Usted ya sabe qué hacer. Vea o lea las recomendaciones de los medios de salud y con frecuencia le dirán que evite las grasas saturadas porque aumentan el colesterol LDL, los cuales básicamente coagulan sus arterias y causan enfermedad cardiaca.

cetosis


El problema con esta recomendación es que simplemente está basada en una teoría, y peor aún que esa teoría nunca ha sido probada. De hecho, los estudios recientes que examinan cuidadosamente la grasa saturada refutan esta idea.

El video de arriba ofrece un chistoso ejemplo de lo que sucede cuando un cardiólogo de renombre internacional publica un artículo innovador que desacredita a la grasa saturada. Él fue desafiado por dos nutriólogos ignorantes que cuentan lo que habían aprendido hace años.

Curiosamente, un estudio nuevo por la Asociación Americana del Corazón (AHA) afirma que comer grasas "correctas" podría salvar 1 millón de vidas al año.

De hecho, esta probablemente es una subestimación, pero los investigadores se equivocaron con las grasas y ahora están publicando información errónea que probablemente causará dolor innecesario, sufrimiento y muertes prematuras.

Las Grasas Saturadas No Son las Culpables por las Enfermedades Cardíacas

La suposición que es ampliamente promovida de que llevar una dieta alta en grasas saturadas conduce a la enfermedad cardíaca es simplemente errónea, ya que en realidad son necesarias para promover la salud y prevenir la enfermedad. Las grasas alimenticias se pueden clasificar como:
  • Saturadas
  • Grasas Monoinsaturadas
  • Grasas Poliinsaturada
Una grasa "saturada" significa que todos los átomos de carbono han superado sus hidrógenos y como resultado no hay dobles enlaces que sean perecederos a la oxidación y que se pongan rancios. Las grasas en los alimentos contienen una mezcla de grasas, pero en los alimentos de origen animal una gran proporción de ácidos grasos son saturados.

Entonces, ¿Cómo Es Que Estas Grasas Saturada Naturales Obtuvieron Esa Mala Reputación?

En 1953, Ancel Keys, Ph.D. publicó un documento trascendental que sirve como la base para casi todo el apoyo científico inicial para la llamada "hipótesis de dieta-corazón." El estudio, conocido como el Seven Countries Study (Estudio de los Siete Países), vinculó el consumo de grasas alimentarias con la enfermedad cardíaca coronaria.

Lo que no sepa es que cuando Keys publicó su análisis que pretendía demostrar la relación entre las grasas alimenticias y las enfermedades cardiacas, él analizó selectivamente la información de sólo siete países para probar su correlación, en lugar de comparar todos los datos disponibles en el momento—de 22 países.

Como es de esperar, los estudios que excluyó eran los que no encajaban con su hipótesis, principalmente los que mostraron un bajo porcentaje de grasa en su alimentación y una alta incidencia de muerte por enfermedades cardiacas, así como también aquellas personas que llevaban una alimentación alta en grasas y tenían una baja incidencia de enfermedades del corazón (como Francia).

Si se hubieran analizado los 22 países, posiblemente no se hubiera encontrado ninguna correlación en lo absoluto.

La periodista Nina Teicholz, autora de "The Big Fat Surprise: ¿Por qué la Mantequilla, Carne y Queso Son Parte de una Alimentación Saludable?", también afirmó que cuando los investigadores regresaron y analizaron algunos de los datos originales, las enfermedades cardiacas estuvieron más correlacionadas con el consumo de azúcar, y no con la grasa saturada.

¿Cuál Es el Problema con las Directrices Alimentarias del 2015?

Recientemente entrevisté a Nina Teicholz sobre las Directrices Alimentarias del 2015. Si bien hubo muchos cambios positivos, como la eliminación de un límite de colesterol alimenticio, siguen permaneciendo las falacias sobre las grasas saturadas.

Estas directrices son muy importantes, ya que determinan qué alimentos serán servidos en los programa de asistencia nutricional , incluyendo el Programa Nacional de Almuerzos Escolares, programas para los ancianos, el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) y las raciones militares.

A través de estos programas, determinan lo que comerá rutinariamente 1 de cada 4 personas. También dictan el consejo que recibirá de su médico o nutriólogo. De acuerdo con Nina, cuando las directrices se pusieron en marcha en la década de 1980, un solo miembro del personal del Senado escribió lo que se convirtió en la nacional directriz alimentaria.

