En colaboración con dependencias del sector salud de Querétaro, la UNAM desarrolló protocolos clínicos encaminados a analizar el suplemento del yodo molecular en las terapias convencionales contra patologías mamarias y prostáticas.
yodo
Un equipo de investigadores del Laboratorio de Metabolismo Energético del Instituto de Neurobiología de la UNAM (INB), encabezado por las doctoras Carmen Aceves Velasco y Rocío Brenda Anguiano Serrano, estudian desde hace 15 años el efecto antiproliferativo, diferenciador y apoptótico del yodo molecular (I2) y de compuestos yodados (por ejemplo, las hormonas tiroideas y lípidos yodados) en algunos órganos y tejidos 'que lo atrapan' como las glándulas mamaria y tiroidea, la próstata, el ovario y el tejido nervioso.


El hallazgo, informó Aceves Velasco en entrevista para UNAM Global, permitió la obtención de dos patentes para uso humano e incorporó estudios en colaboración con facultades de Veterinaria de la UNAM y de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), para hacer más eficaces las terapias de nuestras mascotas, quienes su incidencia de cáncer mamario supera a la de los seres humanos.

Asimismo, señaló que en colaboración con dependencias del sector salud de Querétaro, desde hace más de cinco años, se desarrollaron protocolos clínicos encaminados a analizar el suplemento del yodo molecular en las terapias convencionales contra patologías mamarias y prostáticas.

Los resultados muestran que en pacientes con cáncer mamario el yodo molecular reduce la proliferación y vascularización tumoral y su acción impide el desarrollo de quimioresistencia, lo que se traduce en tratamientos más eficaces.

Además, por las características antioxidantes del yodo, disminuye los efectos secundarios de los fármacos y mejora la calidad de vida de las pacientes. Esta característica antioxidante ha permitido su uso en padecimientos benignos como la hiperplasia prostática o la fibrosis mamaria, cuya disminución de la inflamación ha mejorado considerablemente los síntomas.

También, estudios en células tumorales del sistema nervioso, como el neuroblastoma, han mostrado que el suplemento de (I2) en adición con ácido retinoico sensibiliza a las células a este último componente, lo que permite la diferenciación celular e induce la muerte por apoptosis. Estos hallazgos, aunque iniciales, permitirían proponer estudios en niños donde se presentan el 90% de estos tumores para su tratamiento sin el uso de quimioterapias más agresivas.

El yodo molecular es un elemento natural que ayuda a mantener la integridad de varios órganos con capacidad de absorberlo. Su ingesta a concentraciones moderadas es segura, sin efectos secundarios y de bajo costo. Sin embargo, es recomendable siempre ingerirlo bajo supervisión médica.

Mecanismo de acción

Los estudios, dados a conocer en varias publicaciones científicas, demuestran que los efectos antineoplásicos del (I2) se dan principalmente en células tumorales, lo cual mantienen sin daño a las células normales del organismo. Los mecanismos de acción involucran mecanismos directos o indirectos.

Los efectos directos, en los cuales las propiedades oxidantes/antioxidantes del (I2) interrumpen el potencial de membrana de la mitocondria y desencadena la apoptosis (o muerte celular programada).

Los indirectos son a través de la formación de un lípido yodado conocido como 6 yodolactona (6-IL) que activa el receptor activado por peroxisomas tipo gamma (PPARg, por sus siglas en inglés). El complejo 6-IL/PPARg promueve la apoptosis, la disminución de factores relacionados con la formación de vasos sanguíneos y de metástasis y, en algunos casos, induce la diferenciación celular.