Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Para reconocer una silla o un perro, nuestro cerebro separa los objetos en sus propiedades individuales y luego los vuelve a unir. Hasta hace poco, no estaba claro cuáles eran estas propiedades. Los científicos del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas en Leipzig ahora las han identificado - yendo desde "suaves" hasta "valiosos" - y han descubierto que todo lo que se necesita son 49 propiedades para reconocer casi cualquier objeto.
Brain Studies
© ShutterstockEl cerebro humano descompone el entorno en un total de 49 propiedades, que son suficientes para categorizar todos los objetos. Dependiendo de cuán similar sea el objeto observado respecto de una categoría conocida, se lo reconoce como un perro o, por ejemplo, un mueble.
Vivimos en un mundo lleno de cosas que tenemos que identificar y clasificar en diferentes categorías. Sólo cuando eres capaz de identificar las cosas que te rodean, puedes comunicarte con los demás sobre ellas y actuar de manera significativa. Si vemos algo frente a nosotros que reconocemos como una silla, podemos sentarnos en ella. Una vez que hemos identificado un objeto como una taza, podemos levantarla y beber de ella.

Para llevar a cabo este mapeo y darle sentido a nuestro entorno, tenemos que comparar constantemente lo que entra por nuestros sentidos con la información que ya hemos aprendido. Para hacer esto, el cerebro descompone un objeto en sus propiedades individuales, las compara con las que ya se conocen y vuelve a unir estas propiedades. Dependiendo de cuán parecido sea el objeto observado a una categoría conocida, se reconoce entonces como un mueble o un recipiente. Sin embargo, hasta ahora no ha quedado claro cómo consideramos que las cosas son más o menos similares. En otras palabras, ¿cuáles son las características que nos hacen reconocer los objetos?

Científicos del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas en Leipzig, en colaboración con el Instituto Nacional de Salud Mental en Bethesda, EEUU, han identificado ahora un conjunto de 49 propiedades que nos permiten determinar casi todos los objetos, es decir, las propiedades subyacentes a su llamada representación mental. Esta representación refleja el formato en el que el cerebro traduce un estímulo. En el caso de un objeto, se compone, por ejemplo, de color, forma y tamaño, pero quizás también del hecho de que "es natural", "puede moverse", "es valioso" o "está relacionado con animales". Los investigadores habían estado buscando el conjunto de dimensiones que fueran interpretables y mínimamente suficientes, es decir, que contuvieran la menor cantidad de propiedades posibles y aun así, fueran suficientes para describir todo.
49 Properties
© Hebart/ MPI CBSLos científicos identificaron un conjunto de 49 propiedades (aquí sólo un extracto) que nos permiten determinar casi todos los objetos, es decir, las propiedades subyacentes a su denominada representación mental. Esta representación refleja el formato en el que el cerebro traduce un estímulo. En el caso de un objeto, se compone, por ejemplo, de color, forma y tamaño, pero quizás también del hecho de que "es natural", "puede moverse", "es valioso" o "está relacionado con animales".
"Nuestros resultados muestran que en realidad se necesitan sorprendentemente pocas dimensiones para caracterizar todos los objetos en nuestro entorno", dice Martin Hebart, autor principal del artículo que describe estos resultados. El cerebro humano descompone el entorno en un total de 49 propiedades, que son suficientes para categorizar todos los objetos. "De estas dimensiones también podemos inferir lo que se percibe como particularmente similar o lo que se percibe como particularmente típico para una categoría", continúa el neurocientífico. Si, por ejemplo, un mejillón o un perro se perciben como un animal más típico. "Fundamentalmente, esto explica los principios básicos de nuestro pensamiento sobre los objetos".

Sin embargo, los resultados también podrían utilizarse con fines médicos. Hasta ahora, se creía que los pacientes que no podían identificar ciertos animales debido a daño cerebral no serían capaces de reconocer a los animales en su conjunto. Pero es posible que el paciente tenga un déficit en el reconocimiento de la característica "suave" que es una propiedad de muchos animales. Esto podría conducir a otras formas de terapia.

Los científicos investigaron estas relaciones con la ayuda de casi 2.000 imágenes de objetos representativos de la mayoría de las cosas que se encuentran en nuestro entorno. Luego mostraron a los participantes del estudio tres de las imágenes a la vez, por ejemplo, un koala, un perro y un pez, pero también un koala, un felpudo y una galletita salada. De cada uno de estos, se pidió a los participantes que eligieran "el que estaba fuera de lugar", el que percibían como más diferente con respecto a los otros dos. En el caso del koala, el felpudo y la galletita salada, para algunos podría haber sido el koala porque, a diferencia de los otros dos, es un ser vivo o se le considera "no plano". Para otros, podría haber sido la galletita salada, porque los felpudos y los koalas son suaves al tacto o sólo puedes comerte la galletita salada. Sin embargo, para otros, podría ser el felpudo, porque está hecho de material inorgánico. Esto significa que las respuestas no siempre son claras, pero sí que sirven para resaltar las propiedades relevantes para descubrir todas las dimensiones principales de los objetos.

Los investigadores probaron casi 1,5 millones de combinaciones de tres objetos con la ayuda de casi 5.500 participantes. A partir de esto, desarrollaron un modelo computacional que utilizaron para calcular qué objeto era más probable que se eligiera como el que estaba fuera de lugar. Cuanto más frecuentemente se dejaban dos objetos sin elegir, más similares eran. Resultó que su modelo permitió a los científicos predecir la similitud entre dos objetos con mucha precisión. Pero también proporcionó las 49 dimensiones principales que nos permiten categorizar nuestro mundo de acuerdo a criterios simples.