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Las aves que viven en ambientes urbanos tienen un cerebro de mayor tamaño en comparación con las que lo hacen en el campo, publicó la revista Biology Letters en su edición más reciente. De acuerdo con investigadores suecos y españoles, el cerebro de los pájaros urbanos es hasta un 20 por ciento más grande que las de regiones rurales.

En las ciudades estos animales posiblemente se encuentran en la necesidad de enfrentar retos más complejos lo que puede influir en que innoven a la hora de encontrar soluciones.

Expertos de la Universidad de Uppsala, Suecia, de conjunto con los de la Estación Biológica de Doñana, España, basaron estos resultados en la observación del comportamiento de aves que viven en zonas próximas a áreas urbanas y en las rurales.

El equipo investigó a 82 especies de 22 familias de pájaros, entre ellas el carpintero mayor (Parus major) y la urraca (Pica Pica) las cuales tienen la capacidad de invadir y reproducirse en la ciudad.

Sin embargo, la oropéndola (oriolus oriolus) se aleja de ella, precisaron los expertos.

Los resultados del estudio se apoyan en datos logrados a partir de 12 censos de urbes del centro de Europa para localizar a las especies que habitan la ciudad y las que lo hacen en sus afueras.

Distintos son los retos para las aves en esos lugares cuando de encontrar comida y construir los nidos se trata.

Los pájaros con un cerebro más grande son capaces de enfrentar mejor los retos ambientales, por ejemplo, los herrerillos comunes que viven en ciudades británicas desde hace tiempo aprendieron a abrir las botellas de leche que son dejadas frente a las casas para extraer la nata de las tapas.

También las aves asocian a los humanos con los alimentos, se acercan a ellos en los parques para recoger las migajas que dejan al comer.

Los científicos creen que no es la presión de la selección lo que ha conducido a un aumento del tamaño relativo del cerebro en las aves urbanas.

"Más bien proponemos que las ciudades son como un filtro ecológico. Por lo tanto, sólo especies con capacidades cognitivas elevadas (reflejadas en un tamaño relativo del cerebro más grande) pueden adaptarse a este ambiente novedoso", indicó el autor principal del estudio, Alejandro González.