Fue fuertemente influenciado por ciertos científicos, y no tenían antecedentes para dirigir una segura revisión de la ciencia.

Dichas directrices resultaron en una alimentación que es baja en grasas y alta en carbohidratos, y desde entonces así se ha mantenido. Este tipo de alimentación claramente está ligada a la obesidad, diabetes y muchos otros problemas crónicos de salud.

Incluso las directrices de hoy en día siguen estando fuertemente influenciadas por las industrias, cuya preocupación principal no tiene nada que ver con la salud—algo destacable en el artículo controversial de Nina4 publicado en la revista The British Medical, que eventualmente retractó después de que 170 científicos firmaron una carta solicitando su retracción.

Por Qué Sigue en Pie el Mito de la Grasa Saturada

Entonces, ¿por qué sigue en pie el mito de la grasa saturada, a pesar de toda la evidencia que muestra que es falso? ¿Por qué el Comité no revisó la actual evidencia abrumadora y aclaró las cosas? Como lo dijo Nina:
"Creo que hay dos tipos de explicaciones sobre porque es no se llevó a cabo. Una de ellas es que hay grandes intereses en la industria. Debido a que las directrices son parte de la USDA, la mitad de la misión de la USDA es promover la agricultura.
Al mismo tiempo, tienen un mandato que les indica a las personas comer menos de ciertos alimentos y más de otros. Esos dos mandatos influyen... ¿Cuáles son las industrias que se benefician de las directrices? Los fabricantes de alimentos a base de carbohidratos... en el maíz, la soya y los fabricantes de aceites vegetales.

Porque cuando se les indica a las personas no comer grasas saturadas, lo que comen en lugar de eso son grasas no saturadas, principalmente aceites vegetales, que han aumentado en más de 91 % en los últimas tres décadas ...

El otro factor principal que impide un cambio en las directrices... es que hay una enorme inversión profesional en este tipo particular de asesoramiento. Están en juego las reputaciones de profesores universitarios.

Hay muchas instituciones que han invertido en esta hipótesis particular en cuanto a lo que hace saludables a las personas... no hay manera que estas instituciones se retracten de lo dicho. No pueden estar equivocados. Eso impide que se retracten de cualquier consejo que no sea correcto".

Reducir el Consumo de Grasas Saturadas No Prolongara la Vida: Según 6 Principales Estudios

Los siguientes seis principales ensayos clínicos, sobre la grasa saturada, muchos de ellos han sido utilizados para apoyar la hipótesis de que las grasas saturadas causan enfermedades cardiacas. En realidad, ninguno de ellos mostró que un bajo consumo de grasas saturadas sería idóneo tanto para prevenir las enfermedades cardiacas como para alargar la vida.

En conjunto, estos estudios incluyeron a más 75 600 personas en los experimentos que duraron de 1 a 12 años. Todos estos estudios utilizaron las medidas más novedosas que se supuestamente eran las más confiables.

Los beneficios para la mortalidad cardiovascular y la reducción de los factores de riesgo fueron mixtos, pero ninguno de estos ensayos mostró que la restricción de grasas saturadas redujera la mortalidad total.

1. El Estudio de Oslo (1968): Un estudio de 412 hombres, con edades de 30 a 64 años, encontró que llevar una dienta baja en grasas saturadas y alta en grasas poliinsaturadas no tenía ninguna influencia en las tasas de muerte súbita.5

2. El Estudio L.A Veterans (1969): Un estudio realizado en 850 hombres de edad avanzada que duró seis años y que es ampliamente utilizado para apoyar la hipótesis de la dieta-corazón.

No se encontraron diferencias significativas en las tasas de muerte súbita o ataque cardiaco entre los hombres que llevaban una alimentación a base de alimentos de animales y los que llevaban una alimentación rica en aceites vegetales. Sin embargo, se observaron más muertes no cardíacas, incluyendo el cáncer, en el grupo de aceite vegetal.

3. La Encuesta Minnesota Coronary (comenzó en 1968, los resultados se publicaron hasta 1989): Un estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y que involucró a más de 9 000 personas.

Después de 4.5 años, llevar una alimentación baja en grasas saturadas, alta en PUFA, no causó ninguna reducción de eventos cardiovasculares, muertes cardiovasculares o muertes totales.

4. El estudio Finnish Mental Hospital (1968): Un estudio en aproximadamente 4 000 personas donde fueron monitoreadas por 12 años, que también es ampliamente citado por apoyar la hipótesis de la dieta-corazón.

