Me costó mucho hace tres años comenzar a hablar de Siria en twitter. Algo me decía que no era buena idea ir contra corriente. Todo el mundo te mal interpreta, te insulta y a veces hasta te amenazan. Luego pensé que, total, no tenía nada que perder y lo hice cuando aún, ni desde la izquierda había una postura clara de defensa del derecho del pueblo sirio a elegir su destino. Se hablaba poco y mal en las RRSS de la "primavera siria". Había poca información y la que se difundía, mayormente era sólo la versión oficial. La de Langley.
nicaragua
Aún hoy en día es difícil luchar mediáticamente contra la brutal desinformación que nos llega sobre una guerra que erróneamente se continúa llamando "guerra civil" y tildando a un gobierno elegido democráticamente de "régimen", para restarles representatividad y credibilidad cuando lo único que llevan haciendo en estos últimos siete años es luchar de forma feroz contra el terrorismo wahabita. Un terrorismo financiando y defendido desde Europa, la misma Europa que se rasga las vestiduras cuando los atentados se producen en nuestras calles. Atentados que - lamentablemente- sufrimos en una o dos ocasiones como mucho y que los sirios llevan sufriendo casi ocho años ya. Ocho años de terror, de tener que abandonarlo todo, de tener que huir y morir - otra vez - intentando llegar a un lugar seguro. Una vez me dijo un sirio que ellos están acostumbrados a morir tres veces. Cuando el terrorismo les obliga a abandonar sus casas, cuando intentando escapar del horror caen en manos de mafias que los saquean y cuando al llegar a Europa son tratados como delincuentes. Y ahora, con Nicaragua me vuelve a ocurrir algo parecido.

Quién me conoce personalmente sabe de mi relación con ese país minúsculo, casi desconocido por la mayoría. Un país que siempre digo que huele a maíz y a humedad. A hambre y a esperanza. A revolución y a derrota. Nadie como los nicas saben lo que significa ganar una revolución armada y que eso les supusiera la peor de las batallas perdidas. Nunca EEUU les ha permitido disfrutar de su triunfo. Derrocaron a Somoza pero no al imperialismo que se ha empecinado siempre en hundirlos en la miseria.

Como ya hemos visto anteriormente en tantas ocasiones, en Nicaragua se pretende derrocar a un gobierno elegido democráticamente porque no se pliega a los intereses del imperialismo. El gobierno de Ortega tiene sus propios planes para intentar conseguir que su país salga del vagón de cola de los países más pobres del mundo y eso no siempre gusta a aquellos que se han auto erigido como "amos del planeta". En esta ocasión, la excusa es una reforma de la Seguridad Social que ya se ha paralizado, pero eso ya no importa. De lo que se trata es de que el gobierno sandinista ha encontrado inversores para reflotar la maltrecha economía nica y eso no está dispuesto a aceptarlo el imperio. ¡ Menudo ejemplo para los países vecinos!

De nuevo habrá que aventurarse en esa batalla que de antemano se sabe perdida, de ir contra la información que nos vomitan los grandes medios de comunicación. De nuevo habrá que darle voz a los protagonistas reales de la historia. Hay que escuchar a los nicas.