Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Aprender idiomas es muy fácil para los niños pequeños, pero una vez que se cierra esa ventana de oportunidad, se vuelve notoriamente difícil. Recientemente, científicos españoles han arrojado más luz sobre cómo solucionar este problema.
Brain Study
© caracterdesign / Getty Images
Si bien se cree que el lenguaje se encuentra especializado en el lado izquierdo del cerebro, los investigadores encontraron que el lado derecho también ayuda cuando se aprende un nuevo idioma en la edad adulta, lo que proporciona más evidencia de la notable flexibilidad del cerebro.

"En general se considera que el hemisferio izquierdo está más o menos programado para el lenguaje, pero hay muchas pruebas de que esto no es tan simple", dice Kshipra Gurunandan del Centro Vaco sobre Cognición, Cerebro y Lenguaje, autor principal de un artículo publicado en Journal of Neurology.

Esto se ve, por ejemplo, en la naturaleza impredecible del deterioro del lenguaje y la recuperación después de un daño cerebral en cualquiera de los hemisferios, especialmente en personas multilingües.

Gurunandan y sus colegas observaron que los adultos pueden memorizar listas de palabras extranjeras o sin sentido, pero les cuesta distinguir o pronunciar sonidos o tonos extranjeros. Razonaron que esta dificultad podría deberse a aspectos sensoriomotores no lingüísticos del lenguaje.

"Leer, escuchar y hablar activan regiones comunes del 'lenguaje' en el cerebro", explica Gurunandan, "pero también involucran las regiones visual, auditiva y motora, respectivamente, y queríamos estudiar las consecuencias para el aprendizaje del lenguaje".

Para probar esto, reclutaron en escuelas de idiomas a 48 hablantes nativos de español sanos de entre 17 y 60 años. El estudio consistió en dos experimentos: uno comparó a estudiantes de nivel básico y avanzado de euskera y el segundo analizó a nativos vascos-españoles antes y después de un curso de tres meses en inglés de nivel intermedio.

Los voluntarios realizaron tareas de lenguaje que incluían leer, escuchar y hablar en sus idiomas nativos y en los idiomas que estaban aprendiendo mientras se escaneaban sus cerebros utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI).

Mientras que al hablar, se activaban principalmente regiones del lenguaje en el hemisferio izquierdo, los resultados mostraron una variación mucho mayor en cuanto a qué hemisferio se activaba al leer y, en menor grado, al escuchar. El cambio fue más evidente en estudiantes más avanzados.

Esto sugiere que leer y escuchar son más flexibles durante la edad adulta, lo que los hace más fáciles de aprender a medida que las personas se vuelven más competentes, según Gurunandan. También podría explicar por qué los adultos a menudo pueden entender un nuevo idioma pero les cuesta hablarlo con el mismo nivel de habilidad.

Es sorprendente, agrega, que el cambio de un idioma nativo a uno nuevo que se está aprendiendo activamente recluta el hemisferio izquierdo del cerebro pero se lateraliza hacia ambos hemisferios con mayor competencia, lo que también podría ayudar a las personas a separar los dos idiomas.

Los investigadores dicen que estos estudios "tienen importantes implicaciones teóricas y prácticas" para comprender los fundamentos neuronales del lenguaje, los pacientes clínicos y el aprendizaje del lenguaje en la población general.