© Juan Carlos Ruiz Vásquez
Una serie de estudios realizados por el profesor de la Universidad Claremont Graduate, Doctor Paul J. Zak, asegura que
la utilización frecuente de Twitter y Facebook produce placer y por consiguiente la liberación en el cerebro de la hormona oxitocina, la que se genera al dar besos, dar abrazos, la misma que provoca el cariño o la felicidad.
Con muestras de sangre que fueron tomadas a personas antes y después de ingresar a estos sitios de interacción social se confirmó un alto índice de la "hormona de los abrazos o del apego", mientras que los niveles de estrés se redujeron ostensiblemente.
La oxitocina actúa como neurotransmisor en el cerebro y está relacionada con los patrones sexuales y la conducta maternal o paternal, además de provocar relajación, vinculación y sensación de felicidad. Entre otras cosas, es generada por los estímulos (besos y abrazos) principalmente en las mujeres. Según la investigadora sueca Uvnäs-Moberg, los hombres necesitan ser acariciados o tocados dos o tres veces más a menudo que las mujeres, para mantener el mismo nivel de oxitocina.
Por ello, los expertos, igualmente la asocian más que todo con el contacto y el orgasmo. Algunos científicos la llaman la "hormona del amor" o "la molécula afrodisíaca". En el cerebro parece estar vinculada con el reconocimiento y establecimiento de relaciones sociales y podría estar también en la formación de nexos de confianza y generosidad entre personas.
En el caso del experimento inicial del Doctor Paul J. Zak, éste fue diseñado para examinar el papel más amplio de la hormona en la emoción humana y la percepción. Detectó que las personas con mayores niveles de oxitocina eran más propensas a responder a los anuncios de servicio público e incluso a hacer donaciones para obras de caridad.
Adam Penenberg, un reportero de 'FastCompany', se ofreció para este estudio y tras los respectivos exámenes se encontró que su oxitocina se disparó un 13% después de intercambiar ideas con sus amigos en Twitter y Facebook, mientras su cortisol y ACTH (hormonas ligadas al estrés) disminuyeron casi un 11%.
Esto puede parecer asombroso, sin embargo quedan muchas dudas. Una de ellas es que científicamente, el doctor Paul J. Zak no puede afirmar con rotundidad, ni confrontar estos resultados con el hecho de que utilizar Twitter y Facebook es lo mejor para el bienestar emocional.
Es cierto, que las redes sociales pueden ser una experiencia que a muchos los libere del estrés en el trabajo o de las cosas cotidianas, pero para otros resulta estresante cuando alcanzan un determinado número de amigos y adquieren una presión por estar actualizados, tal vez para dar cumplimiento a la necesidad de pertenecer y ser aceptados.
A esto, los expertos también le denominan: "Adicción", que según la Organización Mundial de la Salud es una enfermedad física y psicoemocional. Eso es lo que podrían padecer las personas que "viven pegadas" a toda hora del Twitter y del Facebook. Son dependientes de esta actividad sin control.
Lo que si sería interesante investigar, es si esa adicción puede liberar otro tipo de patologías, o en su defecto originar un futuro sin relaciones sociales físicas.
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