La diplomacia se ha visto reducida a su mínima expresión ante el avance de la pandemia por el COVID-19.
United Nations
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Los cancilleres de todas partes del mundo dejaron atrás los posicionamientos, negociaciones y acuerdos, para centrarse casi que exclusivamente en un solo tema: lograr retornar a los connacionales que se quedaron varados.

Ante esta situación, el COVID-19 significó un fuerte ataque a la diplomacia, pero al parecer no ha sido el golpe más determinante.

Según varios analistas, la diplomacia está dejando el enfoque político para centrarse principalmente en la visión económica y financiera: Los organismos internacionales de préstamos, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, han tomado el timón.

En este contexto, varios países latinoamericanos han decidido cerrar sus embajadas en distintos lugares del mundo.

Muchos analistas creen que la decisión no ha sido casual: como EEUU tiene un gran peso en las decisiones de los organismos internacionales, los gobiernos latinoamericanos buscan acercar su política exterior a los intereses de Washington, desmarcándose de la relación con países que están identificados como de izquierda.
"Están teniendo preponderancia el FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano, incluso algunos países como EEUU y China están dando préstamos. En estos momentos la diplomacia está en función de los organismos internacionales que dan dinero. Debido a la influencia de EEUU en estos organismos internacionales de préstamos, la diplomacia latinoamericana va a ir en función de los intereses de Whashington", dijo a Sputnik el licenciado en Ciencias Políticas y profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Ecuador (FLACSO), Lester Cabrera.
La semana pasada se supo que Bolivia cerrará sus embajadas en Nicaragua e Irán para reducir costos.

En mayo, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, anunció su intención de eliminar las misiones diplomáticas en Malasia, Irán y Nicaragua.

Además, ese mismo mes Brasil cerró sus misiones diplomáticas en ocho países: Ghana, Liberia, Sierra Leona, Granada, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas y San Cristóbal y Nieves.

Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Teodoro Ribera, dijo que su país decidió cerrar sus embajadas en Argelia, Grecia, Dinamarca, Rumania y Siria.

El cierre de las embajadas

Por su parte, el magíster en Ciencia Política y profesor de la Universidad Central, Cristian Fuentes, dijo a Sputnik que el cierre de las embajadas chilenas tiene "poco que ver con los temas presupuestarios" o con el COVID-19, ya que si fuera por razones de ahorro de dinero, se tendrían que cerrar otros centros consulares.

"No sabemos la razón, pero podemos especular en torno a razones políticas, tanto internas como externas. Considero que Chile está intentando acercarse a la política exterior norteamericana, desmarcándose de la relación con países que están identificados como de izquierda", reflexionó Fuentes, quien también fue director del Programa de Relaciones Internacionales de la Fundación Chile 21 desde 2010 hasta 2014, y fue director de Coordinación Regional del Ministerio de Relaciones Exteriores entre 2006 y 2010.

Por su parte, Cabrera puso el ejemplo de la diplomacia brasileña, la cual es "cercana" a los lineamientos de EEUU.

"El presidente Donald Trump dijo que no iba a financiar más a la Organización Mundial de la Salud y días después el mandatario brasileño Jair Bolsonaro dijo que también iba a evaluar aquello. Si la cosa así continua, no sería fortuito que otros países sigan la misma línea", reflexionó.

Por otro lado, Fuentes consideró que existe un "déficit de diplomacia", ya que existe falta de la coordinación y cooperación regional.

Más de 15 países latinoamericanos han solicitado en los últimos meses préstamos para poder enfrentar la crisis del COVID-19. Algunos dirán que solo se trata de una discusión sobre el déficit fiscal pero, para muchos analistas, contraer más deuda significa menor soberanía y mayores presiones para aplicar un modelo regresivo del Estado