El plasma de las erupciones solares puede provocar cambios en la intensidad de esos huracanes y afectar al escudo magnético y las comunicaciones de nuestro planeta.

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© Holly Zell / NASA
Pese a que los denominados 'huracanes espaciales' son incapaces de llegar hasta la atmósfera terrestre, pueden suponer una amenaza crucial para la vida humana.

Una investigación del Centro para la Investigación Espacial y Atmosférica (Florida, Estados Unidos) liderada por Katariina Nykyri relató cómo las fluctuaciones del viento solar -o plasma- causan modificaciones en los 'huracanes espaciales', formados por un fenómeno denominado inestabilidad de Kelvin-Helmholtz (KH) y que provocan un cerco sobre la Tierra.

A pesar de que permanecen a más de 500.000 kilómetros de la superficie de la Tierra, "las ondas KH pueden producir fluctuaciones de ultrafecuencia en las líneas del campo magnético terrestre e interactuar con las partículas del cinturón de radiación", indicó Katariina Nykyri. Esa interacción que puede afectar a infraestructuras fundamentales para la humanidad, como los satélites de comunicaciones y las misiones espaciales.

Nykyri detalló que "el peligro está" en que esos 'huracanes especiales' son una de las principales formas en que el viento solar transporta energía, masa e impulso hacia la magnetosfera, con lo cual "afectan a la rapidez con que crecen las ondas KH y su tamaño".

En concreto, la inestabilidad causada por el plasma que rebota en el campo magnético de la Tierra puede crear bandas de energía térmica a unos 67.000 kilómetros de nuestro planeta.

En consecuencia, Nykyri concluyó que para tener "una predicción precisa del tiempo espacial" es fundamental "entender los mecanismos que afectan el crecimiento y las propiedades de los 'huracanes espaciales'".

El equipo investigador analizó siete años de información sobre la amplitud y la velocidad de las fluctuaciones del viento solar en el borde de la magnetosfera, unas mediciones registradas por la nave espacial Themis de la NASA.