Hubo una reducción en las enfermedades cardiacas entre los hombres que llevaban una alimentación baja en grasas saturadas y alta en ácidos grasos poliinsaturados, pero no se observó una reducción significativa entre las mujeres.

5. Ensayo London Soybean Oil (1968): Un estudio de casi 400 hombres que duro entre dos a siete años. No encontró diferencias en la tasa de infarto de miocardio entre los hombres que llevaban una alimentación baja en grasas saturadas y rica en aceite de soya y los que llevaban una alimentación normal.9

6. La prueba U.S Multiple Risk Factor Intervention (MRFIT): Patrocinada por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, este es otro estudio que es muy engañoso.

Comparó las tasas de mortalidad y los hábitos alimenticios de más de 12 000 hombres, y el hallazgo ampliamente difundido fue que las personas que llevaban una alimentación baja en grasas saturadas y baja en colesterol, experimentaron una reducción marginal en la enfermedad cardíaca coronaria. Sin embargo, su mortalidad por todas las causas fue mayor.10

Las Grasas Saturadas Aumentan Colesterol LDL Grande y Suave--y Eso es Algo Bueno

En otro video cómico pasado, podrá ver a una nutrióloga poco saludable y con sobrepeso (que pareciera como si le fuera a dar un ataque cardiaco) pretendiendo demonizar a la grasa saturada debido a la información incorrecta fatalmente defectuosa que se le enseñó previamente.

Como lo ilustra claramente el video anterior, hay mucha confusión y desinformación en los medios de comunicación, incluso cuando se trata de presentar la verdad. Parte de la confusión se relaciona con el impacto de la grasa saturada en el colesterol LDL, a menudo referido como el colesterol "malo".

En primer lugar, todo el colesterol realmente es el mismo. Cuando escucha términos como LDL y HDL, se están refiriendo a las lipoproteínas, que son proteínas que transportan el colesterol. LDL significa lipoproteína de baja densidad mientras que el HDL significa lipoproteína de alta densidad.

El colesterol HDL en realidad está vinculado a un menor riesgo de enfermedades cardiaca, que es la razón por la que las mediciones de colesterol total son inútiles cuando se trata de medir dicho riesgo (si su colesterol total es "alto" porque tiene una gran cantidad de HDL, no es una indicación de mayor riesgo cardíaco; más bien, lo más probable es que sea protector).

En realidad, las grasas saturadas han demostrado elevar el colesterol HDL protector--un beneficio--y también pueden aumentar el LDL. Este último tampoco es necesariamente malo, una vez que entienda que hay diferentes tipos de LDL.
  • Partículas de colesterol LDL, pequeñas y densas
  • Partículas de colesterol LDL, grandes y "suaves"
La investigación ha confirmado que las partículas de LDL grandes y suaves no contribuyen a la enfermedad cardíaca. Sin embargo, las partículas de LDL pequeñas y densas, se oxidan fácilmente, lo que puede desencadenar la enfermedad cardíaca.

Esto se debe que las partículas de LDL pequeñas y densas penetran la pared arterial con mayor facilidad, por lo que contribuyen a la acumulación de placa en las arterias. Las grasas trans sintéticas también aumentan las partículas de LDL pequeñas y densas. La grasa saturada, por el contrario, aumentan las partículas LDL grande, suaves—y benignas.

Evitar las Grasas Saturadas Podría Causar Problemas de Salud

Las personas con niveles elevados de partículas LDL pequeñas y densas, tienen un riesgo triple de enfermedad cardiaca que las personas con altos niveles de partículas LDL grandes y suaves. Y he aquí otro dato que le sorprenderá: El consumo de grasas saturadas puede convertir las partículas LDL pequeñas y densas en su cuerpo en partículas LDL saludables grandes y suaves.

También son importante las investigaciones que han demostrado que las partículas LDL pequeñas y densas aumentan por el consumo de azúcar y carbohidratos refinados, como el pan, bagels y la soda.En conjunto, las grasas trans y los carbohidratos refinados le hacen mucho más daño a su cuerpo que el daño que podrían hacer las grasas saturadas.

