El Ejército mexicano descubrió en el norteño estado de Coahuila un impresionante depósito subterráneo de armas, que supuestamente pertenecería al cártel de Los Zetas. El arsenal oculto incluía 154 rifles automáticos, 7 fusiles cortos, casi 5.000 cargadores y cerca de 100.000 cartuchos de diferentes calibres, además de un lanzacohetes, dos cohetes, cuatro granadas para mortero y dos ballestas.



Los militares actuaron basándose en una información previa de su servicio de inteligencia, acerca de un predio en el municipio de San Buenaventura, donde se llevaban a cabo actividades ilícitas. Al llegar al sitio y realizar el reconocimiento terrestre, los efectivos localizaron la entrada al depósito.

En los últimos cuatro años las fuerzas de seguridad mexicanas decomisaron más de 100.000 armas. La mayoría de ellas habían sido adquiridas con mínimas restricciones en EE. UU. y llevadas a México de contrabando. En lo que va de año se han producido varios decomisos de importantes arsenales pertenecientes al narcotráfico.