El presidente filipino, Rodrigo Duterte, promete abrir las puertas del país a la inversión extranjera para acabar con la corrupción y el proteccionismo.

"El único camino para la liberación de este país es sacarlo de las garras de las pocas personas que tienen todo el poder y el dinero", ha enfatizado este jueves el mandatario filipino.

duterte brazos abiertos
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En una rueda de prensa celebrada en Dávao (sur), Duterte ha defendido la independencia del país asiático y ha detallado sus planes para abrir a los inversores extranjeros los sectores de la electricidad, la energía y las telecomunicaciones de Filipinas.

"No les debo nada y fue justo por eso que los estuve evitando durante las últimas elecciones. No estoy tratando de destruirlos. Tienen ventajas, ya están aquí. Estén contentos con eso, pero déjennos abrir todo", ha dicho el dignatario filipino a los magnates locales.

A criterio de Duterte, es el momento de que los potentados filipinos compartan su riqueza, ya que la única forma de hacer que el país sea más rápido a la hora de beneficiar a los pobres es abrir realmente las comunicaciones y todo el sector energético.
"Se pueden contar con los dedos los actores poderosos de este país, que yo no diría que sean la élite (...) Solo me gustaría enviar este fuerte mensaje: ya es hora de que compartamos el dinero de todo el país (...) hagamos que la competencia esté abierta a todos. Ustedes bloquean la competencia y, así, siempre estaremos a merced de gente corrupta", ha considerado.
Estas afirmaciones de Duterte tienen lugar después de que el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, haya dejado clara su intención de adoptar una política económica proteccionista con la retirada norteamericana del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).

A pesar de los temores a un eventual retroceso económico durante la presidencia de Duterte, las estadísticas reflejan un crecimiento de 7,1 por ciento de la economía filipina en el periodo julio-septiembre, los primeros tres meses de su Administración.

La revista Forbes tiene a 11 filipinos en su lista de multimillonarios del mundo del año 2016. Las propiedades del multimillonario más adinerado del país, Henry Sy, están valoradas en más de 13 mil millones de dólares.