Ahora que el sentido común ha sido restaurado y el Comité Olímpico Internacional ha decidido no suspender a todo el equipo ruso de competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016, me gustaría dar un paso atrás y mirarlo en un contexto más amplio.
Darya Klishina, saltadora de longitud rusa.
© JONATHAN NACKSTRAND / AFP - Getty ImagesDarya Klishina, saltadora de longitud rusa.
Las élites occidentales, a través de sus cómplices pagados en los medios de comunicación y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), intentaron prohibir que todo un país participara en una competencia atlética mundial de aficionados, porque no querían que Rusia se ganara algo de buena voluntad pública a través del desempeño de sus atletas; tampoco querían ver a los atletas rusos en el podio, recibiendo sus medallas y escuchando el himno nacional de Rusia para celebrar sus logros deportivos.

¿Acaso esto no le parece a usted absurdo y muy mezquino? A mí sí. Da la impresión también de ser completamente desesperado. Es como si las élites occidentales se hubieran dado cuenta de que Putin los ha vencido en el campo geopolítico, por lo que han cambiado de rumbo a un campo diferente, uno mucho más pequeño y menos importante en el gran esquema de las cosas. Han alistado a sus agentes en los medios de comunicación para que actúen como jueces y jurado a pesar de que en realidad no hay evidencia real de "dopaje institucionalizado", un hecho que es aparentemente insignificante para los periodistas que, al parecer, hace mucho tiempo abandonaron la integridad y la objetividad.

Esto es lo que la herramienta de las élites, la AMA, informó: Durante los Juegos Olímpicos de Sochi en 2014, los atletas rusos estaban trabajando directamente con el FSB para pasar los controles de drogas. Aparentemente, el FSB les pasaba frascos de orina a los atletas a través de un agujero en la pared. También de alguna manera fueron capaces de poner la orina en recipientes estériles y añadir sal en el proceso. La AMA no tiene realmente ninguna prueba de esto. Se basan en el testimonio de Grigory Rodchenkov, un nacional ruso que desertó a los EE.UU. después de ser despedido por, lo has adivinado, el fraude de dopaje. El burro hablando de orejas.

Es casi como si alguien en la AMA leyera un guión de un aspirante a ser guionista en lugar de un informe real. Ningún reportero decente tomaría en serio las declaraciones de este hombre. Parte del periodismo es investigar a la persona que hace las declaraciones tanto como a las declaraciones en sí mismas. No aparece que se haya hecho ninguna investigación, muy probablemente debido a que Rodchenkov está siendo "influenciado" por Occidente para decir las cosas que dice. ¿Por qué contrataría EE.UU. a un criminal si no para dar legitimidad a sus declaraciones?

Ahora bien, es justo decir que probablemente haya atletas en Rusia que tomen drogas para mejorar su rendimiento. En el despiadado mundo de la competición olímpica, muchos atletas buscarán cualquier oportunidad que les pueda dar una ventaja sobre sus compañeros competidores. El éxito olímpico puede conducir a una gran ganancia financiera a los atletas que capturan la medalla y/o la atención del público. Hay un montón de razones por las que los atletas hacen trampa y estoy seguro de que algunos lo hacen. ¿Creo yo en la historia de Rodchenkov acerca de los esfuerzos a capa y espada por parte del FSB para ocultar el dopaje de todo el equipo nacional de Rusia? Ni por un segundo. El FSB seguramente tiene cosas más importantes que hacer. ¿Usted podría creer que la CIA trabajó en secreto con los atletas estadounidenses para ayudarles a pasar los controles de drogas? Suena igual de ridículo.

