program
  4. 'Planetary Satellite Discovery Circumstances' at NASA's JPL
  5. 'Nemesis: Does the Sun Have a 'Companion'?' Space.com, 25 March 2010
  6. Whitmire, D.P. & Jackson, A.A. (1984), 'Are periodic mass extinctions driven by a distant solar companion?'. Nature 308 (5961): 713 - 715
  7. Davis M., Hut P., Muller R.A. (1984), 'Extinction of species by periodic comet showers'. Nature 308 (5961): 715 - 717
  8. 'NASA Discovers Coldest Brown Dwarf Neighbor of the Sun', space.com, 28 April 2014
  9. Bill Napier, David Asher, Mark Bailey & Duncan Steel, 'Centaurs as a hazard to civilisation', Astronomy & Geophysics 56.6 (2015), 18-23