Traducido por el equipo de Sott.net en español

Trump y sus partidarios deben emplear ahora estrategias de "Seguridad Democrática" como la organización de mítines pacíficos de apoyo a gran escala, en los restantes estados en los que el recuento aún no ha finalizado, para detener el robo que los Demócratas están confabulando, pero incluso si Trump es declarado vencedor, el "Estado profundo" y sus representantes podrían haber puesto ya en duda la legitimidad de la elección mediante su último intento desesperado de cometer fraude electoral, preparando así el terreno para una intensificación sin precedentes de la Guerra Híbrida de Terror contra EEUU que ya ha durado varias décadas.
trump rally new jersey january 2020
Mitin en Wildwood, NJ, 28 de enero, 2020
La Guerra Híbrida de Terror contra EE.UU., podría estar a punto de experimentar una intensificación sin precedentes después de que se pusiera en marcha por primera vez durante el verano, como resultado del último esfuerzo desesperado de los Demócratas por cometer fraude electoral mediante la suspensión temporal de la publicación del recuento de votos en los estados en los que el recuento aún no ha finalizado. Tal y como está, Trump tiene razón al afirmar que es casi imposible estadísticamente que le roben la victoria, pero está llevando a esos estados a los tribunales para defender la integridad del proceso democrático del país, a pesar de declarar que ya se siente como si hubiera ganado. No es el titular quien está llevando a EEUU al borde del desastre doméstico, sino su oponente, o más bien los manipuladores del candidato Demócrata (ya que es visiblemente obvio que Biden no tiene el control total de sus facultades mentales) que están tratando desesperadamente de poner en duda la reelección de Trump con el fin de proporcionar municiones para su guerra de información contra él durante los próximos cuatro años.

Retrasar lo que convincentemente parece ser la inevitable victoria de Trump, tiene la intención de provocar disturbios civiles generalizados, como los dirigidos por las milicias callejeras de facto de Antifa y Black Lives Matter (BLM) del "Estado profundo". El próximo curso de los acontecimientos podría influir poderosamente en la percepción de los estadounidenses sobre el resultado, lo cual es importante ya que ahora están manipulando al público con la vista puesta en las elecciones presidenciales de 2024. Por lo tanto, es hora de que Trump y sus partidarios empleen estrategias de "seguridad democrática", como la organización de pacíficos mítines de apoyo a gran escala en los estados en los que el recuento aún no ha finalizado, a fin de demostrar al resto del país que no tolerarán este intento de fraude electoral Demócrata para robar falsamente una victoria de su derrota real. Las medidas institucionales como la amenaza de impugnación legal ya están en vigor, pero las de base son imprescindibles para contrarrestar de forma preventiva la siguiente etapa de la guerra de información del "Estado profundo".

Está claro para todos que las encuestas se equivocaron una vez más, lo que habla de la arrogancia del "Estado profundo" al intentar usar su fallido libro de jugadas de 2016 para desmoralizar a los partidarios de Trump. Eso no tuvo éxito ya que los estadounidenses son ahora más escépticos que nunca con respecto a la narrativa de la corriente principal; de ahí que Trump lograra victorias tan importantes en prácticamente todos los estados, cuando se le dijo erróneamente a la gente que debían ser considerados "campos de batalla" en esta elección. Evidentemente se está produciendo un "Gran Despertar", por lo que sería una reacción natural y espontánea de sus partidarios el reunirse en todos los restantes estados en los que el recuento aún no ha finalizado para mostrar su apoyo al Presidente. Trump puede dar mucha publicidad a estas concentraciones asistiendo a ellas, lo que rompería el "cortafuegos" de las grandes corporaciones tecnológicas que se había aplicado en contravención de las normas democráticas durante la campaña, para suprimir todas las pruebas visibles de su fuerte apoyo popular en todo el país.

Sería especialmente poderoso si tales imágenes se contrastaran con lo que parece ser la inevitable violencia que está a punto de estallar en algunas de las principales ciudades de Estados Unidos, ya que las milicias callejeras de facto de Antifa y BLM del "Estado profundo", amenazan con aterrorizar a los estadounidenses promedio como castigo por negarse a romper filas con el Presidente. Podría incluso llegar a ocurrir que Trump se viera obligado a invocar parcialmente la ley marcial de facto en las zonas más afectadas para restablecer la ley y el orden, en interés de la seguridad nacional. Ya tiene esos derechos conferidos por la Constitución, pero hasta ahora había declinado utilizarlos para no sentar lo que podría haber sido un precedente muy inquietante si hubiera perdido, y los partidarios de Biden hubieran abusado de lo que él habría hecho antes para reprimir violentamente a los partidarios de Trump con la plena autoridad del Estado. En cualquier caso, es incuestionable que es su prerrogativa legal hacerlo si finalmente siente la necesidad.


Es difícil predecir cuánto tiempo permanecerá EEUU en el limbo hasta que los partidarios de Biden finalmente admitan que es imposible para ellos cometer fraude electoral, y obtener una falsa victoria de su derrota real. Sin embargo, es casi seguro que se rendirán formalmente en algún momento, pero la pregunta es cuánto daño infligirán al proceso democrático de EEUU antes de que eso ocurra. Todos los demócratas responsables deben condenar al partido que actúa en su nombre, si realmente se preocupan por respetar el sistema político de Estados Unidos, y pedir a Biden que admita finalmente la derrota. Lo peor que podrían hacer es prestar su apoyo a otra ola de terrorismo urbano que pronto podría barrer el país si el "Estado profundo" desata completamente sus milicias callejeras de Antifa y BLM en las ciudades de EEUU. Como eso podría suceder, sin embargo, los partidarios de Trump probablemente protestarán pacíficamente en su apoyo y mostrarán a sus compatriotas qué lado es el más responsable.
Andrew Korybko. Analista político estadounidense