Ayer, Trump cumplió su promesa de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Dado que todo el mundo (menos Israel) está en su contra -junto con el derecho internacional- se moderó un poco al retrasar la decisión de trasladar la embajada estadounidense allí por seis meses. Como era de esperar, su decisión ha sido unánimemente condenada por casi todos aquellos que no son sionistas delirantes; y eso incluye a los supuestos aliados de Estados Unidos (otra vez, menos Israel).
Ramallah
© Abbas Momani / AFPManifestantes palestinos se esconden de gases lacrimógenos durante los enfrentamientos con las tropas israelíes cerca del asentamiento judío de Beit El, cerca de la ciudad de Ramallah, en Cisjordania, el 7 de diciembre de 2017.
Como dijo Piers Morgan ayer en el Daily Mail:
"Hoy, el presidente Donald Trump ha tomado un barril de petróleo de un millón de toneladas y lo ha volcado por todo Medio Oriente".
Los diputados rusos hicieron comentarios similares:
"La decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como la capital israelí y el plan de reubicar la embajada estadounidense [en Israel] a esta ciudad es una continuación de una serie de provocaciones en la política exterior estadounidense, que estamos presenciando continuamente en relación con Siria, Irán y Corea del Norte, entre otros", dijo el jueves a RIA Novosti Leonid Slutsky, jefe del Comité de Relaciones Internacionales de la Duma Estatal. El legislador también señaló en sus comentarios que la medida de Trump podría "explotar potencialmente la situación en la zona del conflicto israelí-palestino".

El senador Aleksey Pushkov, jefa del Comité de Políticas de Información de la Cámara Alta, escribió en Twitter que la decisión del presidente de Estados Unidos fue un shock global con consecuencias potencialmente nefastas. "Todo el mundo, excepto Israel, está en estado de shock por la decisión de Trump. Ha traído un fusible nuevo al viejo barril de pólvora. Estoy seguro de que éste no es el último shock", dijo.
Dmitry Peskov informó acerca de la reacción del Kremlin:
"¿Qué hay que hacer? Tenemos que seguir buscando una solución diplomática, pero la situación se complicó". El embajador ruso en Israel reafirmó que el estatus de Jerusalén no será determinado por un hombre en Estados Unidos, sino como se acordó, en "negociaciones directas palestino-israelíes".
De forma graciosa, el Ministro israelí de Asuntos de Jerusalén, Zeev Elkin, pidió a Rusia que considerara la posibilidad de trasladar su embajada a Jerusalén. Es difícil saber si Elkin está bromeando, o sólo está un poco tocado de la cabeza.

Trump obtuvo respuestas similares desde el Reino Unido:


La secretaria opositora de Relaciones Exteriores 'en la sombra', Emily Thornberry, calificó la decisión de Trump de "absolutamente imprudente":
"Donald Trump no está gritando "fuego" en un teatro abarrotado, sino que está incendiando deliberadamente el teatro", dijo Emily Thornberry al Parlamento Británico el jueves, en una pregunta urgente a la Ministra de Asuntos Exteriores y Estado Libre Asociado del Reino Unido. "Para todos nosotros en esta casa, y más allá, que hemos trabajado incansablemente durante décadas con la esperanza de una paz duradera en Medio Oriente, la decisión de ayer dio un absoluto golpe de martillo..."

"Antes del [6 de diciembre], ningún otro país localizaría su embajada en Jerusalén, y ningún otro país importante reconocería a Jerusalén como la capital de Israel, porque hacer cualquiera de las dos cosas, y mucho menos ambas al mismo tiempo, confiere legitimidad a la ocupación de Israel en el Este de Jerusalén", dijo Thornberry, calificando el control de Israel sobre Jerusalén como "una ocupación que no está basada en el derecho internacional, una barrera permanente para lograr el acuerdo político que todos deseamos".

