En la temporada 2019-2020 ya se registraron más de 52.000 casos sospechosos y 22 muertos por el virus del dengue que transmite el mosquito 'Aedes aegypti', el doble de fallecimientos que dejó la última grave epidemia de 2016, que infectó a 70.000 personas.
Dengue mosquito
© AP Photo / Felipe Dana
Mientras en Argentina el foco está puesto en los peligros de contraer coronavirus, otro virus sigue a la cabeza en número de contagios en lo que es ya una de las peores epidemias de dengue de las que se tiene registro.

El país vivió un brote en 2009, en el que se detectaron 27.000 casos confirmados y 5 muertes, y uno gravísimo en 2016, que tuvo el récord de 70.000 contagiados y 11 muertes. Los fallecimientos contabilizados este año ya son el doble de aquella última epidemia.

El Boletín Integrado de Vigilancia nacional registró más de 25.000 infectados corroborados — aunque los sospechosos en investigación son más del doble — y 22 muertes. En comparación, el país austral contabilizó más de 6.500 casos confirmados de COVID-19 y más de 300 muertes relacionadas hasta el momento.

"Este año hubo una alta mortalidad. Para dar una idea, entre 1998 y 2018, en 20 años, Argentina registró 15 muertes, y ahora en cinco meses registró 22", dijo a Sputnik Manuel Espinosa, biólogo y coordinador del área de Enfermedades Transmitidas por Mosquitos Aedes de la fundación Mundo Sano.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) declaró que 2019 había sido el año con la mayor cantidad de casos de dengue en la historia de las Américas al haberse superado los 3 millones de casos por primera vez, por lo que el experto aseguró que la situación actual en el país era esperable, aunque este año hubo un notable aumento en las regiones afectadas, con provincias que registraron casos por primera vez.

El promedio de los contagios registrados durante las primeras 12 semanas de 2020 fue entre seis y ocho veces más altos que en las dos temporadas anteriores, mientras que fue 10 veces mayor en las semanas correspondientes a la segunda mitad de marzo y la primera de abril, cuando comenzó la cuarentena, según el informe del Ministerio de Salud.

Dengue en tiempos de coronavirus
"A diferencia de las otras dos epidemias, este año, justamente el período de brote, en el que se hacen las acciones de bloqueo, son los dos meses en los que empezó la cuarentena, y eso dificultó las tareas. Las acciones para reducir los criaderos de mosquitos y fumigar en caso de focos sospechosos se hacen en las viviendas y el contacto con las comunidades es muy alto", explicó Espinosa.
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos de la especie Aedes aegypti, que provoca síntomas correspondientes a una gripe grave, potencialmente mortal cuando es hemorrágica. No existe una vacuna, por lo que el único mecanismo de prevención es frenar la reproducción del insecto evitando acumular agua estancada en recipientes, que es donde depositan sus larvas.

Las regiones más golpeadas en Argentina son las provincias del norte y del centro, en especial la provincia de Buenos Aires y la capital nacional, donde se registraron 6.500 casos. El 90 % de los contagios en la ciudad se concentran en la zona sur, que cuenta con una mayor densidad de población en barrios populares, donde todavía hay carencia de agua potable y cloacas.

"En tiempos de coronavirus, fui a la guardia pero descartaron que tuviera COVID-19, me dijeron que tenía una simple gripe y me mandaron a hacerme baños de vapor. Seguí unos días con 39 grados y medio de fiebre, con dolores por todos lados, así que busqué una segunda opinión. Recién en el tercer hospital al que fui me hicieron la serología para decirme que tenía dengue", contó a Sputnik Mariano Jäger, director del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad de La Matanza (UNLaM).

Jager contó que estuvo siete días con fiebre hasta que comenzó a sentirse mejor y se mostró muy inconforme con la ausencia de una campaña prevención que advirtió en la ciudad, con la manera en que el coronavirus dejó de lado otras necesidades de atención médica en muchos centros clínicos y de la falta de información proporcionada a los pacientes confirmados de dengue en materia de cuidados personales posteriores.

El economista y experto en medioambiente comentó que gran parte de los casos pueden pasar desapercibidos ya que, si bien en la ciudad de Buenos Aires la población tiende a atenderse en los centros médicos, no existe la misma cultura y hábitos en el resto del país.

El dengue es sintomatológico en 30 % de los infectados y se espera que con la llegada de la temporada invernal desaparezcan los vectores, es decir, los mosquitos. Sin embargo, las cifras reales de la epidemia seguirán aumentando hasta conocerse el total de los casos confirmados, ya que la información de los boletines está desfasada por aproximadamente un mes.

"El coronavirus es peligroso y tomó vuelo, pero dejaron de lado el dengue, que también es peligroso. Yo vivo en capital, en la zona de Villa Urquiza [norte], y empecé a capturar mosquitos, dado mi perfil profesional. No sé cuales están infectados, pero te aseguro que hay Aedes a patadas [en cantidad] en la ciudad", confirmó Jäger.