Pero volvamos a lo de hacer trampa. ¿Le sorprendería saber que se ha descubierto que atletas de otros países se dopaban en anteriores Juegos Olímpicos? Kenia tiene una "crisis de dopaje" entre sus atletas. Al menos 20 corredores han dado positivo por esteroides en los últimos dos años. No me sorprendió leer que el New York Times llama al problema del dopaje en Kenia como "inepto, pero no corrupto". El New York Times en realidad tiene el descaro de decir: "No hay ninguna indicación de que el país de África oriental tenga una conspiración patrocinada por el Estado para ocultar la trampa". Uno tiene que preguntarse por qué el Times tiene un umbral de tolerancia tan alto para tales evidencias en un país con 20 ejemplos conocidos de fraude; en comparación con Rusia, donde Maria Sharapova fue asada sobre las brasas por dar positivo en melodonium, un fármaco que sólo se convirtió en ilegal 6 meses antes de que hubiera dado positivo. Además, hay muchas preguntas acerca de cuántos atletas se hicieron conscientes siquiera del cambio de regla que hizo que el melodonium fuera una sustancia prohibida.

También están los jamaiquinos, cuyos velocistas han ganado la medalla de oro en 2008 y 2012, así como en el Campeonato Mundial de 2011, 2013 y 2015. Resulta que uno de los corredores en su famoso equipo de relevos 4x100, Nesta Carter, tan solo el mes pasado, dio un resultado positivo después de que sus pruebas en los Juegos Olímpicos de Beijing '08 fueran recomprobadas y tanto las pruebas 'A' y 'B' fallaron. De hecho, cuando el COI volvió a probar recientemente las muestras de orina de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, encontró que otros 31 atletas de 12 países habían hecho trampa. Otro miembro de ese equipo de clase mundial, Asafa Powell, recibió una suspensión de 18 meses después de dar positivo en 2014 (lo que se redujo a 6 meses de apelación). En 2013, 6 atletas jamaiquinos no pasaron las pruebas de drogas, y fue incluso más preocupante el hecho de que toda la junta directiva de la Agencia Antidopaje de Jamaica renunciara ese mismo año. El ex jefe de la WADA, Dick Pound, dijo lo siguiente acerca de toda la situación:
"La Comisión Antidopaje jamaiquina no estaba haciendo casi ninguna prueba a sus deportistas de alto nivel durante el período previo a Beijing y Londres. Había un completo predominio de tales atletas para esas dos competiciones. Un predominio tan enorme es de por sí algo sospechoso."
Los maratonistas de Kenia habitualmente se encuentran entre los mejores del mundo en su deporte, sobre todo en carreras de larga distancia, donde, desde la década de 1960, tienen más batidores de récords y medallistas olímpicos que cualquier otro país. Los jamaiquinos han sido los mejores en el mundo en carreras de velocidad y Usain Bolt, en particular, ha llamado la atención al mundo del deporte. Pero si se suspende a Jamaica y a Kenia, se suspende al velocista más importante del mundo y a esos increíbles corredores de Kenia. No tengo ninguna duda de que los patrocinadores de las olimpiadas y las empresas de televisión que han pagado millones de dólares por los derechos de las Olimpiadas no dudarán en expresar su malestar por una decisión como esa. Es también digno de mención que ni Kenia ni Jamaica se han levantado contra el Imperio de la forma en que Rusia lo ha hecho, por lo que claramente no han hecho esfuerzos sostenidos para demonizarlos. El mensaje es: está todo bien, siempre y cuando no se levante contra el matón.

Vivimos en la Era de las Trampas. Ya en 1992, se escribieron documentos acerca de cómo las normas antidopaje ya no eran directrices morales, sino obstáculos que había que superar. Incluso el periodicucho ultra liberal The Guardian recientemente tuvo que darse un respiro de su vituperio contra Rusia para hacer un balance del hecho de que acusar a alguien de "dopaje" hoy por hoy, es como entregar multas por exceso de velocidad en las 500 Millas de Indianápolis.

Hecho: los atletas de Estados Unidos también fueron descubiertos haciendo trampa. De hecho, el resto del mundo sólo podría estar siguiendo su ejemplo. Marion Jones ganó tres medallas de oro y dos de bronce en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, pero más tarde le despojaron sus títulos luego de admitir que usaba esteroides en el escándalo generalizado BALCO, que se produjo en 2002. El escándalo no sólo descubrió su dopaje, sino también el de más de 20 deportistas de alto nivel, entre ellos el ex esposo de Jones, el lanzador de peso CJ Hunter, y el velocista de 100, Tim Montgomery.

