Tres ballenas de tres especies diferentes han varado en la Costa de Andalucía occidental, en playas de Huelva y Cádiz, en menos de una semana y, según los expertos, el mar puede seguir arrastrando cadáveres o cetáceos aún vivos hasta tierra. «No sería extraño que sigamos viendo más ejemplares en los próximos días», avisa uno de los investigadores del centro Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceo (Circe) y doctor en Ciencias del Mar, Renaud de Stephanis.
cetáceo
© EFEEste fue el primer cetáceo que se encontró el 11 de este mes.
Pendientes de las necropsias que quedan en manos de los técnicos de la Junta de Andalucía para determinar la causa de la muerte en los casos contabilizados hasta el momento, De Stephanis indica que la llegada por goteo de estos ejemplares se produce justamente después del temporal que se registró la semana pasada. «El mar los ha ido trayendo a la Costa», dice para añadir que otros años por la misma época no se ha producido el fenómeno porque no se han producido temporales de la misma fuerza.

La zona que va desde el Golfo de Cádiz hasta Canarias recibe una alta concentración de ballenas que se trasladan para comer y, al mismo tiempo, registra un intenso tráfico marítimo, por lo que se producen constantes colisiones. Según las estadísticas que maneja el Circe, cerca de un 30% de las muertes de rocuales comunes que se registran se deben precisamente a colisiones con barcos. En el caso de las crías, la tasa de mortandad se sitúa en el 50 por ciento, indica De Stephanis.

En este cruce de datos, fuentes de la Delegación de Medio Ambiente de la Junta señalan que, según los técnicos, entorno al 98% de las ballenas que quedan varadas presentaban una patología previa y, al debilitarse, pueden acabar en cualquier playa.

Por goteo

Los hallazgos se han venido produciendo por goteo desde el pasado 11 de mayo, cuando una cría de rocual común fue a parar a la playa de Punta del Moral, en Ayamonte (Huelva). Durante horas, decenas de voluntarios trataron de mantenerla con vida y tras varios intentos, lograron devolverla al mar. Sin embargo, el ballenato estaba muy debilitado y chocó contra el espigón, en un golpe que le destrozó los órganos y acabó con su vida.

Dos días después, el cadáver había sido arrastrado por la marea y apareció a decenas de kilómetros, en la playa del Espigón, en el término de Huelva capital. Colectivos vecinales y ecologistas denunciaron que el ballenato permanecía sobre la arena días después, abandonado por las administraciones, provocando olores y con riesgo para las personas que fueran al lugar.

Tras la denuncia, el Ayuntamiento procedió en la tarde de ayer al enterramiento de la cría de ballena,bajo la supervisión de Medio Ambiente. Se cavó un hoyo de unos tres metros de profundidad, 8,5 metros de largo y 2 metros de ancho, de forma que sobre el cadáver queda una capa de tierra superior a un metro. Técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente procederán hoy a a la desinfección de la zona.

Posteriormente, fue hallado un rocual aliblanco en la playa de Atlanterra, en la provincia de Cádiz y el pasado lunes, aparecía otro cadáver en la zona de Doñana, en la playa del Asperillo, en el término de Almonte. Este último ejemplar pertenece a la especie yubarta, de 9,5 metros de longitud, y hasta la jornada de ayer permanecía en el lugar. Medio Ambiente indicó que no en todos los casos se hacen necropsias y que los técnicos descartaron desde el principio la de la cría.