Desafortunadamente, cuando prospero la hipótesis dieta-corazón, la industria alimentaria cambió a alimentos bajos en grasa, al remplazar las grasas saturadas saludables como la mantequilla y la manteca de cerdo por grasas trans nocivas (aceites vegetales hidrogenados, margarinas, etc.), y mucha azúcar refinada y fructosa procesada. Los índices cada vez más altos de obesidad y enfermedades cardiacas ilustran claramente las ramificaciones de este enfoque erróneo.


En 2013, un editorial en la revista British Medical también describe cómo el evitar la grasa saturada en realidad promueve la mala salud en un número de maneras, incluyendo a través de su asociación con el colesterol LDL. Como lo indicó el autor Dr. Aseem Malhotra (presentado en videos anteriores), un médico especialista en cardiología intervencionista en el hospital Universitario de Croydon en Londres:
"El mantra de que la grasa saturada debe ser removida para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular ha dominado el asesoramiento y las directrices alimentarias durante casi cuatro décadas. Sin embargo, la evidencia científica muestra que este consejo ha, paradójicamente, aumentado nuestro riesgo cardiovascular...

El aspecto de las grasas saturadas alimenticias que se cree que tiene la mayor influencia en el riesgo cardiovascular con las concentraciones elevadas de lipoproteínas de baja densidad (LDL).

Sin embargo, la reducción en el colesterol LDL por el bajo consumo de grasas saturadas parece ser específico con las partículas LDL grandes y flotantes (tipo A), cuando en realidad son las partículas LDL pequeñas y densas (Tipo B) (que responden al consumo de carbohidratos) que están implicados en la enfermedad cardiovascular.

De hecho, recientes estudios de cohorte prospectivos no han apoyado ninguna asociación significativa entre el consumo de grasas saturadas y el riesgo cardiovascular, no obstante, se ha descubierto que la grasa saturada es protectora".
Las Directrices Alimentarias para Reducir la Grasa Fueron Introducidas sin Ningún Respaldo Científico

En 1977, Estados Unidos, por primera vez publicó las primeras directrices alimentarias nacionales, que le insta a las personas reducir su consumo de grasas. En un cambio radical de la alimentación actual en ese momento, las directrices les sugieren a las personas llevar una alimentación alta en granos y baja en grasas y reemplazar la mayoría de las grasas animales por aceites vegetales.

El Reino Unido publicó directrices similares en 1983. Las directrices fueron controversiales, e incluso la Asociación Médica Americana dijo en el momento:
"La evidencia para suponer que los beneficios que se derivan por implementar tales objetivos alimenticios en todas las personas... no es concluyente y no hay posibles efectos nocivos por el radical cambio alimenticio a largo plazo como ocurriría por la implementación de las metas nacionales propuestas. "
No se sabe cuántos han sido asesinados prematuramente por implementar estas directrices fallidas bajas en grasa, sin embargo, a pesar de la investigación que refuta el valor de disminuir la cantidad de grasas, las recomendaciones siguen siendo manipuladas. Además, según una investigación por Zoe Harcombe, Ph.D. y publicada en la revista Open Heart, en primer lugar, no hubo base científica para que las recomendaciones redujeran la grasa de la alimentación.

Las directrices fueron, y siguen siendo, muy extremas, indicándoles a las personas reducir el consumo de grasa total al 30 % del consumo total de energía y reducir el consumo de grasas saturadas a 10 % del consumo total de energía.

Ningún ensayo controlado aleatorio (RCT, por sus siglas en inglés) analizó estas recomendaciones antes de ser introducidas, así que Harcombe y sus colegas examinaron las pruebas disponibles del RCT que tenían disponibles los comités reguladores de Estados Unidos y del Reino Unido en el momento en que se implementaron las directrices.

Seis ensayos de alimentación, que involucraron a 2 467 hombres, estaban disponibles, pero no hubo diferencias en la mortalidad por todas las causas y solo diferencias mínimas en la mortalidad por enfermedades cardiacas como resultado de las intervenciones alimenticias. Como lo indico la revista Open Heart: 18
"Se hicieron recomendaciones para 276 millones de personas, al utilizar estudios secundarios de 2467 hombres, que reportaron la misma mortalidad por todas las causas. Las evidencias del RCT no apoyaron la introducción de la grasa alimenticia en las directrices."

