Los representantes del Partido Demócrata de Estados Unidos al acusar a Rusia de hackeo de sus servidores desvían la atención del propio contenido de los correos, aseguró el fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
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© Sott.net"Sueño con un mundo mejor..."
"La campaña de Hillary Clinton recurre a declaraciones infundadas sobre supuestos hackeos que tuvieron lugar en el pasado para desviar la atención de los correos electrónicos", dijo Assange en una entrevista a la televisión estadounidense.

Esta actitud, advierte Assange, "dice mucho de los instintos naturales de Clinton y su entorno que acusan a los rusos, chinos y otros al enfrentar escándalos políticos internos serios; ese estilo de manejar los asuntos políticos pueden llevar a un conflicto", alertó.


Comentario: Estamos enteramente de acuerdo con las afirmaciones de Assange. Este comportamiento patológico es sólo una muestra de un modus operandi de larga data que Clinton y sus seguidores cercanos ponen sistemáticamente en acción. La animadversión contra los supuestos rivales de EE.UU. en todas sus declaraciones y el hecho incuestionable de que siempre son el blanco directo de su retórica, es una clara muestra de que si este agresivo y pervertido personaje de la política estadounidense alcanza la presidencia del país muy probablemente veamos una escalada de violencia sin precedentes.


El domingo pasado la presidenta del Comité Nacional del Partido Demócrata de EEUU, Debbie Wasserman Schultz, anunció que dimitiría tras concluir la convención por el escándalo de la filtración de los correos electrónicos del partido.

De esa correspondencia se desprende que la cúpula del partido apoyó abiertamente en las primarias a Hillary Clinton y trabajó para perjudicar la campaña de Sanders.

El equipo de Clinton se apresuró a asegurar que sus servidores habían sido hackeados por piratas informáticos rusos, lo que supuestamente ponía en evidencia los planes de este país de apoyar al candidato republicano Donald Trump. Los representantes republicanos rechazaron estas afirmaciones y el propio Trump las calificó de una broma.