Sin duda, el mundo no se ha olvidado de Lance Armstrong, un ciclista de clase mundial que ganaba rutinariamente la carrera de ciclismo en ruta más prestigiosa y conocida en el mundo, el Tour de Francia, y que con el tiempo se descubrió que fue el cabecilla de "el programa de dopaje más sofisticado, profesionalizado y exitoso que el deporte jamás haya visto". En 2012 se le prohibió participar en deportes para siempre y fue despojado de todas sus grandes victorias después de 1998, que incluyen 7 títulos del Tour de Francia. Un artículo de la CNN, más adelante lo llamó "la caída épica de la estrella del ciclismo, que fue una vez un icono idolatrado por millones en todo el mundo", señalando que "se destaca en la historia de los deportes profesionales".

Ni mencionar a los deportes profesionales de Estados Unidos y el engaño generalizado que ocurre allí. EE.UU. pretende que tiene la autoridad moral en éste y otros asuntos, pero en realidad no la tiene. Ningún otro país es tan corrupto en todos los ámbitos, por lo que es muy probable que sea el peor delincuente en lo que respecta a hacer trampas en los deportes.

Imagínese la incredulidad de los rusos cuando los estadounidenses les dijeron que son tramposos. Como he dicho antes, es el burro hablando de orejas.

Claro, probablemente hay atletas rusos que hacen trampa. Y a esos atletas no se les debe permitir que compitan. Pero lo mismo debe decirse para cualquier atleta de cualquier país. Si hay declaraciones de un "encubrimiento institucionalizado del dopaje", como las hay en el caso de las declaraciones de la WADA contra Rusia, entonces sería mejor que hubiera evidencia irrefutable para respaldar esas afirmaciones.

Pero no nos han dado tales evidencias, sólo las declaraciones de un hombre, seguidas de la burla por parte de todos los periodicuchos de propaganda en Occidente. Debido a esas declaraciones sin fundamento, ellos chillan diciendo que cualquiera de Rusia debe ser suspendido por completo de la competencia. Afortunadamente, el COI no cayó en todas las tonterías y emitió un fallo sensible. Pero no antes de que esos mismos periodicuchos intentaran influir en el resultado mediante artículos de noticias en los días previos a la sentencia:
Daily Mail: TODO el equipo de Rusia de 387 atletas será suspendido de competir en los Juegos Olímpicos de Río, como castigo por el programa de dopaje patrocinado por el Estado en su país

The Sun: ¡Adiós y hasta nunca! El COI anunciará hoy la suspensión de todos los 387 atletas rusos de los Juegos Olímpicos en Río (La expresión "¡Adiós y hasta nunca!" es especialmente despreciable)
Parece que estos medios necesitan obtener mejores fuentes antes de pasar por tontos.

Otros medios de propaganda tomaron un rumbo diferente al tratar de presionar al COI. El Times del Reino Unido publicó una "Carta al COI":
Por favor, suspendan a Rusia de los Juegos de Río

El Bild de Alemania anunció que si se permitía que los atletas rusos participasen en Río, Bild los dejaría "exentos" de su conteo de medallas y declararía que los resultados de todos los atletas rusos son "nulos". Qué infantil de su parte.

The Guardian publicó un artículo diciendo que "no hay lugar para los tramposos" en los Juegos Olímpicos de Río: "Si Rusia no es excluida, el mundo no será capaz de creer en lo que se ve en la arena durante los Juegos Olímpicos del próximo mes".

Tal vez el Guardian debe centrarse en sus propios atletas del Reino Unido. Un médico británico fue grabado diciendo que había dopado hasta a 150 deportistas durante más de seis años y que, hace dos años, se le había dado evidencias de sus actividades a la Agencia Antidopaje del Reino Unido financiada por los contribuyentes (UKAD), y ésta no ha hecho nada al respecto.

En este momento, debería estar claro que Rusia de ninguna manera es la "oveja negra" cuando se trata de dopaje en el atletismo. Si el COI quiere suspender a un país porque algunos de sus atletas tienen un resultado positivo de sustancias prohibidas, entonces ellos también podrían prohibir la participación a todos los países de la Tierra.