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Un estudio del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH) relaciona la velocidad mental con la forma del cerebro y descarta que el tamaño cerebral tenga que ver con la inteligencia.

El estudio ha sido realizado por un equipo liderado por el responsable del equipo de Paleobiología de homínidos del centro, Emiliano Bruner, y se ha basado en una muestra de cien personas cuyo cerebro se ha escaneado y que se han sometido a 21 test psicométricos para determinar los niveles de inteligencia con distintos parámetros.

Bruner ha explicado hoy que la única relación que se ha establecido se ha localizado en los cuatro test destinados a medir la velocidad mental en sus diferentes aspectos.

Emiliano Bruner ha reconocido que la correlación que se ha encontrado entre forma del cerebro y velocidad mental es baja, de sólo entre un 2 y un 3 por ciento, aunque cree que la razón puede estar en que "básicamente el cerebro de los humanos actuales es muy parecido".

Por esta razón se ha mostrado convencido de que este hallazgo puede tener importancia como diferencia entre especies de homínidos desaparecidos durante la evolución.

La teoría que maneja el equipo de Bruner es que la razón de la mayor velocidad cerebral puede estar en la mayor proximidad física que hace que la información neuronal tenga que recorrer distancias más cortas en cerebros más redondos.

De hecho, el doctor Bruner ha recordado que el cerebro de los Homo Sapiens, la especie actual, es el más redondo de todo el género Homo.

El estudio, según Bruner, confirma hipótesis que se habían mantenido desde otras áreas de conocimiento científico pero que hasta ahora no se habían probado.

Todas las áreas coinciden en la importancia de estudiar los lóbulos parietales, que hasta ahora se habían considerado secundarios.

También en este caso, su mayor desarrollo es una característica distintiva del Homo Sapiens respecto al resto de los homínidos.