Mirar fijamente a una luz roja durante tres minutos al día puede mejorar significativamente el deterioro de la vista por envejecimiento, según un estudio de la UCL, el primero de este tipo llevado a cabo en humanos.
Estudio indica que la disminución de la vista por envejecimiento puede evitarse mirando a una luz roja durante tres minutos
© FLICKR / ORLANDO SØRENSEN - ArchivoOjo de un hombre mayor.
La retina del ojo envejece más rápido que muchos otros órganos de nuestro cuerpo. Concretamente, a lo largo de la vida, el trifosfato de adenosina (ATP) -fuente de energía principal para la mayoría de procesos celulares- disminuye un 70% la retina; lo que se traduce en una disminución significativa de su función fotorreceptora, pues la densidad mitocondrial es mayor en las células fotorreceptoras de la retina, que tienen altas demandas de energía y median la visión de color.

El estudio, dirigido por la University College de Londres (UCL) y publicado en la revista 'The Journals of Gerontology', es el primero de este tipo llevado a cabo en humanos, y los científicos creen que podría suponer el inicio de nuevas terapias oculares mucho más asequibles que podrían ayudar a millones de personas cuya visión va disminuyendo con la edad.

A partir de los 40 años, generalmente, el sistema visual empieza a deteriorarse significativamente, afectando a la sensibilidad de la retina y a la visión del color, que se debilitan con el paso de los años. Esto, teniendo en cuenta el envejecimiento de la población de casi todos los países, "se ha convertido en un tema cada vez más importante", destaca el autor principal del estudio, Glen Jeffery, añadiendo que "para tratar de detener o revertir esta disminución, buscamos reiniciar las células envejecidas de la retina con pequeñas ráfagas de luz de onda larga".

Deterioro de la vista a partir de los 40

La retina del ojo, por lo tanto, empieza a envejecer alrededor de los 40 años, por la disminución de las mitocondrias de las células que producen energía y garantizan la función celular, lo que, a su vez, provoca una disminución significativa en la función de los fotorreceptores, ya que carecen de la energía suficiente para llevar a cabo su función habitual.

Basándose en descubrimientos anteriores en ratones, abejorros y moscas de la fruta cuyos fotorreceptores de la retina mejoraban al estar expuestos a una luz roja profunda de longitud de onda larga, los investigadores decidieron adaptar el estudio a los humanos. "Las mitocondrias tienen características específicas de absorbancia de la luz que influyen en su rendimiento: se absorben longitudes de onda más largas que abarcan entre 650 y 1000 nm y mejoran el rendimiento mitocondrial para aumentar la producción de energía", explica el profesor Jeffery.

Concretamente, los fotorreceptores de la retina están compuestos por conos, que se encargan de que podamos ver los colores; y los bastones, que garantizan una visión periférica y adaptan la visión en condiciones de escasa luz.

Tres minutos al día, dos semanas

Los científicos reclutaron a 24 personas (12 hombres y 12 mujeres), con edades de entre 18 y 72 años sin ninguna enfermedad ocular. Para determinar la sensibilidad de los conos y bastones de los participantes, les pidieron que detectaran señales de luz tenue en la oscuridad, así como que identificaran letras de colores con bajo contraste.

Tras el análisis de cada uno de los sujetos, se les dio una luz LED para que se la llevaran a casa y se les pidió que observaran a la luz, de color rojo intenso de 670nm (onda larga), tres minutos al día durante dos semanas. Cuando los 24 sujetos volvieron y se les hizo de nuevo el estudio de sensibilidad de conos y bastones, averiguaron que, si bien los efectos de la luz no habían tenido impacto en los más jóvenes, para aquellos que rondaban los 40 años o más, supuso una mejora significativa de la vista.

De hecho, la capacidad de poder detectar los colores (contraste del color del cono), mejoró hasta un 20% en alguna de esas personas, sobretodo en lo que respecta a la percepción del, azul, más vulnerable al envejecimiento. En cuanto a la capacidad de ver en espacios con poca luz, también se percibió una mejora significativa, aunque menor a la de la detección del color.

"Nuestro estudio muestra que es posible mejorar significativamente la visión que ha disminuido en personas de edad avanzada, mediante exposiciones breves simples a las longitudes de onda de luz, que recargan el sistema de energía que ha disminuido en las células de la retina, en lugar de recargar una batería", asegura el profesor Jeffrey. "La tecnología es simple y muy segura, utilizando una luz roja profunda de una longitud de onda específica, que es absorbida por las mitocondrias en la retina que suministran energía para la función celular", añade, concluyendo que los dispositivos cuestan alrededor de 12 libra (13 euros), lo que lo convierte en una tecnología altamente accesible para todo el mundo.