Un Experimento que Redujo la Grasa Alimenticia Ha Sido un Miserable Fracaso

En las décadas posteriores de haber publicado las directrices alimentarias, las personas se sometieron al pie de la letra, redujeron su consumo de grasas animales y las reemplazaron principalmente los granos, azúcares y aceites vegetales industrialmente procesados. Sin embargo, a pesar de seguir estas directrices supuestamente "saludables", la salud pública estadounidense disminuyo. Como lo señaló la Fundación Weston A. Price:
"A pesar de la falta de orientación por el gobierno sobre cómo prevenir las enfermedades crónicas a través de la nutrición, desde 1968, las tasas de enfermedades cardiacas han estado disminuyendo en Estados Unidos, y en 1975, menos del 15 % de la población era considerada obesa.

En muchos aspectos, la salud de las personas en la década de 1970 nunca había sido mejor... las tendencias indican que, desde 1980, las tasas de muchas enfermedades crónicas han incrementado dramáticamente. La prevalencia de la insuficiencia cardíaca y derrame cerebral ha incrementado significativamente. Las tasas de nuevos casos de todos los cánceres han aumentado.

Las tasas de diabetes han triplicado. Además, aunque el peso corporal no es en sí mismo una medida de la salud, como lo indicó el DGAC en 2000 [Comité Asesor de las Directrices Alimentarias], las tasas de sobrepeso y obesidad han aumentado a medida que los las personas adoptaron los patrones de alimentación recomendados por DGA (Directrices Alimenticias para los estadounidenses)".
Este no es un resultado sorprendente, y de hecho es uno que se podría predecir una vez que entienda el metabolismo mitocondrial, que está diseñado para funcionar con una mayor eficiencia en las grasas que en la glucosa. La quema de azúcar como combustible principal genera muchas más especies de oxígeno reactivo que la grasa, y causa más radicales libres y tejido, proteínas y daño genético, secundarios.

Esto no quiere decir que no necesitamos un suministro saludable de carbohidratos; simplemente tienen que ser disminuidas por un suministro mucho mayor de grasas saludables. Como me lo enseñó el Dr. Ron Rosedale, el tiempo de vida que vivirá será en parte determinado por la cantidad de grasa que quema con relación a la cantidad de azúcar.

Desastre de Salud: Un Estudio les Sugiere a las Personas Reducir las Grasas Saturadas y Aumentar los Aceites Vegetales

La AHA durante mucho tiempo ha promovido obtener al menos del 5 al 10% de su requerimiento energético diario de grasas omega-6 y muestra que al reducir las grasas omega-6 poliinsaturadas (PUFAs) de los actuales niveles consumidos probablemente aumentaría su riesgo de enfermedad cardíaca coronaria.

El nuevo estudio, que fue publicado en nombre de la Asociación Americana del Corazón, repitió este consejo y sugirió a las personas no sólo reducir las grasas saturadas saludables, sino también aumentar los PUFA.19

El estudio afirma que alrededor del 10 % de las muertes por enfermedades cardiacas, o de 700 000 en todo el mundo cada año, son el resultado de no comer suficientes PUFAs como sustituto de grasas saturadas.

El autor principal del estudio, el Dr. Dariush Mozaffarian, decano de la Escuela de Nutrición y Ciencias Políticas Tufts Friedman en Boston, en realidad indicó para WebMD "cerca de 50 000 personas en Estados Unidos mueren anualmente de enfermedades cardiacas debido al bajo consumo de aceites vegetales."

Históricamente, Mozaffarian ha sido un defensor de las grasas saludables, incluso el año pasado le dijo a Forbes que "Colocar limites en el consumo total de grasa no tiene base en la ciencia y causa todo tipo de decisiones erróneas tanto en la industria como en los consumidores."21

Sin embargo, él esta tremendamente equivocado en recomendar los aceites vegetales como una grasa saludable. En primer lugar, seamos claros en que este estudio no mostró una relación causa-efecto.

La increíble ironía de este estudio y sus recomendaciones fatalmente defectuosas es que de hecho son correctas en cuanto al impacto de optimizar el consumo de grasa, pero su ignorancia en la biología molecular mitocondrial les ha impedido conocer la verdad. Las recomendaciones del estudio causaran desastres un desastre de salud en las personas que implementan sus consejos tontos.

La saludable realidad es que necesita alrededor del 10 % de sus calorías en forma de PUFAs, que consiste en aproximadamente 2/3 de omega-6 y 1/3 de omega-3. Una cantidad superior a esta provocará un daño serio en las membranas celulares y mitocondriales que son altamente susceptibles al daño oxidativo.

