En una situación de confinamiento se limitan la mayoría de las estrategias de adaptación al estrés, como el deporte o las salidas, lo que puede desencadenar en un mayor abuso de sustancias. Un psicólogo, especialista en el tema, habló del rol que juega la cuarentena en pacientes adictos y del posible surgimiento de nuevas dependencias.
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© Russell Boyce / Reuters
Con las terapias individuales y grupales canceladas, junto a la imposición de quedarse en casa, se teme por las recaídas de los pacientes adictos que estaban en rehabilitación. Pero también a personas que pensaban tener un consumo social de determinadas sustancias, el aislamiento puede llevarles a reconocer que en realidad se trata de una dependencia.

Las prohibiciones de comprar licor disparan compras masivas para almacenarlo y consumirlo dentro del hogar. Aunque el toque de queda pareciera reducir la oportunidad del consumo social, agrava el doméstico. Y con ello aumenta la probabilidad de problemas colaterales como la irritabilidad y la violencia intrafamiliar", explicó Jorge Ernesto Rodas, magíster en prevención y atención integral de conductas adictivas.

La sustancia que más preocupa al especialista es el alcohol, debido a la "programación antropológica y sociocultural latinoamericana", a su alta disponibilidad comunitaria, su precio accesible, y a la normalización social de su consumo como estrategia de afrontamiento de estrés y ansiedad.

Sin embargo, también advirtió sobre el riesgo de que se desarrollen o intensifiquen adicciones características del confinamiento como el incremento en el consumo de ansiolíticos e inductores del sueño, uso desmedido de las redes sociales, adicción a videojuegos y pornografía, y aumento de la ludopatía.

Por último, Rodas resaltó la importancia de que las familias, instituciones y colectivos acepten que las adicciones son una enfermedad que merece atención, recursos y que debe ser priorizada desde el punto de vista médico, psicológico, social e incluso espiritual. Por lo tanto, debe recibir atención aún dentro del confinamiento, sea por medios presenciales o digitales.
"Ante un estado de aislamiento social se ve comprometido el grupo de apoyo social primario que surge en las terapias grupales. A menos que las personas sean capaces de retomar la conexión interpersonal y emocional por la vía de las redes sociales, se verán comprometidos dichos avances y la percepción de seguridad de acción y decisión en pacientes con trastornos por uso de sustancias", concluyó.