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El primer ministro griego, Giorgio Papandreou, mostró hoy seguridad en que el Parlamento dará su voto de confianza al nuevo gabinete para seguir adelante con el programa de austeridad fiscal, repudiado por amplios sectores.

Arrinconado por las presiones de la Unión Europea (UE) y organismos financieros internacionales, Papandreou se enfrenta a la decisión crucial del Congreso de su país de dar luz verde al paquete de medidas adicionales que implementará como condición del quinto tramo del rescate financiero externo.

Un día antes de la votación en el hemiciclo ateniense, el líder del socialista Movimiento Pan Helénico (Pasok) viajó a Bruselas con un mensaje de tranquilidad a los dirigentes de la UE, Herman Van Rompuy y José Manuel Barroso.

Quiero decir que, como país y como Gobierno, estamos decididos a continuar con el programa y a ir hacia adelante para hacer todo lo necesario y colocar a Grecia en una posición fiscalmente más viable, aseguró Papandreou a los responsables comunitarios.

A los griegos, el jefe del Ejecutivo, hizo ver que los préstamos foráneos son necesarios para evitar una situación de cesación de pagos de las obligaciones de deuda. Consideró que tal escenario sería catastrófico para la nación helena y llamó a aceptar las dificultades.

Aunque con serias divisiones internas, el bloque de los 27 miembros acordó en principio la concesión de ayuda en el entorno de 12 mil millones de euros, pero supedita el desembolso a la aprobación parlamentaria de los recortes presupuestarios y la privatización de otras empresas públicas.

Como conclusión de una reunión ministerial de dos días sobre la crisis griega, los titulares de Finanzas emitieron un ultimátum a Atenas al fijar hasta el 3 de julio el plazo para que el Gobierno logre consenso con el parlamento y los grupos políticos sobre los drásticos ajustes.

La aprobación del parlamento griego es absolutamente esencial y tendrá que llegar a tiempo para que podamos tomar una decisión el 3 de julio, puntualizó el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.

El plan, que rechazan sindicatos y amplios sectores de la población, prevé un ahorro de unos 6,5 mil millones de euros del presupuesto actual y otros 28 mil millones de dólares hasta 2015, unido a los ingresos provenientes de la venta de entes estatales (50 mil millones de euros).

Como parte del abanico social de inconformes con las medidas gubernamentales, trabajadores del sector energético mantienen este martes una huelga de 48 horas en protesta por la privatización de la principal empresa eléctrica DEH.

Otros gremios manifestarán también su repudio a los recortes en coincidencia con la llegada a Atenas de expertos del FMI, la UE y del Banco Central Europeo.