En medio de las tensiones y el creciente riesgo de una confrontación militar directa entre EE.UU. y Turquía en el norte de Siria, Ankara insta a Washington a retirar sus fuerzas militares de la base de Manbiy (Alepo) y cesar su apoyo a las milicias kurdo-sirias en la zona.
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© InternetEl estado turco no parece temerle a EE.UU.
"Es necesario que (Estados Unidos) se retire inmediatamente de Manbiy", ciudad ubicada a un centenar de kilómetros al este del cantón kurdo de Afrin (noroeste de Siria), donde Turquía desarrolla desde el pasado día 20 la ofensiva "Rama de Olivo", anunció el sábado el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu.

El jefe de la Diplomacia turca también recalcó que su aliado en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha de "romper totalmente con (los kurdos) y recuperar las armas que les suministró" a las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo).

Cavusoglu formuló esta demanda después de que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, advirtiera el viernes que sus fuerzas tenían previsto ir más allá de Afrin, so pretexto de proteger sus fronteras.

Asimismo, Ankara pidió el pasado jueves a Washington que dejara de respaldar a los kurdos o se arriesgase a enfrentamientos directos con las tropas turcas sobre el terreno, hecho que pone de relieve el creciente distanciamiento entre EE.UU. y Turquía.

Ante esta confusa situación, el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, H.R. McMaster "confirmó" durante una conversación telefónica al vocero presidencial turco, Ibrahim Kalin, que Estados Unidos no enviará más armamentos a las YPG, según informaron el sábado los medios turcos.

La operación turca comenzó después de que saliera a la luz una información que señalaba que los estadounidenses tratan de entrenar a un nuevo ejército compuesto por 30.000 milicianos kurdos en el norte sirio, iniciativa que ha indignado a Ankara.

Entretanto, el Gobierno de Siria ha condenado "la flagrante agresión" de las fuerzas de Turquía contra su soberanía y ha llamado tanto a Ankara como a Washington a poner fin a su ilegal presencia en el país árabe.