Unas imágenes increíbles muestran una jirafa blanca rara sin manchas en su cuerpo, pastando con el resto de su manada en la selva africana.

El fotógrafo Jaime Manuel logró capturar las sorprendentes imágenes de una rara jirafa blanca en Ishaqbini, Kenia.
giraffe girafa
© AFP 2016/ Tony Karumba
Su manada parecía completamente indiferente a su coloración inusual, como si fuera igual que los demás, afirma el fotógrafo.


Comentario: La madre naturaleza al parecer no juzga por el color de la piel, o el pelaje.


La jirafa de Rothschild, que pertenece a una de las subespecies de jirafa en mayor peligro de extinción, con sólo unos cientos de miembros en estado salvaje, es blanca, pero no es albina. Ha perdido la pigmentación de su piel debido a una modificación genética llamada leucismo. Esta alteración se caracteriza por la pérdida general o parcial de pigmentación: las células de la piel no producen pigmentos, pero sí lo hacen los tejidos blandos, lo que permite los ojos oscuros del animal. A diferencia de albinismo, está enfermedad es causada por una reducción en múltiples tipos de pigmento, no solo la melanina.

La jirafa blanca de Ishaqbini tenía aspecto saludable y se estaba alimentando bien, cuando fue descubierta en las tierras africanas.


Más de la mitad de las jirafas jóvenes no supera el medio año de edad y son el objetivo de leones, hienas y perros salvajes, según la Fundación para la Conservación de la Jirafa. La supervivencia de una jirafa blanca es todavía más complicada: el color de su pelaje la hace más visible y atractiva para los depredadores.

Otra jirafa con leucismo fue descubierta en enero en Tanzania. El Parque Nacional de Tarangire está tomando medidas especiales para su protección.