Emmanuel Macron
Confíe en mi, soy un banquero...
En su discurso de "victoria" en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, Emmanuel Macron dijo que representará a todos los franceses "frente a la amenaza de los nacionalistas".

Aparentemente ser un nacionalista francés es ahora un crimen de odio.

Es altamente sospechoso que Macron haya conseguido la mayoría de los votos y ahora probablemente gane la Presidencia el 7 de mayo.

Aquí tenemos a un banquero de los Rothschild de 39 años que era prácticamente desconocido hace menos de un año. Él es respaldado por Obama y la OTAN, nunca fue elegido para cargos públicos; pasó un par de años como ministro, consiguiendo fácilmente el cargo bajo Hollande, donde propuso una ley de "trabajo" que lleva su nombre y contra la cual cientos de miles protestaron, por lo que tuvo que ser forzada a través de un decreto ejecutivo y con un manifiesto ligeramente menos blando que su propia personalidad.

La presidencia de Hollande, bajo la cual Macron sirvió, es probablemente la menos popular en la historia francesa. Y sin embargo, ¡¿¿se espera que creamos que la mayoría de los franceses votaron por este tipo??!

Suena como un juego amañado para mí.

Sin embargo, a pesar de que los medios de comunicación ya aseguran a todos que Macron fácilmente tomará los laureles el 7 de mayo, puede que el juego aún no haya terminado.

Mélenchón (el loco súper izquierdista trotskista), quien recibió alrededor del 20% de los votos, tuvo el papel de hacer que los votos de la gran mayoría de los que estaban disgustados con el sistema se alejaran de Le Pen. Hizo bien su trabajo. Pero ahora Mélenchón tiene que decidir cómo instar a los que votaron por él, a votar por Macron. Aquellos que votaron por él lo hicieron en gran parte debido al desagrado severo que sienten hacia un papanatas del establishment como Macron. Para evitar exponerse a sí mismo como el cómplice que es, Mélenchón ha dicho que no respaldará a Le Pen ni a Macron, sino que pedirá a sus 450.000 miembros del partido que decidan a través de su sitio web.

Este es un movimiento furtivo, porque aunque él sí apoya a Macron, puede culpar a los miembros de su partido. Sin embargo, puede que sus partidarios no sean engañados y el resultado se vuelva hacia Le Pen como la única opción "anti-establishment". La probabilidad es remota, lo sé, pero recuerde a Trump. De hecho, un escenario similar se desarrolló en Estados Unidos el año pasado, cuando Clinton le jugó sucio a Bernie Sanders para ganar la nominación demócrata. Cuando Sanders entonces endorsó a Clinton, muchos de sus partidarios, sintiéndose traicionados, votaron por Trump en forma de protesta.

El otro punto de interés es el 1% de los votos ganados por el candidato François Asselineau.

En las elecciones regionales francesas de noviembre de 2015, con escasa o nula cobertura mediática y con sólo 9.000 miembros de su partido (UPR), Asselineau recibió 190.000 votos, lo que resultó en el 1% de los votos.

Hoy en día, con 26.000 miembros del partido, un mes de cobertura mediática decente, 11 millones de visitas en su canal de YouTube y muchas marchas a las que asistieron miles de personas, su total de votos aumentó a 300.000, lo que de alguna manera resulta en el 0,8%. Imagínese. La votación es un negocio turbio, difícil de entender. Abierto a que alguien se entrometa. Tan sólo pregúntele a los rusos.

En general, las cosas no se ven bien para Francia o para el pueblo francés, a quienes estaría bien aconsejar que se preparen. El racismo postmoderno, globalista, nihilista, belicista y REAL contra los musulmanes en todas partes (en forma de más bombardeos contra las naciones musulmanas) se ha instalado plenamente en La Republique.