Gilbert Doctorow, coordinador europeo del Comité estadounidense para el Acuerdo entre Oriente y Occidente (The American Committee for East-West Accord), estima que el Gobierno estadounidense no quiere admitir que sus "días unipolares" en las relaciones con Rusia han acabado y, que "la arrogancia de Washington puede llevar a una guerra, incluso a la aniquilación nuclear".
Comentario: Estamos de acuerdo en cuanto a la arrogancia de Estados Unidos porque es el tipo de jugador de ajedrez que una vez vislumbra su derrota, tira todo el tablero al suelo. De esta manera no gana, pero nunca pierde tampoco.
En su publicación en el portal Consortiumnews.com el analista lamenta que las relaciones entre Rusia y Estados Unidos hoy en día sean tensas y se determinen por la Guerra Fría, con la Casa Blanca haciendo "oídos sordos" hacia el llamamiento de Moscú a la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo, pese a que ambos países fueron aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
"La actitud hacia Rusia en el nuevo milenio ha sido dictada por una visión que ahora es seriamente obsoleta", escribe Doctorow, destacando que EE.UU. percibe a Rusia como un potencial rival y "un Estado fracasado al que le falta poderío económico y cohesión social para hacer frente a una fuerte presión desde fuera". Sin embargo, el experto asegura que la realidad se refleja bien en un comentario que realizó el expresidente ruso Borís Yeltsin a Bill Clinton en protesta por la intervención de EE.UU. en Serbia: "Piense una vez más, porque Rusia volverá".
"Bajo [el Gobierno] de Vladímir Putin Rusia ha retornado en la manera en que suelen volver las grandes potencias. Puede ser más pequeña que la URSS, pero está en mejor forma, con una economía de mercado mixta que es mucho más ágil y se gestiona mejor, con fuerzas convencionales que se acercan y en ciertas esferas superan los estándares de Occidente", destaca Doctorow. "Actualmente Rusia es un adversario formidable y aparentemente invencible si la confrontación es la vía en la que algunos políticos estadounidenses ven las relaciones bilaterales", concluye.
Comentario: Aunque parte de la arrogancia de EE.UU. mencionada arriba dicta que Washington nunca se enfrentará a Rusia de manera directa y abierta. Siempre lo hará de manera encubierta utilizando a otros para cumplir su cometido. Un buen ejemplo de esto son los precios del petróleo tumbados a bajos históricos por la masiva producción de Arabia Saudita. O Maidán en Ucrania, o el Talibán en el Afganistán de los años 80. Estados Unidos no se atrevería jamás a entrar en una batalla directa con un adversario que obviamente puede derrotarlo.