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Hasta mañana miércoles el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) realiza en Lima, Perú, un taller de expertos para discutir sobre la geoingeniería, la manipulación a gran escala de ecosistemas, en cielo, mar y tierra, para cambiar deliberadamente el clima y supuestamente combatir así el cambio climático. Más de 160 organizaciones de la sociedad civil nacional e internacional escribieron al IPCC demandando sacar de la mesa de discusiones este tipo de propuestas peligrosas, que no van a las causas del cambio climático y podrían incluso empeorar la situación.

Las propuestas que está discutiendo el IPCC en Lima, van desde blanqueamiento de nubes, fertilización del mar con hierro, crear nubes volcánicas artificiales a cultivos transgénicos para reflejar el sol, entre otras. El 15 de junio 2011, el periódico The Guardian del Reino Unido, reveló los proyectos que serán discutidos en taller, que para la mayoría de las personas parecen de ciencia ficción. Pero el IPCC va más allá y plantea incluso discutir la "gobernanza" y "aspectos legales, sociales y políticos" de la geoingeniería, lo cual ha sido fuertemente criticado por la sociedad civil porque son temas políticos más que científicos y exceden el mandato del IPCC. Quizá por ello el IPCC no ha permitido la entrada a organizaciones de la sociedad civil conocedoras del tema, ni siquiera como observadores.

Para tener algún efecto sobre el clima, las tecnologías de geoingeniería deberían desarrollarse a escala masiva, lo cual también implica el riesgo de enormes impactos negativos. Por ello, basada en el principio de precaución, el Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas estableció dos moratorias sobre la geoingeniería, una en 2008 sobre fertilización oceánica, y otra en 2010, sobre la geoingeniería en general.

Sin embargo, algunos gobiernos, empresas y asociaciones científicas (sobre todo de Estados Unidos y el Reino Unido) siguen promoviendo la geoingeniería, a la que llaman un "plan B", en caso de emergencia y de que no funcionen las negociaciones sobre el clima. Pero quién habla ahora de elegir tecnologías "de emergencia", son justamente gobiernos de los mismos países que nunca firmaron o no quieren continuar con ningún compromiso vinculante para reducir sus emisiones de CO2.

Silvia Ribeiro, incansable activista del Grupo ETC, ha advertido que "en el grupo organizador de este taller, hay científicos que tienen solicitudes de patentes sobre la geoingeniería y que quieren conseguir más apoyos para esa investigación".

La carta al IPCC, firmada por redes internacionales y nacionales, incluyendo Amigos de la Tierra Internacional, la Vía Campesina, la Coordinadora Andina de Organizaciones indígenas, el Grupo ETC y Andes, de Cusco, Perú, demandó respetar la moratoria establecida en Naciones Unidas y que el IPCC no pretenda debatir temas fuera de su mandato, como sugerir que la geoingeniería podría tener un rol como "opción de mitigación" del cambio climático o modos de gobernarla.

Más info: El libro La salud que viene contiene un capítulo entero sobre la geoingeniería.