Desde mi punto de vista de biología molecular requerida para optimizar la función mitocondrial, otro 50 a 60 % de su alimentación se puede dividir entre las grasas monoinsaturadas y las saturadas, alrededor de 25 a 30 % de sus calorías divididas entre ellas.

Eso sería alrededor del 60 al 75 % de sus calorías de todas las grasas. Eso deja aproximadamente el 10 % de sus calorías en forma de proteína y 15 % como carbohidratos, la gran mayoría de estos tienen que ser en forma de carbohidrato fibrosos como vegetales, semillas y frutos secos.

¿Por Qué los PUFA Refinados (Aceites Vegetales) Son Tan Malos para la Salud?

Creo que el consumo generalizado de aceite vegetal refinado fue en gran parte responsable de la epidemia de enfermedades crónicas en el siglo 20. El azúcar claramente agrava esta tendencia, pero creo firmemente que el principal culpable fue haber implementado el proceso industrial del aceite.

El mito de que los aceites vegetales (ricos en grasas omega-6) son más saludables que las grasas saturadas de origen animal ha sido un tema difícil de arruinar. Pero la verdad no se puede ocultar para siempre.

De acuerdo con el periodista de investigación Teicholz, el aumento en la cantidad de aceites vegetales que comemos es el aumento más grande en cualquier tipo de nutrientes de alimentos a lo largo del siglo 20.

Para comparar, ahora comemos más de 100 000 veces más aceites vegetales que a principios del siglo, cuando el consumo de aceites vegetales procesados ​​prácticamente era inexistente. Ahora, representan alrededor del 7 al 8 % de todas las calorías consumidas por el público estadounidense.

Los aceites vegetales son problemáticos por varias razones. Por ejemplo, el consumo elevado de aceites vegetales industrialmente refinados ha causado una composición severamente desequilibrada de ácidos grasos, debido a que estos aceites proporcionan altas cantidades de grasas omega-6. La proporción ideal de grasas omega-3 a omega-6 es menor que 1: 2, pero sin duda, menos de 1: 5, pero la típica alimentación occidental ahora es de 1:20 y 1:50.

Comer demasiado grasa omega-6 dañada y muy pocos omega-3 prepara el escenario para casi todas las enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades cardíacas, cáncer, depresión, enfermedad de Alzheimer, artritis reumatoide y la diabetes, sólo para nombrar algunas pocas. Para corregir este desequilibrio, por lo general tiene que hacer dos cosas:

1. Disminuir significativamente las grasas omega-6, al evitar los alimentos procesados ​​y los alimentos cocinados a altas temperaturas

Evitar el uso de aceites vegetales industrialmente refinados. La única excepción sería el aceite de coco y aceite de MCT. La mayoría de los aceites de oliva son problemáticos, como lo revela una reciente investigación de 60 minutos que muestra que la mayoría de los aceites de oliva son adulterados con aceites vegetales industrialmente procesados y baratos.

2. Aumentar su consumo de grasas de origen animal grasas omega-3como el aceite de kril, que son saludables para el corazón.

Los Aceites Vegetales son Altamente Inestables y se Oxidan Fácilmente

También está la cuestión del glifosato (el ingrediente activo del herbicida Roundup) la contaminación y la ingeniería genética que hacen que los aceites vegetales de hoy en día, incluso sean más peligrosas que las variedades anteriores (la mayoría del aceite vegetal proviene de los cultivos transgénicos).

Pero incluso desde el principio, los aceites vegetales eran inestables. Cuando se calientan, especialmente a altas temperaturas, se degradan en productos de oxidación. De acuerdo con Teicholz, más de 100 peligrosos productos de oxidación se han encontrado en una sola pieza de pollo frito en aceites vegetales.

Así que, si bien las grasas trans sintéticas siguen siendo reconocidas como nocivas y están en proceso de ser eliminadas por completo, todavía tenemos que vencer un gran problema, porque los restaurantes y las operaciones de servicio de alimentos están regresando al uso de aceites vegetales regulares (como el aceite de cacahuate, maíz y de soja) para freír.

Pero estos aceites todavía tienen el preocupante problema de degradarse en productos de oxidación tóxicos al momento de ser calentados.

Reemplazar la Grasa Saturada con Aceites Vegetales Refinados Aumentará su Riesgo de Enfermedad Cardiaca

Reemplazar las grasas saturadas de animales con grasas omega-6 grasas vegetales ​​industrialmente procesadas está vinculado a un mayor riesgo de muerte entre los pacientes con enfermedades cardiacas, según un estudio publicado en 2013 por BMJ.22 El estudio fue una evaluación detallada de los datos recuperados del Estudio Sydney Heart y un meta-análisis actualizado.