Thornberry dijo que la "absoluta imprudencia" de la decisión de Trump no necesita debate, y agregó que el presidente de los Estados Unidos tuvo "el increíble descaro de afirmar que está haciendo esto para que el proceso de paz avance, cuando en realidad lo está retrasando décadas".
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El Ministro de Relaciones Exteriores, Alistair Burt, denunció la decisión de Trump, al decir a sus colegas diputados que la paz podría "desbaratarse" y que Gran Bretaña no cambiaría su política "clara y duradera" de mantener la embajada del Reino Unido en Tel Aviv. También rechazó los llamados de la oposición para revocar la invitación de Trump a una visita oficial el año que viene.
La Primera Ministra May se negó a apoyar a Trump, calificando su decisión de "inutil".

El ministro de Exteriores chino: "Apoyamos una Palestina independiente con Jerusalén del Este como su capital".


Trump ha logrado alejar aún más a sus "aliados" no israelíes de Medio Oriente. Turquía amenaza con cortar las relaciones con Israel. Inmediatamente surgieron protestas en Turquía, Palestina y Jordania. En Irak, que se ha acercado más a Irán durante los años de intervención, ocupación y "ayuda militar" de Estados Unidos, una de las poderosas unidades de Movilización Popular, Harakat Hezbolá al Nujaba (10.000 efectivos), incluso ha dicho que la decisión proporciona una razón legítima para atacar a las fuerzas estadounidenses. Pero el fuego apenas comienza.

Los palestinos ya están en las calles, pidiendo "tres días de rabia". Hoy, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, pidió una nueva Intifada:
"Deberíamos pedir y trabajar para lanzar una Intifada frente al enemigo sionista", dijo el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en un discurso en Gaza el jueves, informó Reuters.
Fatah emitió una declaración similar:
"Este ataque feroz y sistemático contra Jerusalén, que está siendo lanzado por Israel... Este ataque busca borrar la existencia árabe e islámica en la ciudad y judaizarla, así como cambiar la realidad geográfica y demográfica de una manera que sirva a los intereses expansionistas israelíes".

La declaración añadió: "Jerusalén es la puerta de la guerra y la paz. La continua escalada contra su identidad árabe se considera una alarma de guerra y esto abandona todos los acuerdos y convenciones internacionales".

La declaración dice que esta medida estadounidense da "legitimidad política y jurídica" a la ocupación y "le permite controlar los lugares sagrados sin ningún observador".
El líder de Hezbolá, Hassan Nasralá, también respaldó el llamado a una nueva Intifada:
"La respuesta más importante sería un levantamiento palestino y una cumbre islámica que declarara a Jerusalén como la capital eterna de Palestina", dijo Nasrallah, según lo citado por la televisión libanesa Naharnet.

"Apoyamos el llamamiento a favor de una nueva Intifada palestina [el levantamiento] y la escalada de la resistencia que es la respuesta más grande, más importante y más grave a la decisión estadounidense", añadió.

Nasralá también pidió unidad y apoyo para la resistencia entre los musulmanes frente al anuncio del miércoles del presidente Donald Trump.

Nasralá señaló que Washington ignoró a los palestinos "aunque es el garante de los acuerdos" entre Israel y los palestinos. Trump, con su anuncio, le dijo a Israel que Jerusalén "es para ti, y está bajo tu soberanía", dijo el líder de Hezbolá.

Advirtió que los musulmanes y sus lugares sagrados en la ciudad, incluida la mezquita al-Aqsa, están ahora en "peligro extremo".

"No se sorprendan si un día nos levantamos para ver la mezquita al-Aqsa demolida", declaró Nasrallah llamando a una concentración el lunes en la capital libanesa, Beirut. "¿Cuál será el destino de los palestinos residentes en Jerusalén? ¿Cuál será el destino de las propiedades palestinas en Jerusalén? ¿Serán apropiadas o demolidas?"
Así que, en general, una buena jugada, ¿no? Aliena prácticamente a todo el mundo civilizado (menos Israel una vez más), despierta tensiones, provocando potencialmente más violencia en una región que ha estado esencialmente en guerra desde que los judíos europeos colonizaron la región y la limpiaron étnicamente de su población árabe.

