(España) - Coge ahora mismo esa novela que dejaste a medias el mes pasado: tu cerebro te lo va a agradecer desde el primer segundo.
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Buenas noticias, lector español: según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros, en 2017 mejoramos el índice de lectura general, con un respetable 65,8% de la población leyendo libros de manera habitual (el 59,7% en su tiempo libre). Las buenas noticias continúan cuando uno se fija en las nuevas generaciones, aunque es probable que el hecho de que les obliguen a leer libros en el cole explique por qué el 80% de personas entre 10 y 14 años son lectores frecuentes. Sin embargo, la falta de tiempo sigue siendo la principal razón que los encuestados alegan cuando se les pregunta por qué no leen tanto como les gustaría o creen que deberían. Te suena de algo, ¿verdad?

Sin embargo, miremos el vaso medio vacío: un 66% de población lectora, aún superando los índices de años anteriores, sigue suponiendo un 34% de individuos que no tocan un libro ni aunque les vaya la vida en ello. Del mismo modo, un estudio reciente ha descubierto que más de una cuarta parte de la población norteamericana admite no haber leído ni siquiera un pasaje durante 2017. Ya no es que se sientan mal por haber dejado, como tú (oh, sabemos que lo has hecho), a la mitad aquella novela que parecía tan interesante, sino que ni siquiera lo han intentado. Y esto es un problema, tanto a escala social como a nivel individual: los cerebros de los no lectores se acaban resintiendo por tanta inactividad.

No lo decimos nosotros, sino la Universidad de Toronto, cuyos científicos llevaron a cabo un estudio encargado de medir la "conclusión cognitiva" de aquellos sujetos que leen relatos de ficción frente a los que sólo leen ensayos. En cristiano: si lees novela o cuentos (es decir, ficción), resulta que eres más abierto de mente que aquellos que sólo tocan las noticias de medios de comunicación o cualquier otra forma de no-ficción escrita. La clave, según los responsables del estudio, es que la no-ficción te ayuda a aprender sobre una materia determinada, pero no siempre te anima a reflexionar sobre ella. Y hay que tener en cuenta que la Universidad de Toronto sólo midió a lectores (de uno u otro tipo), luego sólo podemos imaginar lo que pasa con el cerebro de personas que, directamente, pasan de leer todo lo que tenga más párrafos que, pongamos por caso, un artículo de GQ.

Y ahora llega el verdadero argumento de peso: está comprobado que leer aumenta tu esperanza de vida.

Al menos, eso es lo que se desprende de un estudio de la Universidad de Yale que tuvo en cuenta a más de 3.500 personas por encima de la cincuentena. La conclusión fue que aquellas que leían un libro durante media hora o más al día solían vivir un promedio de 23 meses más que los no lectores o lectores de revistas/periódicos/webs. Y aún hay más: la lectura activa mejora la sinapsis de tu cerebro, tus capacidades cognitivas, tu vocabulario, tu manera de pensar, tu concentración e incluso puede servirte para desarrollar una mayor inteligencia emocional.

Además, leer es divertido si permites que no sean deberes. No hay una experiencia cultural más inmersiva y placentera, no hay una manera más directa de desarrollar tu empatía que meterte en la cabeza de un personaje y dejar que te transporte a tu universo. Si no te fías de nuestra palabra, que sepas que nos apoyamos el vieja y buena ciencia. Deberías hacerle caso a la ciencia.