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La mayoría de la actividad volcánica de la Tierra (entre un 75 y 80 por ciento) se lleva a cabo en las dorsales oceánicas, el mayor sistema volcánico de nuestro planeta, compuesto por formaciones submarinas por donde el magma emerge continuamente a través de la corteza.

Estos volcanes oceánicos producen permanentes flujos de lava, pero hasta ahora se dudaba si provocaban erupciones explosivas, debido a que estos volcanes están bajo la presión del agua circundante.

Este misterio fue resuelto por Christoph Helo, de la Universidad McGill, quien gracias a la utilización de una microsonda de iones demostró que las erupciones explosivas efectivamente ocurren en los volcanes de alta mar. El hallazgo fue logrado gracias a la detección de altas concentraciones de CO2 en las gotitas de magma atrapadas en los cristales recuperados de depósitos de ceniza del volcán Axial, ubicado frente a Oregon.

El trabajo -publicado en la revista Nature-, también muestra que la liberación de CO2 de la capa más profunda de la atmósfera de la Tierra, al menos en ciertas partes de las dorsales oceánicas, es mucho mayor lo que se había imaginado.