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Una investigación revela que la mayoría de los Neandertales eran diestros ya hace unos 500.000 años. El profesor norteamericano David Frayer, de la Universidad de Kansas, junto con otros colegas de España, Croacia e Italia, pudo determinar si los Neandertales eran diestros, zurdos o ambidiestros analizando los dientes de sus fósiles. Esta circunstancia también pudo tener sus implicaciones en el nivel del desarrollo del lenguaje en aquellos tiempos, ya que éste proceso está relacionado con la lateralidad cerebral.

En la investigación se analizaron las marcas que hay en la parte frontal de los dientes de los Neandertales, que compartieron origen y desarrollo con los ascentros del homo sapiens (aunque, según la mayor parte de las teorías actuales, se extinguieron posteriormente). Éstas señales se relacionan con el uso de la mano derecha. Los científicos subrayan que no se trata de marcas accidentales producidas al comer, sino de ralladuras producidas por la manipulación de instrumentos con la mano derecha o izquierda para comer. La mayoría de estas endiduras estaban hechas en paralelo y en la misma dirección, siguiendo un patrón que se corresponde con el uso de la mano derecha para coger una herramienta de piedra.

Según estos datos, el porcentaje de individuos en la Sima de los Huesos (donde se han encontrado Homo heidelbergensis) y en otros yacimientos de Neandertales es del 93,1% de diestros, lo que se corresponde más o menos con la situación actual de los humanos.

Este hecho puede explicar la capacidad lingüística de las poblaciones humanas de hace medio millón de años: el hemisferio izquierdo del cerebro se responsabiliza del lenguaje y también controla la parte derecha del cuerpo, lo que determina cierta conexión entre ser diestro y el desarrollo de estas capacidades comunicativas.

"No hay razón para pensar que este patrón no se extiende más allá en el pasado y que el lenguaje tiene raíces más antiguas y continuó durante los Neandertales", concluyó David Frayer.

El predominio de los diestros aparece sólo entre los humanos, a pesar de que en los animales también se da la asimetría cerebral.