Ocurrió algo parecido el año pasado con el paso del huracán Harvey en Texas. Entonces, además de la inundación, el estado vivió en alerta debido a las colonias de hormigas de fuego que se habían organizado para sobrevivir en el agua. Lo mismo está ocurriendo en Carolina del Norte.
hormigas rojas
© Gadi Schwartz/Twitter
Las hormigas de fuego son una especie invasiva, no nativa de Estados Unidos, que llegó al país en la década de 1950. Son oriundas del Amazonas, lo que explica su extraordinaria capacidad de reacción ante las inundaciones. La naturaleza misma les ha entrenado durante siglos para flotar hasta que encuentren un terreno seco. El "único" problema es que no van a diferenciar si se trata de un terreno seco o una vivienda vacía.

Aunque se sabe que no son letales (salvo alergia), sus picaduras generan un intenso dolor. Al principio parece que no pasa nada, pero una vez que pica, las ferormonas liberadas en el ambiente hacen que todas entren en una reacción en cadena y empiecen a atacar al intruso.


Con su capacidad para crear "balsas" de colonias que flotan sobre el agua pueden sobrevivir perfectamente a las inundaciones. Una táctica de supervivencia que representa una amenaza para los rescatadores y servicios de emergencia, ya que las balsas parecen restos, y si entran en contacto con los botes, las hormigas de fuego pueden disolverse para herir a los que están a bordo. Según la Universidad de Texas:
"Si las hormigas logran tocar tu piel, inmediatamente comenzarán a morder y picar, como suelen hacerlo normalmente. Es importante frotarlas inmediatamente, sumergirlas no funcionará, ya que simplemente se pegarán a la piel. Incluso un rocío de agua a alta presión podría no eliminarlas."
Y no solo las hormigas son un peligro actualmente, los científicos y funcionarios han advertido a la población que las aguas pueden contener serpientes, cables eléctricos derribados y otro tipo de enfermedades. [BusinessInsider]