Escapes regulares de partículas radiactivas se registran en la mayoría de las plantas nucleares de Estados Unidos, según las recientes investigaciones realizadas en instalaciones de ese país.

El tritio, que es una forma radiactiva del hidrógeno, se fuga en al menos 48 de las 65 centrales atómicas, como demuestran los estudios. A través de tuberías corroídas, este elemento se filtraba en el subsuelo y en las aguas subterráneas. En algunos casos la concentración permitida superaba la norma en cientos de veces.

Según la opinión de los expertos, la causa del problema reside en lo costoso que resulta prevenir los escapes, lo que lleva a las autoridades a situar los intereses de la industria por encima de la salud pública.

"La comisión nuclear regulatoria de Estados Unidos detectó el problema de las fugas desde hace unos 30 años, pero en vez de resolverlo prefirieron monitorearlo", dijo Michele Boyd, la directora del programa de la energía segura.

Explicó que la industria tiene la opción de monitorear voluntariamente las instalaciones y de esa forma decidir si informan o no de los escapes a las autoridades y a la comisión regulatoria nuclear.

"Es importante recordar que hay un gran sistema de ductos subterráneos. Unas tuberías son muy pequeñas, mientras que otras son enormes. Y es muy difícil acceder a ellas y averiguar su estado. Por eso las fugas apenas se registran cuando se producen o cuando se detecta la contaminación en el suelo y el agua. La Comisión regulatoria nuclear en vez de solucionar el problema decidió que es demasiado difícil y costoso. Por eso prefieren afrontar el problema cuando ya ha sucedido", añadió.

"El problema es que el tritio es capaz de reemplazar a moléculas de agua en el cuerpo humano y puede penetrar en la placenta. Es especialmente peligroso para los niños pequeños y los no natos. Cuando el tritio pasa al agua resulta imposible retirarlo, no existe modo de limpiarla", destacó.

Boyd hizo un llamamiento a la Comisión regulatoria nuclear para que deje de usar el monitoreo voluntario y establezca requerimientos técnicos para prevenir los escapes antes de que sucedan, en vez de esperar a que sea irreparable.