Al menos 35 personas fallecieron y 56 resultaron heridas en la oleada de incendios que desde este fin de semana arrasa zonas del centro y el norte de Portugal.

"Existen 35 víctimas mortales, según en un balance preliminar", informó en rueda de prensa Patricia Gaspar, portavoz de la Autoridad Nacional de Protección Civil.
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© REUTERS/ Rafael Marchante

Además, "hay 56 heridos, 16 de ellos graves y 40 leves" y continúan siete personas desaparecidas.

Durante la jornada del 15 de octubre se identificaron más de 500 incendios en el territorio luso, de los cuales 108 continúan activos.

Los incendios de mayor intensidad están localizados en el centro del país, en las sierras situadas alrededor de Coimbra, aunque también están afectados otros territorios como Valença, Sertã, Viana do Castelo, Braga, Viseu y Monção.

El primer ministro portugués, Antonio Costa, declaró el "estado de catástrofe" y lamentó que "no hay bomberos para socorrer todas las situaciones" pese a que 5.000 brigadistas se encuentran trabajando en las labores de extinción.

Este fin de semana se dieron en la costa atlántica de la Península Ibérica una serie de condiciones atmosféricas que propiciaron la proliferación de incendios: en un contexto de sequía persistente se dieron temperaturas superiores a 30 grados centígrados, una humedad menor del 30 por ciento y fuertes vientos provocados por el paso del huracán Ofelia en zonas cercanas al litoral.

Además de los más de 500 fuegos declarados en Portugal, los territorios españoles de Galicia y Asturias sufrieron desde la jornada del 14 de octubre la incidencia de alrededor de 200 incendios, de los cuales alrededor de 100 siguen activos.

En Galicia el número de fallecidos a causa de los incendios ya se eleva a cuatro personas, según los últimos datos ofrecidos por las autoridades locales.

Las autoridades gallegas manejan la teoría de que, pese a que las condiciones eran propicias para la proliferación de incendios, la mayoría de los mismos fueron provocados.