La farmacéutica AstraZeneca (AZ) vuelve a informar sobre nuevos efectos secundarios en los ensayos de su vacuna para la Covid-19. Un segundo voluntario ha sufrido «síntomas neurológicos sin explicación» en los estudios que hacen en colaboración con la Universidad de Oxford.
astrazececa
Hace unos días en la cadena de televisión Cuatro me entrevistaron (minuto 0:46:47) sobre el fracaso de la vacuna de AZ. Al parecer llevan muy avanzado el desarrollo de una vacuna de la que sólo España ha comprado 30 millones de dosis, pero una persona sufrió durante las pruebas mielitis transversa, un trastorno poco común del sistema nervioso.

Ayer volvió a ocurrir, otra persona ha sufrido daños neurológicos. La farmacéutica se ha apresurado a decir que una revisión independiente determinó que en ambos casos:
Se consideró poco probable que estas enfermedades estuvieran asociadas con la vacuna, o bien que no había pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas o no con la vacuna».
Lo de independiente en fin, hay que cogerlo con la punta de los dedos. Más si cabe cuando sólo han pasado unos días desde que se anuncia que se interrumpe el ensayo clínico hasta que se informa sobre su continuación.

En tan poco tiempo es casi imposible investigar esos daños neurológicos que empiezan a aparecer en las «cobayas humanas» de AZ y que la empresa reconoce que son extraños.

Como conté en ese programa, en el Bufete Almodóvar & Jara llevamos un caso de una muerte que se produjo durante un ensayo clínico de esta empresa en el hospital de Mérida, la de Juan Santos, por lo que conocemos muy bien el funcionamiento interno de AZ y cómo hace esas pruebas clínicas. Durante ese experimento que hicieron con Juan y otras muchas personas en varios hospitales de todo el mundo, se produjeron al menos cinco muertes.

Esta farmacéutica tiene pues un pasado oscuro en lo que se refiere a sus ensayos clínicos. Es muy probable que aparezcan más casos de daños en su experimento con esta vacuna para el actual coronavirus. Y es muy probable que tengan la tentación de ocultar información sobre ello porque ya lo han hecho, como nosotros podemos documentar.

El Gobierno español y el resto de gobiernos deberían tener todo esto muy en cuenta. Como también tendrían que tener en cuenta algo no menos importante sobre el funcionamiento de AZ. Hace unos años publiqué el libro Laboratorio de médicos. En el ámbito sanitario se ha institucionalizado la compra de voluntades; la corrupción de numerosos doctores a manos de la industria de la salud y la enfermedad.

Pues bien, el personaje principal es una visitadora médica enfrentada al laboratorio farmacéutico que la tenía contratada porque intentaban que sobornase a los facultativos; que comprase sus recetas vaya. Ese laboratorio es el mismo que ahora quiere ofrecernos su vacuna contra la Covid. Esa trama de CORRUPCIÓN no fue investigada por ninguna fiscalía de nuestro país.

Es hora de que las administraciones públicas se tomen muy en serio a qué tipo de empresas hacen sus compras de material médico porque algunas no son las benefactoras de la humanidad como nos intenta hacer creer. De momento AZ tiene encargas 300 millones de dosis de una vacuna «tocada», aunque no tanto como su reputación