El Estudio Sydney Diet Heart Study fue un ensayo controlado aleatorio realizado desde 1966 hasta 1973. De nuevo, esto no es una sorpresa y es algo que alguien podría predecir si entiende el metabolismo mitocondrial. Investigadores de los Estados Unidos y Australia recuperaron los datos originales y utilizando métodos estadísticos modernos, que fueron capaces de comparar las tasas de mortalidad por enfermedad coronaria y la mortalidad por todas las causas.

El análisis incluyó a 458 hombres con un historial de problemas cardíacos que fueron divididos en dos grupos. Un grupo redujo las grasas saturadas a menos del 10 % de su consumo de energía y aumento las grasas omega-6 (en este caso, ácido linoleico de omega-6) de aceites de cártamo en un 15 % de su consumo de energía. El grupo control siguió comiendo lo que quisiera. Después de 39 meses:
  • El grupo de omega-6 ácido linoleico tenía un riesgo 17% mayor de morir por enfermedad cardíaca durante el período de estudio, en comparación con el 11 % entre el grupo de control.
  • El grupo de omega-6 también tuvo un mayor riesgo de mortalidad por cualquier causa
Los alimentos que son naturalmente ricos en grasas saturadas, como carnes de animales alimentados con pastura, mantequilla de leche de vacas, huevos de gallinas camperas y cocos, todos estos son un paquete casi perfecto, ya que suelen estar cargados con vitaminas saludables liposolubles como la A, D, E y K. por el contrario, los aceites vegetales ​​industrialmente procesados, son altamente procesados ​​y ofrecen poco valor nutricional además de nada de calorías.

Lo más importante es que dañan las membranas celulares y las mitocondriales.

Otra Preocupación Principal con sus Aceites

Cada vez es más claro que una gran cantidad de las enfermedades crónicas presenten en los países occidentales es causada por haber introducido los aceites vegetales refinados. Antes de 1900, el consumo promedio de aceites vegetales era menos de una libra por año, pero en 2000 esa cantidad había incrementado a unas 75 libras (34 kilogramos aproximadamente) por año.

Simplemente nunca tuvimos la capacidad de consumir este aceite vegetal mucho antes del procesamiento de alimentos. El aceite refinado ha contribuido a las masivas distorsiones en las proporciones de omega-3: 6.

No quiere decir que los omega-6 de origen natural y sin refinar que están presentes en las semillas y los frutos secos sean tóxicos; son nutrientes importantes para la salud. Yo personalmente consumo alrededor de 10 a 15 gramos de aceites omega-6 al día, pero ni un solo microgramo de esta cantidad es aceite refinado, ya que son principalmente en forma de semillas y frutos secos.

También como unas cuatro onzas de pescado magro al día en forma de salmón silvestre de Alaska, sardinas o anchoas, lo que me proporciona alrededor de 9 a 13 gramos de ácidos grasos omega-3 por día, lo que me da una proporción de 3: 6 de aproximadamente 1: 1.2.

Las Grasas Saturadas Son los Mejores Aceites para Cocinar

El sebo es una grasa dura que viene de las vacas. La manteca es una grasa dura que viene de los cerdos. Las dos son grasas animales, y solían ser las principales grasas utilizadas en la cocina. Una de sus ventajas es que, debido a que son grasas saturadas, se oxidan muy poco al ser calentadas.

Dado que las grasas saturadas no tienen dobles enlaces que pueden reaccionar con el oxígeno; por lo tanto, no pueden formar aldehídos peligrosos u otros productos de oxidación tóxicos.

Las grasas saturadas, incluyen la manteca, el sebo y por tanto son los aceites preferidos para cocinar, pero si prefiere una opción a base de plantas, tenga en cuenta que también hay grasas vegetales saturadas muy saludables—Especialmente el aceite de coco y aceite de palma.

El Aceite de Coco es una de las grasas más saludables que puede comer, ya que contiene alrededor del 66 % de triglicéridos de cadena media (MCT).

Los MCT son grasas que no son procesadas ​​por el cuerpo de la misma manera que los triglicéridos de cadena larga. Normalmente, una grasa que es absorbida por su cuerpo debe ser mezclada con bilis que es liberado por su vesícula biliar antes de que pueda ser digerido por su sistema digestivo.