Justo a tiempo, hoy hay informes de que dos "cohetes" fueron lanzados desde Gaza hacia Israel. Como era de esperar, los israelíes fueron advertidos gracias a la sirena israelí "Siren App", que avisa de tales ataques con cohetes. Pero, como casi todos esos cohetes, no alcanzaron su objetivo. No, en lugar de aterrizar inofensivamente en el desierto como lo hacen habitualmente (después de lo cual Israel toma represalias matando a un grupo de palestinos con armas de alto grado y "precisión"), estos cohetes ni siquiera lograron salir de Gaza.

Hasta ahora, las únicas personas que apoyan el movimiento de Trump son el propio Trump, los israelíes, y dos tipos de estadounidenses: aquéllos que han hecho sus carreras a base de recibir sobornos y haber sido chantajeados por Israel para apoyar primero las políticas de Israel, y aquéllos a quienes les han lavado el cerebro para que crean que Israel es una democracia y que cualquier cosa que suceda allí tiene algún significado para sus propias vidas. Ah, y este tipo:


Así es: Donald Rumsfeld, quien sigue teniendo la impresión equivocada de que alguien sí lo toma en serio, se ríe de lo equivocadas que están "las élites" en esto. Volteemos la mirada a los cristianos evangélicos estadounidenses y veamos qué tienen que decir:
Un prominente líder cristiano evangélico estadounidense habló con Sputnik sobre por qué la decisión de Trump acerca a la humanidad al "fin de los días" y a la Segunda Venida del Mesías. [...]

El Dr. David Reagan, fundador y director de los Ministerios Cordero y León, con sede en Texas, habló con Sputnik y dijo que acogió con beneplácito la decisión del Sr. Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.

"Estoy totalmente de acuerdo con su decisión porque Jerusalén es la capital de Israel, siempre lo ha sido desde hace 4.000 años. Los judíos han tenido a Jerusalén como su capital y nunca en toda la historia ha sido la capital de otro Estado, ni musulmán, ni árabe. Hace tiempo que debería haberlo hecho. Todos los presidentes de Estados Unidos han prometido mover la embajada como parte de su campaña y luego, en cuanto son electos, se olvidan de ello. Pero esto es una buena indicación de que Trump cumplirá sus promesas de campaña", dijo el Dr. Reagan a Sputnik. [...]

Los cristianos evangélicos en EEUU generalmente están de acuerdo en que muy probablemente habrá una guerra contra Israel, que las escrituras llaman la "guerra de aniquilación" en la que todas las naciones musulmanas que tienen una frontera común con Israel, atacarán a Israel e Israel las derrotará. Entonces, el mundo árabe entrará en pánico y pedirá a gritos que Rusia venga en su ayuda. Y los rusos llegarán con un grupo específico de naciones musulmanas, países como Persia (Irán) y Turquía, y serán destruidos en las montañas de Israel", dijo el Dr. Reagan a Sputnik.
Ajá, pero regresando a los hechos: si eso ocurre, se cerrará el telón para Israel.

Así que, dejando a un lado a los hombres de fe ciega, el consenso es que la jugada es caótica.

¿Es posible que Trump haya hecho algo constructivo con esto? Afrontémoslo, el "proceso de paz" ha estado muerto durante décadas. Israel nunca abandonará la tierra que robó. Se ha afianzado profundamente en los territorios ocupados. Ha prometido no abandonar nunca Cisjordania. Es una potencia nuclear (una rebelde, cabe recordar) con armamento avanzado y preferiría derribar el mundo con ella antes que ceder un centímetro de terreno (la "opción Sansón" de Israel). En el mundo de los acuerdos, tiene todas las cartas: el derecho internacional puede estar contra Israel, pero ha logrado quedar impune por el asesinato (literalmente) durante generaciones, demostrándose a sí mismo y al mundo que el derecho internacional equivale a la ley del más fuerte, y que si juegas bien tus cartas, no habrá consecuencias significativas.

