Según un estudio publicado hace solo unos meses por la Universidad de Stanford, los pacientes con depresión severa y resistente al tratamiento, presentan un déficit en una molécula muy concreta: la acetilcarnitina. Esta sustancia regula el estrés, así como el gen que controla el glutamato, favoreciendo incluso la producción de la proteína BDNF.
neuronas
Todos hemos oído hablar o hemos visto en las farmacias ese suplemento dietético llamado acetilcarnitina. Se vende como nootrópico para mejorar nuestras funciones cognitivas y es común encontrarlo en tres formas: la L-carnitina como suplemento deportivo, el propionil l-carnitina para las enfermedades del corazón, y la acetil l-carnitina para el sistema nervioso central.

Ahora bien, a pesar de que lo podamos consumir de forma exógena (y siempre bajo consejo médico) cabe decir que nuestro organismo lo produce de manera natural. De este modo, las personas sanas lo sintetizan en una cantidad más que suficiente a través de alimentos como los lácteos, pescados, carnes rojas, aguacates, cacahuetes, etc.

Por otro lado, la acetilcarnitina tiene un uso farmaceútico muy común en cierto tipo de pacientes. Es habitual que se administre en enfermedades relacionadas con el deterioro cognitivo, en casos de hiperactividad y en situaciones de estrés elevado. Podríamos decir por tanto que hemos dado un paso más en la utilidad de esta molécula fascinante, ya que según nuevos descubrimientos, podría servirnos para diseñar antidepresivos más efectivos y sin apenas efectos secundarios.
Los estudios han demostrado que la administración de fármacos experimentales con acetilcarnitina ofrece resultado en pacientes con depresión severa en pocos días. Por el contrario, los antidepresivos actuales tardan de dos a cuatro semanas en aparecer, tanto en experimentos con animales como con personas.
Acetilcarnitina, un nuevo biomarcador para la depresión

Hay muchas personas que experimentan cierta frustración cuando se les diagnostica algún tipo de trastorno psicológico, como puede suceder con una depresión. Lo sienten así por una razón bastante común: no siempre se les facilita pruebas de laboratorio, análisis de sangre o el resultado de una tomografía. Los diagnósticos psicológicos, como sabemos, se basan en una serie de entrevistas, tests, pruebas y observaciones por parte de profesionales cualificados.

Ello hace que más de uno llegue a pensar que aquello que no se ve en la sangre, sencillamente no existe. Sin embargo cabe decir que hay determinados tipos de depresiones que sí cuentan con una correlación biológica. Es más, hay muchas pruebas clínicas capaces de proporcionar evidencias fiables y válidas de que ese trastorno psicológico está ahí, alterando nuestra vida, nuestra percepción, nuestras emociones...
  • Un ejemplo, estudios como el llevado a cabo en el Instituto de Psiquiatría Max Planck de Munich, nos señalan que las personas con depresión presentan unos patrones del sueño alterados.
  • Asimismo, también es común presentar niveles bajos de magnesio y de zinc, tal y como nos revelan estudios como el llevado cabo en la Universidad de Toronto.
  • Por otro lado, un bajo nivel de serotonina o de la proteína BDNF también media en las depresiones.
  • Un nivel bajo de vitamina D también favorece el desánimo y determinados trastornos psicológicos.
Ahora, la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford nos trae un nuevo trabajo desde el que se da importancia a un nuevo biomarcador: la acetilcarnitina. Veamos más datos sobre este tema.

¿Por qué un nivel bajo de acetilcarnitina se relaciona con depresión?

La doctora Natalie Rasgon, profesora de psiquiatría y ciencias del comportamiento en Stanford, define este descubrimiento como algo emocionante. Lo es por diversas razones. La primera porque nos permitirá dar respuesta a esas personas que no muestran mejoría con el tratamiento ordinario para la depresión mayor. En segundo lugar, porque podríamos desarrollar fármacos sin apenas efectos secundarios.

Asimismo, cabe señalar otro aspecto. Si en la actualidad padecemos una depresión, tomar suplementos a base de la aceticarnitina de las farmacias no hará que los síntomas desaparezcan. Falta todavía desarrollar ese fármaco idóneo con este componente, cuyo mecanismo de acción sea el justo y el adecuado. No obstante, comprendamos mejor cómo actúa dicha molécula.
  • Las personas con depresión mayor presentan un déficit en aceticarnitina. Este hecho es evidente sobre todo con pacientes que presentan ideas suicidas, que arrastran esta condición desde épocas tempranas y que además, no muestran mejoría con diversos psicofármacos.
  • La acetilcarnitina funciona como un mediador del metabolismo de las grasas y de la producción de energía de nuestras células. Es además quien reduce y calma las células nerviosas excitadoras en el cerebro de regiones como el hipocampo y la corteza frontal.
  • También regula la producción de glutamato y del BDNF, una proteína esencial para el buen funcionamiento de las células cerebrales.
  • Ayuda a eliminar las moléculas de deshecho tras la producción de energía.
¿Debo tomar suplementos de acetilcarnitina para prevenir (o tratar) la depresión?

Tal y como hemos señalado en el punto anterior la suplementación directa con carnitina no sirve para tratar la depresión clínica (y aún menos la depresión profunda). Se necesita, como decimos, de más trabajos y del diseño de nuevos fármacos que cuenten con este y otros componentes específicos.

Ahora bien, en personas sanas y sin ningún problema cognitivo evidente, no es recomendable que recurramos al consumo de estos complementos por una razón muy simple: cuidando nuestros hábitos de alimentación y de vida podemos conseguir que nuestro cerebro esté sano y sin ningún déficit en ninguna molécula, vitamina o neurotransmisor. ¿De qué manera? Estos serían algunos consejos alimenticios:
  • Consumir carne de cerdo baja en grasa, así como carne de pollo.
  • El bacalao, el cangrejo, los boquerones y la lubina son también ricos en acetilcarnitina.
  • Aguacates.
  • Cacahuetes.
  • Almendras.
  • Berenjenas
  • Zanahorias
  • Manzanas.
  • Limones.
  • Cerezas.
  • Melocotones
Para concluir, los avances para comprender los mecanismos de la depresión siguen avanzando. Poco a poco llegaremos a ese punto donde disponer de estrategias más acertadas y efectivas para dar respuesta a esos millones de personas que sufren y sufrirán en algún momento una depresión.