Sin embargo, los triglicéridos de cadena media van directamente a su hígado, que lo convierte naturalmente el aceite en cetonas (a menos que esté tomando un medicamento de estatinas, que impide que el hígado haga la conversión en cetonas), evitando la bilis en su totalidad.

Posteriormente el hígado libera rápidamente las cetonas, que son solubles en agua, en el torrente sanguíneo, donde son transportadas al cerebro para ser fácilmente utilizadas como combustible. Además no requieren L-carnitina para ser llevadas a la mitocondria como combustible.

Hay una fuerte evidencia que sugiere que las cetonas en realidad ayudan a restaurar y renovar las neuronas y la función nerviosa en su cerebro y que son un importante tratamiento para las enfermedades neurodegenerativas.


Muchas Personas Necesitan Comer Más Grasas Saturadas y Menos Aceites Vegetales

La mayoría de nosotros tenemos que aumentar radicalmente la grasa saludable en nuestra alimentación. Esto no nada más incluye la grasa saturada, sino también las grasas monoinsaturadas (de aguacate y frutos secos) y las grasas omega-3. La investigación ha aclarado que las grasas saturadas son beneficiosas para la salud humana.

Recuerde que no debería consumir más del 10 % del total de calorías totales o calorías de grasa como los PUFAs (grasas omega-6 más omega-3) ya que pueden dañar las membranas celulares y mitocondriales.

Un meta-análisis publicado en 2014 in Annals of Internal Medicine utilizó datos de cerca de 80 estudios y más de medio millón de personas. Encontró que las personas que consumen mayores cantidades de grasa saturada no tienen más enfermedades cardiacas que las que consumen menos. Tampoco encontraron menos enfermedades cardiacas entre las que comían mayores cantidades de grasa insaturada, incluyendo tanto el aceite de oliva como el aceite de maíz.

Un metaanálisis publicado en 2015 el British Medical Journal (BMJ) tampoco encontró ninguna relación entre altos niveles de grasas saturadas y la enfermedad cardiaca. Tampoco encontró una asociación entre el consumo de grasas saturadas y otras enfermedades que amenazan la vida tales como derrames cerebrales o diabetes tipo 2.

Sin embargo, otro meta-análisis, publicado en 2010, agrupo datos de 21 estudios e incluyó a casi 348 000 adultos. Tampoco encontró ninguna diferencia en el riesgo de enfermedad cardíaca y derrame cerebral entre las personas con un menor o mayor consumo de grasas saturadas.26 En efecto, lejos de tener un riesgo, se sabe que las grasas saturadas proporcionan una serie de beneficios importantes para la salud, incluyendo los siguientes:

Proporcionar bloques de construcción para las membranas celulares, hormonas y sustancias similares a las hormonasAbsorción de minerales, tales como calcioTransportadores de importantes vitaminas liposolubles A, D, E y KConversión de caroteno en vitamina AAyudar a disminuir los niveles de colesterol (ácido palmítico y esteárico)Actuar como agente antiviral (ácido caprílico)Combustible óptimo para el cerebroProporcionar sensación de saciedadModular la regulación genética y ayudar a prevenir el cáncer (ácido butírico)

cetosis
Si le parecen demasiadas cosas para recordar, sólo recuerde esto: Una cantidad cada vez más grande de evidencia científica apoya el consumo de grasa saturada como una parte necesaria de una alimentación saludable para el corazón y firmemente refuta el mito de que las grasas saturadas promueven las enfermedades cardiacas. Para una salud óptima, coma alimentos reales--esto significa muchas grasas saturadas y poco o nada aceites vegetales especialmente refinados

En Resumen, las Grasas Saturadas Son Saludables

Grasas saturadas:
  • Aumentan los niveles de LDL, pero aumentan las partículas grandes y esponjosas que no están relacionadas con un mayor riesgo de enfermedades cardiacas.
  • Aumentan sus niveles de HDL. Esto más que compensa cualquier aumento en el colesterol LDL.
  • No causan enfermedades cardiacas como lo indican los estudios mencionados en este artículo.
  • No causan el mismo daño que otras grasas, ya que no tienen ningún doble enlace que pueda ser dañado por la oxidación.
  • Sirven para alimentar la mitocondria y producir radicales libres mucho menos dañinos que los carbohidratos.