¿Qué significa todo esto? Que nunca habrá una solución de dos Estado. Ya no queda suficiente territorio palestino para hacer un Estado, e Israel nunca cederá a las más mínimas demandas palestinas. Todos los presidentes de Estados Unidos heredan el "deber" de tratar de resolver el conflicto israelí-palestino. Y hasta la fecha, todos los presidentes de Estados Unidos no han hecho absolutamente nada en este sentido, por lo general debido al bloqueo israelí. La única cosa que los israelíes siempre han evitado como la plaga es sentarse honestamente en la mesa de negociaciones. La vida es más fácil para los políticos israelíes cuando tienen un enemigo extranjero intratable que "no reconoce el derecho de Israel a existir" y que de alguna manera logra llevar a cabo ataques terroristas justo cuando Israel más los necesita para frustrar la amenaza de conversaciones de paz reales.

Puesto que una solución de dos Estados no es obviamente una opción a estas alturas, ¿entonces qué es? Una solución de un solo Estado. Suponiendo que Trump sea capaz de pensar en un futuro tan lejano, esto es lo que podría ocurrir:

Tomar el primer paso para dar a los israelíes lo que siempre han afirmado querer: un Estado propio, sin Palestina. Pero, obviamente, tendrá que incluir a los palestinos como ciudadanos iguales (por lo menos nominalmente). Después de todo, Israel afirma ser la única democracia occidentalizada en Medio Oriente, e Israel naturalmente tendría que tratar a todos sus ciudadanos por igual. Y tendrá un interés personal en hacerlo porque un Estado soberano en conflicto con sus propios ciudadanos no se ve bien ante la "comunidad internacional", no fomenta la inversión extranjera y dificulta la vida de judíos israelíes y palestinos por igual.

Por supuesto, conseguir que los palestinos acepten vivir en un Estado llamado oficialmente Israel, parte del cual estaría en tierras históricamente palestinas, podría ser algo difícil. Pero no es imposible. Irlanda del Norte es un ejemplo de cómo un pueblo oprimido puede decidir llamar a un cese al fuego permanente en una "larga guerra", tragarse el orgullo (hasta cierto punto) y jugar el "largo juego político". En Irlanda del Norte, esa inversión en la paz con un socio indigno parece estar dando sus frutos.

Actualmente, la población israelí de 8,7 millones de habitantes es 20% musulmana. La población palestina es de unos 4,5 millones de habitantes, y se calcula que unos 4 millones de palestinos viven en campos de refugiados en países vecinos. Haga las cuentas. En un plazo de 10 años, se estima que la población que vive en la antigua Palestina británica será mayoritariamente palestina/árabe, y eso sin contar a los refugiados. ¿Cuánta justificación habrá para un "Estado judío" que sea menos del 50% judío?

Como dijo Neil Godfrey en Vridar:
Sin embargo, en cierto sentido, esto es progreso, si estamos preparados para medir el ritmo del progreso en términos de generaciones en lugar de meses o años.

Hace aún más inevitable que un día Israel no tenga otra opción que conceder plena ciudadanía e igualdad de derechos a todos los árabes que viven en Israel, Cisjordania y Gaza como parte de una sola nación. (A pesar de que ocasionalmente haya ecos sin sentido de lo contrario, la posibilidad de dos Estados sin duda ha muerto desde hace mucho tiempo).

Un día Israel va a tener que decidir convertirse en una nación democrática "normal", no en una nación racial construida sobre una ocupación injusta. La pared tendrá que caer algún día.
O bien Israel se ve obligado (diplomáticamente, no se puede hacer militarmente) a actuar de forma civilizada, o bien desciende a una mayor barbarie, lo que creará aún más presión para que actúe civilizadamente.