Una sentencia judicial "obliga" a vacunar a un niño para poder ser admitido en una guardería pública. Pero en España vacunar NO es obligatorio (salvo en caso de epidemia). El Bufete Almodóvar & Jara analizamos este caso y la información la complementamos con otras sentencias similares recibidas.
vacunas
Una jueza ha avalado la decisión de un ayuntamiento de la comarca catalana del Maresme que se negó a matricular en la guardería municipal a un niño que no estaba vacunado. No se explica de qué no estaba vacunado, si de nada, de alguna enfermedad concreta, si le faltaban por poner muchas o pocas vacunas. El caso es para la jueza no vacunar es: "Una opción minoritaria que pretende sobrepasar al derecho a la salud del resto de niños y sus familias".

La magistrada indica que las personas que no vacunan "a su vez aprovechan los efectos de la protección grupal que se fundamenta en que el 95% de la población está inmunizada gracias al cumplimiento del calendario vacunal".

Esto no es del todo preciso pues si bien una parte de las vacunas sí ofrecen inmunidad de grupo hay otras que no como por ejemplo la del tétanos que sólo protege al que se inocula. No he leído la sentencia pero parece muy ideológica, por lo descrito con anterioridad, le confiere un carácter de castigo para los padres. Atentos a la justificación:
"No existe indicio de vulneración de libertad ideológica" dado que a la familia "no se le ha obligado en ningún momento a vacunar a su hijo, lo que sí es obligatorio con régimen sancionador en países de nuestro entorno democrático".
Da a entender la jueza que está a favor de la obligatoriedad de vacunación.

Nos interesa mostrar en este caso las contradicciones existentes. En el Bufete Almodóvar & Jara llevamos varios casos de daños provocados por vacunas. Tenemos sentencias sobre daños por la vacuna del virus del papiloma humano (VPH) que dicen que al ser la vacunación un acto voluntario el vacunado si sufre una reacción adversa tiene que soportarla.

Pretenden los jueces así evitar la teoría jurídica del daño desproporcionado mediante la que la Administración soportaba la reparación del daño en caso de efectos secundarios. Son sentencias dictadas en la Audiencia Nacional y en algunos casos concretos apoyadas por el Tribunal Supremo.

Parece que ambos tribunales quieren implantar el criterio de que si te vacunas y sufres un daño, la administración no tiene que cargar con la reparación del daño, puesto que la persona se ofrece voluntariamente a la vacunación en beneficio de la sociedad, de la salud pública.

Además, al ser un acto voluntario, los jueces vienen a argumentar que es la persona la que tiene también la carga de informarse sobre la vacuna, lesionando así un principio de derecho sanitario y farmacéutico: el consentimiento informado. Éste es un documento de obligado uso en las consultas médicas por el cual quien va a someterse a un tratamiento sanitario ha de tener por escrito sus beneficios y sus riesgos para poder tener toda la información y decidir libremente. Esto con las vacunas no suele hacerse (corregidme si me equivoco).

Y no sólo no se hace, incumpliendo la ley, sino que a los jueces ahora les da por decir que no hace falta tal consentimiento informativo. que la información sobre las vacunas la busquen por su cuenta las familias (y luego se extrañan de que haya personas que deciden no usar algunas vacunas).

Mientras, da igual si no hay protocolos de atención a las personas que sufren reacciones adversas, que cada vez son más y más graves.

Volviendo a lo de las guarderías, la sentencia que comentamos "obliga" a vacunar para ser admitido en la guardería, por lo que la vacuna para esta jueza ya no es un acto voluntario y sí obligatorio.

Lo que más inquieta e indigna de este asunto es que los jueces se convierten en médicos y tienen el poder para decir lo que es bueno o no, en contra de la libertad de cada persona (hay una Ley de autonomía de la voluntad del paciente, ejem...) y lesionando el derecho a la información (al negar el consentimiento informado).

Están obligando a vacunar, por más que la jueza diga que no (¿de qué sirve informarte y de manera responsable y libre elegir no usar algunas vacunas si luego como castigo recibes que no admiten a tu hijo en la guardería?).

En realidad, las vacunas son obligatorias, según el razonamiento de los jueces y (al menos en sentencias sobre daños por la vacuna del VPH), si sufres secuelas tú tienes que soportarlo porque la vacunación es voluntaria...

¿En qué quedamos entonces? ¿Es obligatorio vacunarse por el bien de la sociedad pero si recibes un daño la sociedad no tiene porqué responder y lo padeces tu solito?

Nosotros defendemos el principio ético y jurídico de la autonomía de la voluntad sobre la salud de la persona. Tenemos un enfoque de la salud mirado desde el prisma de los derechos humanos.

Nos posicionamos, no en contra de las vacunas (vacunas "las justas" y a las personas adecuadas) pero sí en favor de una información de calidad, transparente, adecuada, actualizada y responsable.

Por nuestra experiencia esto no es así: se niegan reacciones adversas graves e incluso mortales que ocurren inmediatamente tras la vacunación o varias horas después; se anima a la vacunación con campañas agresivas de marketing en contra de la salud pública (caso vacunación de la varicela con Varivax en la primera infancia); se ocultan datos de ensayos clínicos o descubrimos que los ensayos se han realizado mal (caso VPH metiendo sales de aluminio en grupo placebo de Gardasil), etc.

Además, la farmacovigilancia en vacunas es de mínimos o no existe; los médicos no se hacen responsables, pasan los problemas a las enfermeras (no se revisan las historias clínicas de los vacunados previamente como mandan las fichas técnicas de los productos); hay componentes de las vacunas de dudosa eficacia y seguridad (sales de aluminio, por ejemplo, no hay estudios adecuados); las micropartículas y micromateriales (mercurio entre ellos) están en las vacunas; no hay un solo estudio de relación eficacia y seguridad sobre las múltiples dosis que recibe cada bebé.

En fin, que el caso no es tan sencillo como lo pinta "la jueza de las guarderías".