A finales del s.XIX el gobierno de Nicaragua comienza negociaciones con Japón para la construcción de un canal interoceánico. EEUU invade el país en 1910 y en 1914 se construye el Canal de Panamá. No fue ni la primera ni la última injerencia estadounidense en este pequeño país centroamericano.
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Tras el triunfo de la revolución sandinista y el derrocamiento del Presidente Somoza (gobierno títere impuesto por la administración norteamericana) financiaron durante décadas a la contra, una guerrilla armada que llevó al gobierno sandinista hasta la extenuación con un desgaste social y político que les hizo perder las elecciones en 1990. Esas elecciones fueron ganadas por Violeta Chamarro, cuya campaña fue financiada por "empresas extranjeras" con intereses en Nicaragua y vinculadas, como no, al gobierno estadounidense.

No es hasta 2007 que Daniel Ortega y el Frente Sandinista regresan al gobierno en Nicaragua y nuevamente se encuentran con un país completamente arruinado económica y socialmente y convertido, otra vez, en el patio trasero de EEUU. Desde entonces y a pesar del desgaste político que los años de gobierno le han supuesto al Presidente Ortega, ha conseguido aumentar las inversiones extranjeras, así como una estabilidad política que no parece gustar a los "amigos" del norte.

Estos días, y tras el anuncio de la reforma del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) aprobada el pasado 16 de abril, se ha desatado la violencia en las calles de Nicaragua con un hacer por parte de los manifestantes, que nos recuerda en gran medida a las mal llamadas primaveras árabes o a las guarimbas venezolanas.

Las principales modificaciones que introduce la ley y de la que pocos medios se hacen eco son:
  • aportación salarial de los trabajadores a la seguridad social del actual 6,25 a un 7 por ciento
  • la de los empresarios en función de sus beneficios, de un 19 a un 22,5 por ciento en dos años
  • los jubilados tendrán que empezar a contribuir con una retención en sus pensiones del 5 por ciento.
  • Ademas, se estableció la cotización permanente, ya que los jubilados aportarán un 5% de la pensión en concepto de cobertura de enfermedades, pero además se le recortará en la cuantía de su pensión, las asignaciones familiares por esposa o esposo inválido, del 15 al 13,5 por ciento y se reducirá de 10 a 9 % por cada hijo menor de 15 años o ascendientes a su cargo mayores de 60 años.
Según el Gobierno la reforma salvaría de la quiebra al INSS, que afronta un déficit de 75 millones de dólares y garantizarían "la sostenibilidad financiera de la institución". Aseguran que no se aumentarán la cantidad de semanas de cotización al INSS, establecidas en 750, ni la edad de jubilación, que actualmente es de 60 años, como les había solicitado el Fondo Monetario Internacional ( FMI) y a cuya medida se han negado los sindicatos.

La población de trabajadores asegurados aumentó de 420.000 personas en 2007 (cuando el actual presidente Daniel Ortega llegó al poder) a 914.000 en abril del 2017, según datos del INSS.

Las protestas incontroladas que se han vivido en los últimos días en varias ciudades de Nicaragua y las reacciones internacionales, que de forma unánime le han pedido a Daniel Ortega que negociara con todos los sectores sociales antes de seguir adelante con la reforma, ha provocado que esta haya sigo retirada, aunque tampoco parece que el verdadero problema de lo que está sucediendo en Nicaragua sea ese.

La presidenta del FAD, integrado por dirigentes de la antigua principal fuerza opositora de Nicaragua, sostuvo que la situación de Nicaragua:
"únicamente tiene dos salidas: que renuncie (Ortega) a la presidencia o que llame a elecciones libres, transparentes y competitivas, de inmediato".
Y volvemos al principio, ya que como dijo Marx " La historia se repite siempre dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa."

El 7 de junio de 2013, Nicaragua entregó a HKND Group la concesión del canal y el día 13 del mismo mes la Asamblea aprobó su construcción por parte de la firma china. Las obras comenzaron en 2014, pero desde entonces los rumores de que la empresa china ha quebrado (¡que ya es casualidad! ), que el gobierno chino parece estar más interesado en negociar con Panamá o que hay sobre la mesa una propuesta de inversión iraní no han cesado.

EEUU nunca ha querido que el viejo proyecto del Canal de Nicaragua se hiciera efectivo y mucho menos la posibilidad de que Irán pueda entrar a formar parte del mismo y de paso, sacarse de en medio al gobierno sandinista; una vieja aspiración de todas las administraciones estadounidenses.