El inicio del despliegue de la Guardia Nacional en México, el cuerpo represivo recién creado por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, provocó una manifestación y el llamado a una huelga de policías federales que denuncian "discriminación" frente a los marinos y militares que también nutren el nuevo cuerpo.
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Un nutrido contingente de policías federales con y sin uniforme bloquearon el ingreso al Centro de mando de la Policía Federal en la alcaldía Iztapalapa (Ciudad de México) para protestar por un trato "discriminatorio" por parte de las autoridades castrenses que dirigen la Guardia Nacional.

Iván Chávez, presidente de la asociación civil 'Ciudadanos Uniformados', dijo en entrevista con Aristegui noticias que la creación de la Guardia Nacional, firmada el 28 de junio de este año por el presidente López Obrador deja en "incertidumbre jurídica" a la fuerza de los azules.

"La transición de elementos a la Guardia Nacional no establece las bases mínimas para la continuidad de sus derechos de seguridad social de Policía Federal, únicamente refiere a Policía naval y militar, en el sentido de que ellos sí conservarán grados, jerarquía, prestaciones y antigüedad en la Guardia Nacional", sostuvo.

Los federales y sus familias bloquearon el Anillo Periférico, una de las principales arterias de la capital mexicana. A partir de la medida, el Gobierno Nacional abrió una mesa de diálogo con los insurrectos.

Mientras, y a través de su cuenta de Twitter, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un comunicado en que sostuvo que "no hay motivo ni razón" para la medida y aseguró que "no es una causa justa porque no se está despidiendo a ningún policía federal, están pasando voluntariamente alrededor de 10.000 elementos que han pasado la prueba".


"Otros, porque no pasan la prueba, porque no están en buenas condiciones, no tienen conductas aceptables, porque tienen problemas de salud, no van a poder estar en la Guardia Nacional pero van a seguir trabajando", explicó.

Para el analista y experto en temas de seguridad, Alejandro Hope, este era un "conflicto anunciado" ya que era "evidente que ubicar a policías en una institución dominada de cabo a rabo por el Ejército iba a generar malestar".

El especialista adjudicó el descontento con la falta de información clara a este tipo de efectivos y remarcó que, en el diseño de la Guardia Nacional, los policías federales "son tratados como elementos de segunda".

La situación, según Hope, le valdrá a la nueva fuerza una avalancha de litigios laborales que ya están en proceso judicial.