Una familia estadounidense denunció métodos extremos de vegetarianismo impuestos sobre un niño de 11 meses, llevando a la madre del bebé a las cortes, informa CBS Pittsburgh.
© InternetMuchos basan su vegetarianismo en la creencia de que son espiritualmente más elevados que el resto por practicarlo
A Elizabeth Hawk, de 33 años, se le imputan poner en peligro el bienestar de su niño intentando hacerlo un vegetariano. El menor estaba a punto de morir debido a malnutrición ya que su madre le alimentaba exclusivamente con nueces y fresas.
"Le ha salido un sarpullido grave. Tenía problemas con sus habilidades motoras. Ni siquiera podía mover las manos", comunicó Brandy Hawk, la cuñada de la mujer detenida.
Los médicos registraron que
el niño estaba a punto de entrar en estado de choque séptico y calificaron el trato dado al niño de "inhumano". Según dice la cuñada de Elizabeth, la mujer mantenía un régimen alimentico muy estricto.
"[La madre] tenía ganas de próximamente pasar a vivir solo de agua y de la luz del sol", explicó. Elizabeth Hawk permanece en libertad bajo palabra esperando a la audiencia preliminar.
Comentario: Bien suele afirmarse que la mentira es un arma de destrucción. Pues este es un caso concreto en donde esta profunda verdad puede verse en acción. La creencia ciega en un principio sin fundamentos firmes ni correlato con la realidad lleva indefectiblemente a la propia destrucción y, como puede verse en este caso, puede conducir también a la destrucción de quienes más amamos.
El vegetarianismo se basa esencialmente en aceptar como ciertos una serie de axiomas que bajo ningún concepto encuentran asidero con ninguna evidencia concreta de carácter objetivo que asegure su veracidad y garantice su éxito como medio para llevar una vida en cuerpo y espíritu más sana. De hecho mucha evidencia apunta justamente en la dirección contraria.
El fanatismo, es decir el acto de abrazar con fervor una creencia sin la intervención consciente de nuestras más elevadas facultades de discernimiento, pone en riesgo nuestro bienestar tanto en el ámbito físico como en el espiritual. Aquellos que deciden adoptar una forma de vida basados únicamente en fuertes sensaciones o estados emocionales intensos olvidan que ambas condiciones pueden ser creadas en nuestro interior por una combinación letal de ignorancia, manipulación de la información, influencias inconscientes provenientes de la cultura en la que estamos inmersos, y una cantidad nada despreciable de sesgos propios y adquiridos que nublan nuestra capacidad de comprender la realidad y de observarla tal como es en vez de percibirla tal como quisiéramos que fuera.
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