Cuando las aguas rojas y sanguinolentas que sumergieron la ciudad de Deben, en el Cabo Norte, empezaron a remitir, un residente ha encontrado en ellas un mensaje del universo.
"Estamos pasando por muchas cosas. Estamos luchando contra Covid-19, el corte de suministro e incluso la recesión", dijo.
La corriente de agua roja a la que se refería estaba causada por los restos de polvo de mineral de hierro que quedaron tras las voladuras en las instalaciones mineras cercanas.
Cuando las lluvias provocadas por la tormenta tropical Eloise azotaron el Cabo Norte, el río Ga-Mogara se llenó más allá de su borde. Las aguas arrasaron la ciudad, recogiendo el polvo rojo que la cubría creando un mar de rojo y naranja.
Jacobs dijo que la inundación la obligó a cerrar su establecimiento, el DoringDraad, después de que sus empleados quedaran atrapados al otro lado del río, lo que les impedía cruzar.
Su ciudad recibió unos 117 mm de lluvia en un día, mientras que la vecina Danielskuil recogió unos 375 mm.
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