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© BBCMillones de estadounidenses apuestan al póquer en línea.
Se estima que 10 millones de estadounidenses participan cada año en una actividad que es aparentemente ilegal: el póquer en línea.

En los últimos años, el Congreso estadounidense ha hecho todo lo posible por prohibirla.

Aunque no la ha convertido en una actividad criminal, sí ha aprobado normas que hacen ilegales las transacciones financieras relacionadas con este juego.

Eso ha tenido como consecuencia la proliferación de sitios web en el extranjero que están embolsándose los ingresos de un sector multimillonario.

Sin embargo, este panorama puede estar a punto de cambiar, si los estados con más alto déficit así lo deciden.

En Iowa, Florida, California y Nevada ya se han efectuado propuestas para legalizar el póquer por Internet, en parte para mejorar el estado de las cuentas públicas.

Al regular el póquer en internet, las administraciones federal y estatales podrían recaudar hasta US$3.000 millones al año. Solo en Iowa, el impuesto al póquer online podría contribuir a la hacienda con US$35 millones al año.

Además del evidente beneficio económico, los partidarios de la legislación aducen que los jugadores se beneficiarían de la protección al consumidor propia de otras actividades, y que ahora es a menudo competencia de entidades extranjeras, en ocasiones poco fiables.

Pero los opositores de estas normas están dispuestos a presentar batalla.

"La industria más nociva"

A los grupos más conservadores les preocupa el efecto que tendría el tener acceso al juego desde casa, en particular el atractivo que pueda tener para los propensos a la ludopatía.

Condenan la degeneración que el juego por internet, dicen, tiene sobre las familias, como el caso de padres que dedican más tiempo a apostar desde su sofá que a prestar atención a la vida doméstica.

Les Bernal, el director ejecutivo del grupo Stop Predatory Gambling (Paren el Juego Depredador) identifica una alianza pecaminosa entre el gobierno y el sector del juego.

Cree que el juego es la industria más nociva de Estados Unidos porque su modelo de negocio depende de la creación de individuos adictos y muy endeudados.

"En lugar de abrir casinos en la calle, básicamente lo que planean es abrir uno en cada oficina y en cada dormitorio de EE.UU., abierto las 24 horas del día", afirma.

Juego distinto

Pero los entusiastas del póquer de todo el país tienden a hacer una distinción entre el póquer y otro tipo de juegos

Póquer es un juego de habilidad y estrategia, y no una cuestión de azar como las máquinas tragamonedas, argumentan.

Aseguran que el póquer recompensa a quienes dominan las complejidades matemáticas y sociales del juego, algo distinto a lanzar los dados.

John Pappas, director ejecutivo de Poker Players Alliance (Alianza de Jugadores de Póquer) añade otra razón.

Como en este juego los jugadores apuestan entre ellos mismos y no contra la casa, la rentabilidad del póquer por internet no depende de que los participantes pierdan mucho dinero, como por ejemplo pasa con la ruleta.

El dinero que ganan los sitios web de póquer procede de un pequeño porcentaje que retienen por cada apuesta. Si alguien pierde, su dinero va al otro jugador, y no a la casa.

"Espíritu estadounidense"

La Alianza de Jugadores promueve una legalización no solo estatal, sino nacional.

Pappas tiene esperanzas de que, después de varios intentos fallidos, el Congreso se pronuncie sobre el póquer online este mismo año.

Pappas se muestra preocupado por el control del juego por extranjeros, y no solo por la pérdida de ingresos y puestos de trabajo.

A él lo que quizás le molesta más es la pérdida de su esencia estadounidense. Cree que el juego por internet no ha respetado esa tradición cultural.

"Los estadounidenses vemos póquer por televisión. La gran mayoría ha jugado con sus padres, hijos o amigos", afirma. "Es un juego que condensa el espíritu estadounidense".